Post NORIA. Cuando las emociones me confunden.

No soy muy aventurera, creo que se debe a que soy la hija mayor ( tras un hermano que vivió apenas 1 día....o eso hemos creído durante 40 años) y mis padres, sobre todo mi padre, no me dejaba ni menearme por si acaso me pasaba algo. Por si me caía, por si me atragantaba, por si me picaba un bicho...Luego de niña fui un poco ñoña, un poco solitaria, era más de una amiga que de pandilla y´en esa época, además, tuve mi etapa surrealista-religiosa en la que quería ser una niña buena-santa mártir....¡¡¡¡los peligros de la catequesis!!!, esto me duró hasta un verano de colonias (similar a campamentos pero menos divertido, más victoriano..jejeje) que ahora lo recuerdo como un campo de concentración infantil en el que nos estaba prohibido beber agua entre horas, "eso solo lo hacen los animales", nos obligaban a bañarnos en el mar, en el Cantábrico que no es precisamente manso y las niñas éramos de la meseta con lo cual aquello sólo era para aventureras (yo era obediente y algo boba imagino y hacía todo lo que me mandaban), nos castigaban poniéndonos a 2 patas, cara al sol, en una silla de esas de colegio....Un sin fin de despropósitos que al final me abrieron los ojos ante la dichosa religión. Eso y el cura áquel del Opus que se empeñó en preguntarnos en la confesión previa a la confirmación si nos masturbabámos...Yo supe lo que era ese día, me lo contaron los chicos.

Pero decía que yo no soy aventurera, ni arriesgada. Un lugar ideal para morirme de aburrimiento es un parque de atracciones. Aunque de pequeña sí que me gustaban. Claro que cuando o era pequeña no existían esas atracciones de ahora en las que tienes que medir un mínimo para subirte a ellas. En mi tierna infancia todo era más ligero,  lo más peligroso eran las cadenas. Esos tios vivos que llevaban columpios colgados y que cuando empezaban a dar vueltas se elevaban que daba gusto. Eso sí que me gustaba.

No soy aventurera en ese sentido, pero si soy una aventurera emocional. Por obligación mensualmente. Y por devoción he hecho cosas algo locas, para qué negarlo. 

Sin duda mi cuerpo se comporta a veces como una verdadera noria. Llevo toda la semana, desde que me vine del pueblo, con el ánimo por los suelos. De mal humor. Negativa. Incapaz de ver las cosas buenas del dia a día. El martes por la noche, en una fiesta a la que no me apetecía nada de nada ir, terminé enfadada con mi chico. El miércoles intenté serenarme, lo conseguí a base de cerveza pero el jueves me volvió el bajón. Iba por casa como alma en pena. Ayer incluso me planteaba si mi relación iba por donde quería. Me dio por llorar en la ducha. No podia parar. Me sentía sola, aburrida, desesperada y un poco angustiada.

Esta semana me ha ocurrido algo MARAVILLOSO y ni siquiera he sabido saborearlo, valorarlo...Me han publicado un artículo sobre literatura en una revista de estudios filológicos. Una revista de prestigio en el sector. Yo sabía que me lo iban a publicar desde enero, pero la revista es semestral y no me lo han publicado hasta este mes de agosto. Yo lo he visto esta semana. El artículo es un extracto de mi trabajo de fin de máster, valorado con un 10. Todo esto no lo pongo para darme importancia (de cara a los posibles lectores) lo estoy escribiendo PARA MÍ MISMA. Para regalarme el placer de valorarme, de leer, de reflexionar en voz alta lo que he logrado YO SOLITA, con mucho esfuerzo. Para enterarme de que esto es importante.

Hoy mi ánimo está cambiando. Y no va con el tiempo, pues hoy está nublado ¡¡¡por suerte!!! estoy harta de calor, de sol, de asfixia....

Quizá sea por eso, o quizá sea porque por fin llevo ya tres días de regla y ahora empieza el subidón.

Ultimamente los sìntomas psicológiocs de la regla y de la preregla me afectan demasiado anímicamente. Me dejan hecha polvo. Huraña, gruñona, triste, decaída, preocupada, inquieta, angustiada...¡¡¡joder!!! y este mes a ese estado de frustración hormonal se ha unido el fin de mis vacaciones en el pueblo, el dejar mi casa, mis papis, mis amigos alli y lo he llevado fatal.

Una auténtica noria, un sube y baja emocional que me exaspera. Me he visto fea, gorda, sucia, patosa...Todo en menos de 5 días. Es mucho. Es demasiado.

Quizá un poco de actividad física, totalmente nula en los días de playa, ( en el pueblo nadaba en la piscina) me ayudaría a frenar los síntomas. No lo se.

Echo de menos mi tierra. Mi gente. Mi clima templado. Mi piscina...mi cielo azul. Todo eso que plasmo en los fotogüik de mis semanas de vacaciones.

La playa me agobia en agosto.

Me agobia el calor.

Me agobia la gente.

Me  agobia no poder nadar, las medusas, la sal, la arena...

Pero temgo que venir, se lo debo a mi chico. Estas son sus vacaciones. Aqui tiene a sus amigos y cuando yo le digo ven!! lo deja todo. Ahora me toca a mi ir.

Al menos aquí tengo tiempo para el blog y para escribir y leer. ¡¡Algo bueno había que sacar!!

Post noria...porque he empezado hablando de una cosa, me he ido a otra, luego he vuelto a la misma...y así hasta el final que es éste.