Si yo hubiera sabido esto antes: POR QUÉ NO ME LLAMA


Yo no se el resto del mundo, pero yo si volviera atrás en el tiempo, sabiendo lo que se ahora, hay muchas cosas que no haría igual.
Si tuviera una segunda oportunidad, aprendería de los errores o de la tontería supina que me ha invadido y haría las cosas de otra manera.

Yo, ya no puedo dar marcha atrás. ¡¡Ohhh!!! pero si puedo compartir mis conocimientos de vida. Creo que a los 40 es una edad ideal para hacerlo, es verdad que todavía tengo mucho que aprender, pero yo me conozco y noto que ya no soy la misma de hace unos años. No muchos, apenas 5. A los 35 años todavía no era como soy hoy. Mis prioridades eran otras, mi forma de ver la vida era diferente, mi manera de tomarme lo que me pasaba tampoco se parecía a cómo lo hago actualmente. Así que, como si de un DIY de la vida se tratara voy a empezar una sección que se llamara

SI YO HUBIERA SABIDO ESTO ANTES
DIY
en la que contar cómo afrontar algunas situaciones en las que todos nos hemos visto alguna vez.

Y empezamos con un tema muy divertente, como dicen los italianos:

ESPERAR UNA LLAMADA DE TELEFÓNO QUE NO LLEGA.

(En el caso de las nuevas tecnologías, en este apartado solo he llegado a experimentar hasta el Messenger. El guasap ya no lo he trabajado, por suerte, porque creo que provoca ataques severos  de ansiedad)

La cuestión es la siguiente y abreviando que no estamos para entretener al personal: Un tío, o una tía, alguien que te guste, te mole, te atraiga, te tenga loc@ perdid@, te apetezca conocer más... te dice eso de  "Ya te llamaré". O te da su teléfono, o te deja su dirección de Messenger.
¡Pero luego no llama!
(¿a qué te ha pasado? Claro que no eres un bicho raro, eso nos pasa al 99,9% de las personas)

Vale un día de espera...dos, tres, cuatro, entran dentro de lo normal y del hacerse de rogar o de no atreverse a dar el primer paso, pero si pasa una semana sin llamar mi consejo es:
A OTRA COSA MARIPOSA.


No te preguntes por qué no te llama. Porque no, no está en coma, ni ha perdido el conocimiento y la memoria, ni siquiera es una persona con muchas obligaciones laborales, personales, no tiene una abuelita a la que cuidar, no se encarga de hacer felices a todos los viejecillos que encuentra en su camino y llega exhausto a casa, no es neurocirujano y de él depende la vida de 10.000 personas diarias. No lo han abducido, ni ha sido secuestrado.
 Cuando alguien no llama, es simplemente por una razón: PORQUE NO LE DA LA GANA. PORQUE NO LE GUSTAS LO SUFICIENTE. PORQUE NO QUIERE. PORQUE PASA. PORQUE EL RESTO DE COSAS QUE TIENE QUE HACER EN SU VIDA, incluido sentarse en un sofá a ver un documental sobre la hibernación del oso polar y sacarse mocos, LE PARECEN MUCHO MÁS INTERESANTES QUE LLAMARTE A TÍ.

Hay una cosa que sí debes/puedes hacer, y es llamar tú. Sin cortarte un pelo. Si alguien te gusta y no te llama, no esperes, es una perdida de tiempo. Coge y llama tú. Eso sí, en el primer instante se nota un güevo, pero un güevo, lo que siente la otra persona.
Tanto la desgana y el ¡horror me está llamando esta pesada! como la ilusión y el ¡guau, me ha llamado! se pueden apreciar a años luz y a través de medios de comunicación sofisticados como Skype o básicos como tan-tan de tambor suajili.  Así que una vez que sepas de qué pie cojea "tu objeto de deseo", toma la decisión.

Lo normal es que si él quedo en llamar y no lo ha hecho dentro del tiempo razonable pase de ti. O al menos pasé de ti en ese momento. Pero es que no estamos aquí, en el mundo, para esperar a que un  día, no se sabe cuándo, alguien se levante y tenga la revelación de su vida: "vaya, creo que efectivamente me gusta este chica".
 Así que si la desgana asoma por ese persona, pasa. Huye, huye. Sacátela de la cabeza o acabarás buscándola a todas horas (dejando de lado tus intereses, energía y ¡dignidad!)
Yo, te aseguro que habrá días, sobre todo noches, en las que él te buscará y tu te creerás la mujer más importante del universo y más feliz porque él ha venido a ti, con sus zalamerías y toda la artillería cargada. Pero que sepas que lo único que busca es liarse con alguien. Y tú eres presa fácil. Vas a a decirle que sí y a él le vale cualquiera en ese momento.
Y si no me crees, espérate al día siguiente y comprobarás por ti misma como tu teléfono vuelve a quedarse mudo.

Lo mismo para el teléfono (móvil o fijo) sirve para el Messenger, Facebook y chateos varios, incluido el guasap. En estos medios es más fácil ponerse en contacto, no da tanto corte como una llamada. Pero sí a un saludo tuyo, NO TE SALUDA COMO LO HARÍAS TÚ en caso de haber sido él quién tomase la iniciativa, ¡pasa! No te va a compensar. Vas a ser una alma en pena. Vas a estar a su disposición. Vas a pasarlo mal y la la otra persona te va a dejar tirada a la mínima. No le interesas nada de nada.

Todo esto se llama dignidad, pura y dura. Se que cuando alguien nos entra por el ojo es difícil ser objetivos y fríos, pero qué queréis que os diga, eso de que es MEJOR SUFRIR POR AMOR, QUE NO HABER ESTADO ENAMORADO NUNCA, está sobrevalorado (y lo dijo el mismo pringado que dijo aquello de que pisar una mierda trae suerte...o lo de El hombre y el oso cuanto más vello más hermoso....o lo de Amores reñidos son los más queridos).
Hacedme caso a mí. Hay mucho peces en el mar para quedarnos contemplando a 4 soplagaitas.





Perriteorías: Las Expectativas

Las expectativas son esas señoras, con cara de muy colegas, de tías geniales, de enrolladas, de "yo por tí lo doy todo", de amigas de verdad, pero que a la hora de la verdad no tienen ningún problema en darse la vuelta y ni saludarte, en marcharse sin decir ni ¡adiós! Les da igual lo que pienses de ellas,porque si se les antoja te dejan en la cuneta a la mínima que te descuides. Y es que las expectativas, al revés que la realidad que siempre supera la ficción, nunca son superadas.

Pongamos un caso muy de moda últimamente: la expectativa de encontrar trabajo. 
Tú envías tu candidatura a algún puesto con la expectativa de que por lo menos te llamen para la entrevista. Es la expectativa mínima que una tiene, bien pues en mis últimos 4 años en el 100% de los casos mi expectativa no ha sido superada. La de la entrevista. La de encontrar trabajo, esa de momento, en mi caso, no la tengo creada. 

Odio crearme buenas expectativas porque el jarro de agua fría es tremendo.  Te quedas con una cara de gilipollas que ni lavándote con lejía se te quita. Además es que las expectativas no te dan tregua, a un poco, mínimo-minimus, que tengas de positividad y de confianza en tus posibilidades, antes de que tú te des cuenta, la expectativa ya te ha invadido. Y tú piensas que no quieres hacerte ilusiones y dices que no, que ya sabes que es imposible, que no te va a pasar, que no te van a llamar, pero en el fondo la expectativa está tocándote la moral, susurrando "¿anda y por qué no?, que sí, que seguro que sí" Y una parte de tí, tu parte guay, porque al menos es la que mantiene tu moral contenta , se lo cree.
A medida que pasan los días, la expectativa decae. La olvidas y al final te das cuenta de que una vez más te has precipitado. 
A veces, sobre todo los 4 primeros años, intentas analizar por qué será. En ocasiones te sientes un poco mierdecilla y un mucho una pringada. Pasados los 4 primeros años de fracasos, al final ni lo piensas y como mucho recurres al socorrido pensamiento de Eso estaba dado por enchufe.

Pero las expectativas no sólo las encontramos en temas serios como el laboral o el sentimental: chica conoce chico (o lo que sea que os mole), chico y chica se gustan, se gustan mucho, se lo pasan pipa, chico pide teléfono de chica, chica espera feliz su llamada, chica pasa una semana pidiendo a troche y moche que le llamen, que le manden guasap para comprobar que su móvil funciona, chica piensa que chico ha tenido un grave accidente, que ha perdido la memoria, que le han robado la cartera, que...¡es un idiota!, chico no llama jamás, desaparece, se esfuma, se diluye, se volatiliza...Chica choff*. Expectativas incumplidas. 

Las expectativas también están en temas mucho más mundanos e insignificantes. Por ejemplo a quién no le ha pasado, ante una pelicula BUENA QUE TE MUERES, la mejor película de la historia del cine después de Ben-Hur, la película que te dejará pasmado en el sillón del cine, la película que tiene un final totalmente inesperado, la peli del millón, la super peli, la peli tienesqueverla-tienesqueverla-queesbuenísima. 
¡Eh!, a quién no le ha pasado que ha generado unas expectativas tan grandes ante esa peli que cuando la ha visto se ha quedado frío, cariacontecido, niFUniFA...vamos que la peli le ha parecido una cosa normal, incluso tirando a mala. La expectativa no ha superado a la realidad. 

Lo mismo puede pasar con un libro o un restaurante que te recomiendan, o con hacer footing. Hay cosas que nos las pintan tan geniales que la expectativa se crece y nos hace pensar que vamos a vivir una experiencia de la leche, pero a la hora de la verdad rara es la vez que ocurre.

Pero la expectativa es tan puñetera, tan caprichosa que al revés también supera la realidad. Me estoy refiriendo a que cuando tu expectativa es que algo sea negativo, malo, regulero...Es baja ¡va la expectativa y te sorprende! 
Ayer hice un bizcocho de manzana, mi expectativa era que saliera mal, como me salen siempre, quemados por fuera y crudos por dentro. ¿Qué pasó? ¡Que me ha salido riquísimo! Genial, como a mi me gustan los bizcochos, jugoso, especial. Mi expectativa no ha sido superada, porque mi expectativa era que me saliera mal y me ha salido bien. ¿Veis como la expectativa no supera nunca la realidad? 
Pero si yo os invitase a comer mi bizcocho, vuestras expectativas ante ello serían las de probar un dulce delicioso y es más que posible que cuando lo comieseís pensárais que no es para tanto, porque yo os he pintado una expectativa muy alta. Por lo tanto vuestra expectativa tampoco sería superada. 

Al igual que el caso anterior con el cine, si vamos a ver una peli con la expectativa baja, con la idea de que no va a ser nada del otro mundo, es muy probable que salgamos pensando que la peli está mucho mejor de lo que esperábamos. Incluso terminemos recomendándola. Lo mismo con un libro, con un espectáculo teatral, con la belleza de alguien, con la ropa, con una ciudad...¡con mil cosas que se os ocurran!

La expectativa por lo tanto es inversamente proporcional al positivismo de una persona. De tal manera que si eres una persona optimista tus expectativas siempre serán  a la alza: me darán el trabajo, me llamará ese chico, ma saldrá genial el bizcocho,  me encantara la peli...Y al final es muy posible que acabes con cara de boba porque te has hecho demasiadas ilusiones. 
Al contrario si eres alguien negativo, tus expectativas serán bajas y quizá te lleves una agradable sorpresa.

 En el primer caso, si eres de talente positivo, te dará igual que tus expectativas no hayan sido superadas, porque tu propio optimismo te ayudara a ver el vaso medio lleno. En el segundo, si tiras hacia la negatividad sideral, también te dará igual que todo vaya mejor de lo que esperas porque no sabrás apreciarlo la mayor parte de las veces y pensaras que tarde o temprano algo malo ocurrirá. 

Así que expectativas aparte yo elijo ser de las que se ilusionan con las cosas, aunque luego me caíga un jarro de agua fría por lo menos habré disfrutado durante el camino.




 *¿Hay alguien ahí leyendo que haya estado en el otro lado? Es decir ¿alguien que haya sido encantador y tras haber pedido el móvil  luego no haya llamado? Rogaría que en los comentarios explicase a qué se debe esa conducta. Prometo no tomar represalias.


Un plan parfait

He pasado un finde complicado. Repleto de emociones fuertes, se suponía que iban a ser agradables, pero mi carácter, mis nervios, mi paciencia (o la falta de ésta) y la forma de ser, a veces destructiva de mi padre, han chocado hasta estallar.

Hoy he dormido fatal. Me he despertado sangrando por la nariz y ya he sido incapaz de volver a conciliar el sueño. No sangro nunca y me he quedado un poco desconcertada. 
Las noches del domingo al lunes no me gustan nada. Son infinitas, muy dadas a los malos rollos mentales, pienso mucho y en cosas negativas casi siempre. Para intentar relajarme me dormí poniéndome en el móvil un capítulo de Cuentamé, que no se por qué razón me calma mucho más que una tila.

Me he levantado con la intención de disfrutar del lunes. De disfrutar de mi "suerte" de no trabajar los lunes. Me he levantado de la cama con el propósito de desayunar, ventilar mi  casa y sentarme en el sofá a ver una buena peli.

Llevo más de una hora buscando esa peli y en el camino he pasado un rato relajado y terapéutico leyendo el blog de Cristina. He ido allí en busca de alguna recomendación cinéfila (siempre que leo las pelis que ha visto digo ¡humm, creo que me apetece ver esta película!) y me he quedado un buen rato navegando y disfrutando de sus entradas.

Y ahora voy a ver una peli hamburguesa, Llevamé a la luna, cuyo título original es mucho más sugerente y acorde a lo que ando buscando esta mañana de lunes:  Un plan Parfait. 
No tengo ganas de pensar más.

Como decía Escarlata O'Hara:  
" Ahora no puedo pensar en ello, me volvería loca si lo hiciera, ya lo pensaré mañana"















El fin de la crisis llegará. Perripredicciones.

Yo soy visionaria, tengo poderes mentales. Adivino cosas del futuro. Por ejemplo cuando los pisos subían y subían de precio yo dije: Esto va a explotar y algún día los pisos tendrán que bajar y bajar de precio.
En serio os digo que entre mis amigos más íntimos hubo quien me contestó que eso era imposible (una amiga que trabaja para una constructora muy potente de Perricapitaldeprovincia). Tan vehemente se puso que otra amiga, al limite de su cuenta vivienda, decidió comprarse algo ante el temor de que el precio de la vivienda siguiera ascendiendo de manera estrepitosa. Meses  después, mi amiga, la que compró la casa, lo perdió todo. TODO. La casa aún sobre plano no se llegó a construir, perdió su dinero, todo lo ahorrado y  su familia, su sustento era una empresa familiar de un negocio muy asociado a la construcción de la que vivían mejor que bien, tuvo que empezar de cero pues buena parte de su negocio se estaba basado en contratos con aquellas constructoras que estaban haciendo casa sin parar. A ellos no les pagaban, eso les generó muchas deudas con proveedores y tuvieron que despedir a la mayoría de la plantilla y empezar de cero.
Yo lo sabía. Sabía, por sentido común, que aquella situación de burbuja no tendría mucho recorrido. Que eso explotaría por algún lado. Y quien no lo quisiera ver, era porque estaba ciego pensando en lo que se iba a enriquecer comprándose una casa de mierda, para venderla a un precio de lujo para luego comprarse otra casa de mierda, solo que un poco mas grande.
La situación explotó, pero igual que una espinilla sebosa y purulenta no se descarga con delicadeza, aquella explosión se ha llevado por el medio incluso vidas humanas. Que se dice pronto.
 
Vidas humanas
 
Un minuto de silencio, por favor
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Supongo que ninguna de las personas que se tiraron por la ventana, ni de las que hoy están pendientes de desahucios, o buscan comida en la basura, o reciben ayuda de cáritas, pensó cuando el banco le ponía buena cara y le daba todo lo que le pedía, que aquello no podía ser. Imagino que los que se compraban casa para especular nunca reflexionaron que aquello tendría fecha de caducidad, porque no era muy lógico que alguien que ganaba 1000 euros, o menos al mes, pudiese permitirse el lujo de comprarse una casa de 60 millones. Pero aquello se les llevó por delante. Se ha llevado por delante a personas, ilusiones, sueños, empresas, mucho dinero. Ha dejado en la ruina absoluta a muchas familias. A la vez que ha enriquecido a los de siempre, que han perdido algo, claro que sí, pero aún así su balance de cuentas es positivo.
 

 
Ahora se, y os lo anticipo, que la crisis se va a terminar. Que tarde o temprano, por pura inercia saldremos de esto. Que dudo que nadie tenga una varita mágica para solucionar este percal, sobre todo teniendo en cuenta que los que se encargan de acabar con nuestros problemas primero tienen otra misión encomendada: No crearse problemas ellos. Y asegurarse su vida.
No veo por ningún lado voluntad firme, por parte de los políticos que se supone son aquellos que trabajan por el bien común, de arreglar nada desde el sentido común. Será demagogo pero cada día su desvergüenza es mayor, su desfachatez aumenta. Nos mienten en la cara, nos roban, nos engañan, nos anulan, nos ningunean, y ya no lo hacen sibilinamente, no ¡que va! En nuestra propia cara, sin esconderse ni disimular. Y nosotros....aquí estamos esperando que pase la crisis, como sea y por encima de quién sea.
 
La crisis se va a acabar, y para eso ellos no habrán hecho nada positivo, sin embargo sí que han hecho por degradar nuestra calidad de vida. Me explico.
Tarde o temprano la mayoría trabajará. Vale, ¿pero en que condiciones? ¿con que salarios? ¿bajo que contratos? Os lo digo yo. Salarios de risa, que darán lugar a una vida muy perra, porque la vida, el costo de la vida (luz, agua, servicios, sanidad, educación...) no va a reducirse.
 
Cuando salgamos de esta habremos logrado algo: perder muchos derechos  que con el paso de los años tanto nos ha costado adquirir. Y me estoy refiriendo a una mejora de nuestra calidad de vida porque teníamos una sanidad garantizada, ahora ya eso no es tan claro. Me refiero a menor desigualdad entre ricos y menos ricos, porque la educación y la cultura nos estaban equiparando unos a otros. Me refiero a calidad de vida porque podíamos cuidar de nuestros mayores con dignidad, porque gracias a leyes como la dependencia podían tener una vida mucho más digna a pesar del dolor. Todo eso lo hemos perdido. Lo hemos tirado por la borda. Estamos tirando por la borda años de lucha por derechos. Y hay personas que no valoran esto en absoluto, porque el bien común les importa una mierda. Porque les importa su bien y ese está cubierto o a base de talonario o a base de contactos.
 
Saldremos de la crisis pero solo eso.
Nos tocará trabajar a destajo por un sueldo de mierda, mientras otros se lo seguirán llevando calentito. Tendremos que dar a luz por narices a hijos a los que no podremos cuidar porque no tendremos ni fuerzas, ni ganas, ni dinero, ni medios solo porque un sector rancio y anclado en la Edad Media nos obliga. No tendremos acceso a la justicia, lo que nos dejará indefensos cuanto más débiles seamos. Nos habrán engañado, ninguneado y dejado tan a las puertas de la miseria, que cuando llegue el final de la crisi,s lo que antes nos parecía degradarnos luego nos parecerá el paraíso.
Y no es así, ni lo de antes, ni lo que viene.
 
Yo se que saldremos de la crisis, y que encima algunos se colgarán medallas, y que por desgracia otros muchos les alabarán, incluso les considerarán sus salvadores. Se que eso pasará y que personas como yo nos desgañitaremos y/o nos frustraremos muchísimo cuando veamos a personas denigradas dando las gracias a quienes les han robado ¡su vida! impunemente. Se que eso llegará. Pero yo, desde ya, desde el 2013 digo que a mí no me vale todo. Y que de la crisis se saldrá. Igual que otra crisis volverá. Y así ad infinitum.
 
La esperanza.
No voy a dejar este panorama desolador. Porque sí hay una esperanza, aunque tocará pelearla. De la misma manera que nos tocó antes, habrá quienes sí crean en el bien común y lucharán por devolver, recuperar y ampliar esos derechos. Y a buen seguro que lo lograrán. Ya lo hicieron en el pasado.
Pero eso, los que nacimos en el 73, ya no se si lo veremos.

 
 La esperanza es que al final nos morimos y dejamos de padecer. Y es por eso que no hay mal que Cien años dure.



 

ENTRADA RUSA: Sobre Reinventarse

¿qué es una entrada rusa?

Este post es la respuesta, versión extendida, al post de Cristina.


Que conste que el post me gusta, comparto lo que dice, y me apunto esas pequeñas píldoras de cositas que hay qué hacer pensando despacito. Pero ha sido acabar de leerlo y echarme a llorar. A llorar de pena, compasión de mi misma, de rabia y de alegría. Así tal cual.
Yo me reinventé, de arriba a abajo hace 4 años. La semana pasada hizo 4 añitos que dejé una vida para empezar otra. Super ilusionada, motivada al 1000x1000, dispuesta al esfuerzo, a sacar lo mejor de mí, a ser feliz...A superarme a mí misma. Invertí tiempo y dinero, casi todo el que tenía ahorrado (ya no tengo nada) en dar ese paso. Estudié una oposición a  mis 36 años. La aprobé muy dignamente. Me formé, seguí estudiando, gracias a una beca pude hacer un máster relacionado con la oposición, porque si quería ser profesora tenía que ampliar mis conocimientos. Me gasté el dinero en cursos en el instituto Cervantes....En mi vida personal, todo cambió. A mejor.
Trabajé de profesora, 5 días. Y tras eso estuve dispuesta a volver a prepararme una oposición que no llegó a salir. Entonces pensé que debía tener una idea, montar algo yo. Algo brillante, que no necesitase inversión y que implicase cambiar una mentalidad de perfecta ayudante a emprendedora. Para ello fui a mil charlas, talleres, jornadas sobre emprender (sigo yendo por si algún día salta la liebre en mi cabeza), aprendo mucho, mucho, pero....
Empecé un blog, para animarme, para demostrarme que seguía viva, para escribir. Me hice voluntaria, para ofrecer gratis, lo que no puedo hacer trabajando: enseñar. Hice un curso de narrativa, lo intenté con el inglés (pero el inglés es una de esas cosas que no me hace feliz), decidí correr y adelgazar y estoy en ello. Decidí, definitivamente, renunciar a ser madre.
 
Me reinventé. LLevo 4 años reinventándome. LLevo 4 años preparada para todo. Buscando en mi interior lo que me haría feliz, porque ya estuve 10 años, currando y ganando dinero y aprendí que no siempre eso da la felicidad (aunque yo no me puedo quejar porque tuve un trabajo muy bueno, pero me faltaba saborear la vida de otra manera). Llevo 4 años pensando que sería feliz trabajando en una librería, en una biblioteca, en un centro cultural, en una editorial, en un centro escolar...Llevo 4 años dándole vueltas a todo. Sacrificándome, luchando por ser más feliz.
Esta semana he vuelto a plantearme lo de prepararme las oposiciones. Me he encontrado, de nuevo, con la realidad. Estoy mayor. Sí, estoy mayor. El plan consiste en preparar una oposición y estar dispuesta a irme donde salga...Ya...pero yo soy mayor. Yo ya me reinventé así hace 4 años, y antes lo hice hace 22. Primero me fui de casa de mis padres a Madrid. 18 años después, me vine a Murcia. En Murcia está mi vida, mi casa, mi pareja, mi plan...No cabe irme ahora a trabajar a ¿donde? ¿a Cáceres? ¿a Santander? ¿De nuevo a Madrid? ¿A Andalucía? Y ¿qué hago? ¿me reinvento de nuevo? Dejo a mi novio...lo dejo todo por un trabajo.
 
Yo lo he intentado. Lo estoy intentando. Pero este esfuerzo, y ni un solo fruto...bueno, sí, trabajé 5 días y en el voluntariado me va muy bien...¿soy feliz? sí, claro que lo soy. Pero a veces, como ahora se me pone un nudo en la garganta y lloro sin parar. Porque se me pasa el tiempo, porque me falta algo, porque no se....me da rabia, me da envidia que haya gente que lo logra y yo no.
 
Reinventarse no es fácil. Es más, es muy jodido. Es tremendo. Y me da igual que sea de valientes, porque eso no me consuela.
 
Yo quería ser profesora de lengua y literatura, el gran sueño, y di el primer paso a pesar de que sabia que igual nunca llegaba a lograrlo.  
Yo quería escribir y me abrí un blog y me apunté a un taller de escritura a pesar de saber que mi inconstancia ya me había hecho fracasar en esta empresa varias veces.
Yo quería ser más feliz y me vine a vivir con mi novio, a pesar de que eso suponía dejarlo todo. TODO.
Yo quería adelgazar y me puse a correr, a pesar de que era incapaz de aguantar un minuto.
 
 
Por eso ese post de Cristina me ha hecho llorar. Por un lado porque las semillas que planto no dan frutos, y la verdad, alguien puede decir, quizá no son las mejores semillas, quizá debas regarlas más, quizá tu esfuerzo no es del todo esfuerzo. Pero por otro lado yo soy feliz. Se que soy feliz. Estoy bien y lo único a lo que tengo miedo es a quedarme, de viejecita, sola, en la calle, sin dinero...y enferma. A pesar de todo, a pesar de mi no buena suerte, soy feliz en mi presente. Mi día a día me gusta. No quiero pensar en el futuro, pero no puedo dejarlo pasar. No quiero dedicarme otro año a estudiar una oposición como si no hubiera mañana, no merece la pena tanto esfuerzo para las escasas oportunidades, o nulas, que voy a tener. Alguien pensará que no me sacrifico lo suficiente. Es verdad, no soy una persona sacrificada, no  me gusta sufrir. Me gusta vivir. Y con el paso de los años eso lo he aprendido muy bien, o vives el día a día, o el futuro te engullirá en cualquier momento y ya no hay vuelta atrás. Y a los 20 años, incluso a los 30, uno puedo permitirse el lujo de perder el tiempo, pero yo no quiero perder ni un solo minuto más andando por  caminos cortados.
 
He llorado de compasión, y he llorado de alegría porque, a pesar de todo, vivo bien. No tengo dinero, no puedo disfrutar de grandes cosas, solo de las pequeñas, pero estoy bien y al mismo tiempo estoy mal. Se disfrutar de lo sencillo y eso es un premio, pero sufro mucho cuando pienso que no he logrado todo por lo que he peleado. He hecho muchas cosas en estos 4 últimos años. He cumplido sueños de esos gigantes, que dice Cristina. Pero no he recogido los frutos que yo esperaba. Y ya no se si quiero sembrar más.