Mugre de a pie

No se a quien se le ha ocurrido que llevar las zapatillas sucias es cool, moderno, sofisticado,super IN,guay,chachi,moda a tope....no lo sé. Pero cada vez que miro al suelo y me topo con unos pies envueltos en unas zapatillas negruzcas y mugrientas, por muy converse QYE sean, pienso en que esos pies olerán fatal.
No queda bien. Llevar las zapatillas al límite de mugre es de COCHINOS.




Perri on the navipeich

FELIZ NAVIDAD

De todos modos hay algo que no logro entender...
Comprendo a aquellos a los que la navidad no les guste porque echan de menos a personas, porque se pasan las fiestas cocinando y pensando manjares, porque tienen obligaciones familiares con personas con las que no se llevan bien, a las que nunca hubiesen escogido como amigos (que se tienen, porque si tienes pareja, hijos o lo que sea, a veces la familia viene en el lote y hay que ceder)...pero lo que no entiendo es eso de que ¡hay que estar de buen rollo!

¿Es obligatorio? ¿De verdad? Que yo voy por la calle y la gente no está exultante y me da abrazos y besos. Eso no me pasa. Ni siquiera me veo obligada a ello. Pero si el conductor de Latbus sigue siendo tan antipático como siempre y la carretera tan puñetera como para que pille unos mareos de no te menees. En la carnicería me cobran igual por las pechugas de pollo y mis amigas, en estas fechas, no están especialmente insoportables. Están igual que siempre, de adorables y de lo otro ;-). Yo no he notado nunca eso del buen rollo. ¿Qué lo dicen en la tele? Ah, ¡bueno! pero es que la tele es show, la tele es espectáculo, y la verdad, que poner la tele para que salgan todos feos y hartos y aburridos...pues no compensa. En la tele dirán lo que quieran, que también salen anuncios de Dolce y Gabana muy fisnos y yo no me voy directa al Druni a pulirme la tarjeta. No se...igual  la gente le coge manía a la Navidad por las cenas de empresa. Pero es que ¡¡quién os manda asistir!! A las cenas de navidad solo se va si eso es de buen rollo, o sea si no lo paga la empresa. Si se va es porque se quiere, porque te apetece pasarlo bien con los colegas. Si es que te llevas bien con los compañeros de trabajo, claro.  Yo me he llevado siempre bien con los míos, tan bien que una vez que fui a la cena de navidad terminé liada con uno...¡¿qué típico no?! Pero me lo pasé genial, aunque no me acuerdo de nada. Jejejejejeje....que sí, que la navidad tiene su punto guay. Pero no es porque sea obligatorio ser feliz, sino porque a lo mejor, merece la pena intentarlo al menos una vez al año. Hacer el esfuerzo, como cuando estás estreñido.....que aprietas y duele, pero ¡oye luego te quedas como nuevo!
Y si no probad a sonreír, ¡venga! ¡ahora mismo! Mueve la boca hacia arriba, ¡sonríe coño!  ¡¡más!! ¡¡mucho más!! ¡¡¡¡¡muuuucho más!!!!!!

 No me digas que no es genial.

Pues eso es la navidad. Y que nos pille confesados.

Feliz Navidad a todos los Perri fans.


(Recomiendo que leáis el post directamente desde el blog, lleva regalillo incluido y creo que desde los readers singing porers no se puede ver)

Que nadie envenene vuestros sueños

A no ser que seas la típica persona que todo lo hace bien, que haga lo que haga, aunque sea comer mierda, lo adorna tanto que parece que todos los días almuerza en un restaurante de Estrellas Michelín, en algún momento van a herirte y van a hacerte dudar de tu vida, de tus elecciones o de tus sueños.
Nunca entenderé el proceso mental o el tipo de personalidad que tiene alguien  que se permite decir a sus semejantes que su vida es super maravillosa y que  los demás se han equivocado por completo en sus elecciones. El peligro que tiene este tipo de gente es que los que no somos como ellos, de vez en cuando caemos en pozos negros, a veces muy negros, que nos hacen destestarnos y plantearnos si no estaremos equivocados. Y yo odio tropezar con gente así.
 
Hay personas que a veces te aconsejan con el ánimo de ayudarte, de intentar poner algo de luz en tu camino, de abrir una ventana que quizá tú no has sido capaz de ver. Hay gente que va de buena fe, que quiere de verdad echarte una mano. Pero muchas veces les fallan los formas. Y luego hay gente que, se ha creído en serio que su vida es maravillosa y envidiable, y lo que hace es destruirte la tuya de un plumazo.
 
Nadie es nadie para asegurar a los demás  si han elegido un buen camino en la vida, a no ser que ese alguien esté acabando con su salud, esté matándose, esté poniendo en peligro su integridad física y mental. Pero si lo que estás haciendo es estudiar, es prepararte porque quieres trabajar en algo que ahora mismo es muy difícil porque no hay trabajo de ello, que alguien te cuestione lo que haces, y se permita el lujo de decirte que eso no sirva para nada, me parece muy osado y por otro lado tremendamente mal educado.
 
Tengo a mi alrededor gente para la que trabajar es un verdadero desafío, un placer, una parte super importante de su vida, como por ejemplo mi hermana, que es enfermera. Que estudió para enfermera cuando aquí había poquito curro de eso. Que sacó su oposición en atención primaria, que se lo curró mucho y se sacrificó más y ahora trabaja en lo que le gusta y sigue estudiando como si le fuera la vida en ello, porque le va.
Y tengo amigas, una en concreto, que daría su vida por ser capaz de dejar el trabajo. Que sale de casa a las 7 de la mañana y lleva muchos días volviendo a las 10 de la noche. Que no creo que gane mucho mas de 1000 euros (si los gana), que está aburrida, harta, agotada. Y por supuesto las horas que pasa trabajando, no creo que sea ni una cuarta parte de lo feliz que se merece ser una persona. Y trabajamos muchas horas....
Otras amigas trabajan en algo que más o menos les gusta, pero no les apasiona ni mucho menos.
El trabajo, no da la felicidad. Es necesario, porque a través de él ganamos el dinero que lamentablemente necesitamos para vivir. Pero nada os garantiza que tener trabajo os harás más felices, a no ser que escojáis una profesión que os apasione. Que os llene, que os permita crecer como personas. Y esto es muy personal.
A algunas personas lo que les pondrá las pilas será el dinero de fin de mes, y les dará igual si ese dinero lo ganan metiendo bolsas de patatas fritas en una caja o poniendo ladrillos. A otros les apasionará ayudar a los demás, y habrá quien sienta horror por esto y le fascine ser economista de una empresa de finanzas. Otros querrán jugar al fútbol y otros sólo querrán ser las parejas de esos futbolistas. Alguien querrá ser poeta y carnicero en sus ratos libres. Y habrá quien como yo sería feliz en una biblioteca o en una pequeña librería o en una droguería con tal de dar las vueltas a los clientes sacando las monedas de unos cestitos de mimbre metidos en un  cajón del mostrador.
Pero nadie tiene la clave de lo que es mejor y lo que es peor. Nadie os puede asegurar que lo que habéis escogido es un camino equivocado, entre otras cosas, porque la vida no es un camino solo, hay tantas bifurcaciones por las que perderse, tantos senderos que coger en un momento dado, tantos giros y cambios de sentido...Y en ese viaje, cualquier cosa que llevéis en vuestra mochila os será de gran ayuda. Máxime si es algo que os apasiona.
Nadie tiene una vida de cuento de hadas. Creedme. Nadie es feliz y está satisfecho con su vida al 100% y no ¡pasa nada! De eso se trata ¡caramba! No os creáis a esos charlatanes que os dirán que todo lo vuestro es una porquería y que  lo que hacen ellos es genial, porque quizá lo sea para ellos, pero no tiene que serlo para vosotros.
 
No dejéis de lado vuestros sueños, o vuestros objetivos, por muy difíciles de conseguir que parezcan. Porque si algo he aprendido en 40 años, es que lo mejor en esta vida para llegar a conseguir algo, es tener muy claro que es ese algo que se quiere conseguir. Es la base, y si la tenéis, tenéis el 99,9% del éxito asegurado.
 
Hace muchos años, cuando yo tenía 18, conocí a varias chicas, hoy buenas amigas, que querían ser bailarinas, (cosas del destino, conviví con varias chicas que se dedicaban al baile). Era, es una profesión dura, muy dura y vivir de ello algo tremendamente complicado. Pero todas ellas amaban, adoran, bailar. Sacrificaron mucho por lograrlo. Algunas, por si acaso no podían vivir de ello, estudiaron otra cosa a la vez que no dejaban de formarse en la disciplina de la danza. Hoy, ¡todas! viven del baile. Y no solo viven, sino que les va de maravilla. Dos de ellas tienen su propia escuela y una de ellas una modesta, pero muy interesante, compañía de baile, una no para de hacer colaboraciones, estudios de danza, fusiones...hasta gana premios y ahora además da clase en la escuela del que fue su maestro e ídolo: Víctor Ullate. Yo las he visto pelear. Desde que no eran más que alumnas, hasta ahora que son profes. Las he visto enfrentarse muchas veces a la desesperanza de no poder trabajar nunca en lo que les gustaba. Y ahí están. Sin embargo sus vidas personales han sufrido un poquito en esta andadura. Quizá no sea por culpa del trabajo, sino que la razón posiblemente sea su forma de ser, su personalidad y la propia vida, que es así. Lo que pasa es que siempre, en los peores momentos, la danza, el baile, ha podido ser su refugio. Su vida podría haber sufrido los mismo altibajos si hubiesen hecho caso a quienes les insistían que del baile no se vive, y encima no habrían tenido la suerte de agarrarse a su pasión para que sus penas fueran más llevaderas.  
 
 Un novio que tuve, MI NOVIO, tardó mucho en saber qué quería. Fue mal estudiante, pasaba de todo, un adolescente terrible. Hasta que descubrió que lo que quería era cantar, ópera. Y empezó a prepararse. Hoy en día está en el coro nacional. Cada año tiene que superar unas pruebas para seguir formando parte del coro. Pero vive de eso, y aunque no tengo relación con él, estoy segura de que es muy feliz por ello y también, creo que puedo afirmar, que seguro que no tiene todo lo que desearía, que hay algo que le encantaría cambiar, pero que cada vez que sube al escenario a cantar, se olvida y es feliz.
 
De verdad, que nadie mate vuestros sueños porque quieran haceros creer que los suyos son mejores y más válidos. Si no lo conseguís, no pasará nada.
Pero si ni siquiera lo intentáis................no tendréis vida para arrepentiros.
 
Este post está dedicado a una amiga, a la que hoy domingo le han tocado un poco las narices con este tema. Y no lo merece porque ella es una tía estupenda y podrá lograr lo que se proponga. Aunque ella, aún no lo sepa.

Matando moscas a TABLETazos

Estoy enfadada, y es un enfado de cría pequeña, un berrinche, algo entre la envidia y la rabia. Pero es que no se me pasa y he venido aquí a contarlo (modo terapéutico del blog ON*)

Resulta que este año, para Reyes-cumple (que a mí me viene todo seguido), le he pedido a mi rey-churri particular, que me regale ¿una? ¿un? tablet. Porque estoy harta de llevar mil pdfs impresos de artículos que me gustan a todas partes, de leer en el móvil vuestros blogs, de no tener un libro electrónico, de llevar mil libretas con mil cosas apuntadas en cada una para luego dejarlas tiradas (bueno esto da igual que me regale un tablet porque seguro que lo sigo haciendo), en fin, porque estoy todo el día enganchada al móvil mirando cosillas, aquí, allá, sacando blogs interesantes, muchas ideas, descargando apps y y dejando el móvil K.O, y me apetece tener un cacharrín de estos. Creo que le voy a sacar partido. 
Mi chico encantado de regalármelo porque le encanta la tecnología y sólo el tener que buscarlo, el comparar unos tablets y otros ya le hace ilusión (yo odiaría hacer algo así). Así que ya tiene el tablet elegido y ¡comprado! jejejejeje, como que le acompañé yo a comprarlo y todo, aunque me quedé fuera de la tienda. ¡Ainss! yo es que soy superpetardil con esto de los regalos y me gusta hacerlos y recibirlos IN TIME*, en su momento justo.
Volvimos a casa, y le obligué a esconderlo. 

Confesión: ayer husmeé un poco por casa buscándolo, pero más con la intención de ver hasta qué punto se había currado el escondite, que con la de encontrarlo para ver la caja. Y se lo ha currado. No lo hallé.


El martes viene mi chico y me dice que su padre (que es otro loco de la tecnología pero que no se entera de ná, que usa el portátil pepino que tiene para leer y hacer excels, básicamente, y para joderlo romperlo de vez en cuando porque da botones que no sabe ni para qué los da...empieza el desahogo ¡¡¡peligro!!!), pues me dice que su padre ha decidido regalarle a su madre (70 y...años) un tablet. Y él tan contento con el regalo también.
Sí, sí un tablet para su madre, que usa el móvil a duras penas...uno del siglo pasado, claro. Su madre que no usa el ordenador para ¡nada!, ni maneja internet, ni sabe hacerlo, ni tiene ni idea de lo qué es una wifi, ni el facebook, mucho menos android, aplicaciones, descargas ¡¡¡nada!!! pero ¡¡nada de nada!! Lo que pasa es que como ellos (padre e hijo) son unos flipaos de la tecnología (el hijo con conocimiento de causa) pues están todo el día machacando a su madre con que aprenda, con que se compre esto o aquello y la madre, a todo dice que sí...Sí, sí me encantaría aprender...(pero lleva 3 años deseando aprender...sin aprender....yo creo que eso es más bien un "paso ampliamente de este tema")
En fin, pues el padre dice que el regalo va a ser un tablet. Y le pide consejo al hijo.
El hijo, que seguro que ya le habia contado que a mí me iba a caer un tablet estas navidades, dice: Ah, pues el de Perri es estupendo. Lo que pasa que los hay más baratos y para mamá....
Y el padre: No, no si el dinero no es problema.
Que traducido significa, hijo, vamos a matar moscas a cañonazos, pues compremos el cañón más grande. Y deciden comprarle el MISMO TABLET QUE A MÍ.
O sea el mismo tablet para alguien que ni putirrifuá de fuá que a una tía que prácticamente se pasa 8 horas diarias (como mínimo) pegada al ordenador, que usa las redes sociales, que es bloguer (de escritura y de lectura), que edita videos, fotos, escribe, que busca ¡casi toda la información del mundo en la red!, que sabe de informática, que sabe de internet, que sabe de que va esto...que controla...Y yo flipo. Y me cabreo. 

Le digo a mi chico que se dejen de chorradas de regalarle a la madre lo que a ellos les gusta y piensen más en lo que le puede gustar a su madre. Me manda a la porra. Le insisto. Me insiste en que su madre quiere un tablet para....¡¡¡¡VER FOTOS DE CUADROS y luego pintarlos!! y para ¡¡leer libros!!!! Le increpo que si no sabe usar internet cómo va a buscar las fotos de cuadros, ¿cómo? si ni siquiera sabe los nombres de pintores que le gusten...Ella va a un museo, tienda, galería, lugar cualquiera donde ve un cuadro y si le gusta le dice al marido: haz foto y luego lo imprime y lo pinta. Hasta ahora funcionaba así. A partir de ahora....¡¡¡con tablet y a lo loco!!!

Yo insisto con: a tu madre le gustan más los potingues, tiene la casa llena de potingues...Para leer es mejor un e-book y más para según que vistas ya cansadas....con el dinero del tablet le regalo yo un buen bolso a tu madre y le lleno el armario de cremitas...
Mi chico me dice que me calle. Me calló, un poco después de lo que él quisiera, pero me calló. Porque me doy cuenta de que tengo un ataque en toda regla de envidiaitis complicándose con una  rabiatitis aguda severa, porque le vayan a regalar lo mismo que a mí. Porque yo quiero que ese regalo sea para mí, en exclusiva. Porque me parece que regalándoselo a alguien que no tiene ni idea de qué hacer con eso, a no ser que sirva como tabla de cortar chorizo, le quitan el supervalor que para mí tiene. Porque me jode, y esta vez no lo tacho, que un regalo que para mí, es un esfuerzo económico, un desembolso importante, un lujo ¡así de claro! ¡¡un lujo!!  para mi suegro sea una chorrada, algo que hace porque sí, porque me da la gana, porque se me ha pasado por la cabeza y punto. 

Total, que mi chico, que es un encanto, al final habla con el padre y le comenta las dudas: mira a ver, no vaya a ser que mama prefiera otra cosa, que el tablet igual le viene un poco grande, que no va saber manejarlo...Y el padre cede y le consulta a la madre. Y la madre dice:

¡¡¡¡QUE ELLA QUIERE UN TABLET!!! 

Y yo cojo, me coso la boca, me meto en mi cuarto, me abrazo a la almohada y me pongo a gritar sordamente, porque esto me parece una injusticia y sobre todo ¡¡¡UNA IMBECILIDAD DE MARCA MAYOR!!

Y lo que os digo, y llamadme lo que queráis, es que hay gente, a la que no le habría venido mal pasar un poquito de hambre para apreciar un poco más el valor de ciertas cosas. Mis suegros son buenas personas, pero tienen cosas de bombero torero. 

El tablet suegril está comprado. Es el mismo que el mío. Comprado en la misma tienda. Yo me negué ayer a acompañar a mi suegro y a mi chico a comprarlo, ¡faltaría más! Lo voy a ver el día de nochebuena, el mío no lo tendré hasta reyes....Me han quitado de un plumazo la ilusión, al menos de ver el mío por primera vez. Y me dice mi chico que ya le diré ¡¿yo?! a su madre como va lo de los libros, e-books...¡¡¡ni de coña!!! quién quiera peces, que se moje el culo. No querías tablet....¡¡¡pues te las apañas!!!

Se que ellos no han hecho esto con ningún afán de fastidiarme a mí, es más ni se les pasa por la cabeza que yo piense de este modo. Quizá me deja en mal lugar, y parezco una ruin diciendo estas cosas o sintiéndome de esta manera. Pero, en serio, yo veo las cosas desde otra perspectiva. Creo que tener un tablet para ver 3 fotos es una solemne tontería y mucho más comprar un cacharro que te sobra por todas partes. Ya se que se lo pueden permitir, que no les supone un problema, pero no es eso. Es algo más. Es responsabilidad, es no querer ser tan mega guay, que a lo mejor a todo el mundo no le hace falta tanta tecnología para vivir. Que igual no hace falta ser el más moderno en nada. Y sobre todo, si tanto te interesa, preocúpate primero por aprender, por ver si además de interesarte, te gusta, y entonces da el siguiente paso. Igual yo tengo mentalidad de pobre. Pero me parece que si empiezo la casa por los cimientos me va a a durar más. (La tía, hermana del padre, tiene un Ipad, lo usa para jugar al solitario...El nuestro no es Ipad. Eso ya sería demasié).

(Al año que viene de Reyes me pido un vibrador y me evito estos disgustos...)

Cariño, tu nunca lees mi blog, pero si te diera la idea y acabaras leyendo esto, no me lo tengas en cuenta, tú sabes que perfecta no soy, que tengo mis defectos. Tus padres son muy majos y eso...pero a veces se pasan de maduros. Los míos también tienen lo suyo, of course*


* inglis pitinglis dedicado a Bettie y a Lya

2013, un año encadenado.

Toca hacer balance, y tal y como preveo que tengo mi vida social de aquí a final de año, creo que más vale que vaya haceindo examen de conciencia ya, porque voy a andar un poco ocupada en breve. Con las fiestas y las digestiones largas, sobre todo. 

El primer reto que me propuse en 2013 fue correr. Un cheque regalo de Decathlon tuvo la culpa de que a finales de enero me lanzara al super reto de correr un minuto seguido. He corrido durante todo el año, todas las semanas, todas, que se dice pronto, un mínimo de dos días. El día 30 correré la San silvestre de Perripueblo y se que cuando terminé esos 2500 metros lloraré. Vosotros y yo sabemos que ese llanto será de puro orgullo por haber sido constante, por el esfuerzo y por las satisfacciones que el correr me ha dado. Reto superado.

Reto superado y totalmente vinculado con el de correr, también ha sido el de adelgazar. Un propósito que llevaba más de 4 años resistiéndoseme. Acabo 2013 con 10 kilos menos que con los que lo empecé. Otro motivo más para sentirme orgullosa.

Otro motivo más para sentirme orgullosa de este 2013 ha sido mi taller de narrativa. A pesar de que hubo un momento en el que vi que aquello no era como lo esperaba, no dejé de ir y no dejé de escribir, que es lo más importante. Hice los ejercicios, me apunté a la jornada de poesía y mi recompensa llegó el día que leímos parte de nuestro trabajo ante la gente y al salir, más de uno, me dijo que mi relato le había encantado. 

Me dijo que mi relato le había encantado mi nuevo profesor de narrativa. Sí, ahora voy a otro taller, que por cierto acaba mañana. Uno muy sencillo, muy simple, donde vivo, muy reducido, pero que me ha encantado hacer. Ha sido una actividad de viernes por la tarde genial. He escrito un relato, al que le falta mucho para ser literatura, pero en el que me propuse el reto de escribir algo de intriga y creo que me ha quedado muy decente. Aunque en este campo de la escritura toca seguir esforzándome mucho y mejorar mucho más.

Toca seguir esforzándome mucho y mejorar mucho más en mi voluntariado al frente de una taller de español para alumnos inmigrantes. Cierro este casi mes y medio que llevo de andadura algo desanimada. Se me escapa un poco de las manos todo: la programación didáctica, la motivación, el saber enseñar. No tengo la sensación de que los alumnos hayan aprendido nada. Por otro lado el tema es bastante complejo porque no contamos con apoyo del instituto así que difícilmente creo que podemos mejorar mucho. Me doy por satisfecha porque lo paso bien, porque he conocido a un grupo de adolescentes chinos que me hacen reír y porque, una vez más, en 2013, he sido constante en algo. 

Una vez más en 2013 he sido constante en algo. En quejarme, en protestar, en no dejarme llevar por la situación, en no callarme ni debajo del agua. Y en ello pienso seguir. 

Y en ello pienso seguir, en tener proyectos, por pequeños y ridículos que sean, porque a pesar de que no he trabajado, o sea que no he ganado dinero, creo que este año ha sido bueno para mí. Me he superado y he logrado algunas cosas. He sido feliz con lo sencillo, he disfrutado y he procurado, sin dejar de pelear por lo que creo y considero justo, apartarme en algunos momentos de una realidad que no es en absoluto como me gustaría. 

Una realidad que no es en absoluto como me gustaría, y en la que sin duda, a pesar de todo, yo de momento soy afortunada, así que no puedo dejar de pensar, y dedicar unas palabras a mucha gente que aunque desearía en lo más profundo de su ser disfrutar de los placeres sencillos de la vida como son ver amanecer y ver anochecer, no pueden porque les faltan fuerzas, porque les están machacando, porque no tienen qué llevarse a la boca, porque no pueden  ni siquiera tener ilusión. 







Dos películas agradables para navidad.

A veces te pones a ver una pelicula y lo único que buscas es relajarte un rato, ver cosas bonitas, sentirte a gusto, decubrirte sonriendo, querer tener una casa así, un pijama así, una sonrisa así, un novio así, una personalidad así...A veces las pelis más tontas, o anodinas, te pueden hacer sentir genial. Eso me pasó a mí ayer con una peli que pusieron en la tele, The holiday, (Vacaciones), una peli que ya había visto, pero que, en contra de mi chico, decidí que era la ideal para ver ayer noche. Y qué quereís que os diga, si alguna vez os habéis sentido un pelele en manos de un hombre (hablo en mi género que me resulta muy difícil eso de hablar en doble modo masculino-femenino), si alguna vez un tío os ha tenido como el perro del hortelano, si alguna vez habéis suspirado por un tío, lo habéis ido dejando todo por él, os habéis ilusionado porque después de pasar de vosotras un tío os llama a las 7 de la mañana...en fin, si alguna vez, os habéis dejado de querer un poquito a vosotras mismas, esta peli reconforta y da muy buenas ideas. No es profunda, ni reflexiona a tope, pero tiene cuatro frases geniales, tiene los puntos justos para que se despierte en tí ese lado: " YO LO VALGO" y sólo por eso merece la pena verla.
Pero además si os gusta la ternura, hay ternura. Si creeís que estar sola en una casa de campo, leyendo, cuando afuera hace frío de narices, tomando un chocolate y con un ropa Homewear monísima, os parece un plan genial, ¡esta peli es vuestra película! Aunque si preferís una enorme casa en Hollywood, con todos los lujos, con su piscina, con sus vecinos adorables, ¡esta es una buena pelicula!
En fin si queréis o necesitáis un momento moñas, esta comedia está para eso. Para verla con una mueca en la cara. 
A mi chico, no le gustó, advierto. Él para pasar estos momentos así, prefiere una de acción o de robos a lo grande. Yo esas las detesto. Donde esté una bonita comedia romántica que se quite todo. 


Y la que gusta, sin duda, a unos y a otros, y es indispensable en estas fechas es: 
LOVE ACTUALLY. Tenéis que verla. 








Una postal de navidad

Llegó a casa despues de hacer la compra. En la panadería de abajo me compró una barra porque tengo antojo de pan. Abro el buzón. Entre una carta de mercadona y otra de asuntos de trabajo de mi chico se esconde un pequeño sobre, con mi nombre escrito a mano en una letra preciosa. Es una postal de navidad. Sé de quién es, aunque es la primera vez que veo su letra. Pienso que posiblemente es una de las caligrafías más bonitas que he visto jamás. Subo a casa, dejo el resto de las cartas en el recibidor de la entrada y me llevo la mía. Mi intención es descargar la compra, coger una pizca de pan y leer mi postal mientras degusto ese manjar. Pongo la tele. No vacío el carrito de la compra. Cojo el pan. Abro la carta, tras mirar detenidamente el remite, la dirección, el matasellos. Además de la letra, ahora se de donde es. Abro la postal, pequeñita, sencillísima y me encuentro una dedicatoria escrita a varios colores con esa caligrafia tan especial. Parece de terciopelo, casi como la voz de quien la ha escrito. Me emociona sentirla a través de esa pequeña postal navideña. Saboreo el pan, saboreo las palabras que me dedica. Gracias, digo al aire, como si ella pudiese escucharme. En la tele un matrimonio con dos hijos cuenta que están a punto de perder su casa. Uno de sus hijos de tres años tiene leucemia. Me acuerdo de esos que estas navidades comerán más de lo que sus cuerpos pueden tolerar, recibirán extraordinarios  regalos que serán incapaces de apreciar, decidirán apretar un poco más a los cuidadanos que les votaron, se reirán a carcajadas de ellos mientras tomen las uvas, sus mandibulas deben desencajarse cuando recuerdan sus propias palabras torpes en ruedas de prensa pensando en lo inútiles y lo malvados que son y en cómo hay gente que todavía se parte la cara con sus amigos por ellos. Les maldigo, les deseo que todo el mal que ellos hacen se les multiplique a ellos y a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Decido sentarme ante el ordenador a escribirles, a condenarles, a escupirles en sus caras. Me siento impotente. Me pregunto que sentirán ellos al ver a esta gente. Mientra escribo me voy cabreando más. No me salen las palabras, solo insultos inundan mi mente y mi boca. Salen a borbotones por mis dedos, pero no quiero ponerme a su nivel. Pienso en mi postal, en la bondad de algunas personas, en que hay gente que puede estar perdiéndolo todo pero sabe ser feliz. Solo eso me consuela. Que a pesar de todo, ellos, sean unos infelices y que no tengan ni idea de lo que es sentirse la persona más especial del mundo por haber recibido una postal, escrita  a mano, de una persona a la que nunca has visto, pero a la que consideras tu AMIGA. 


Calendarios solidarios, el terror de las cocinas.

Es tiempo de calendarios y de solidaridad. La mezcla de ambos nos da la moda más angustiosa que he visto últimamente: el calendario solidario de gente semi-desnuda. 
Me vais a permitir criticar esta moda narcisista y falta de buen gusto, porque según mi percepción personal, en este país hay mucha gente que se ha quedado frustrada por salir en una portada del playboy, de la Menshealth o si nos vamos al género patrio de la Interviú. No se trata de tener mejor o peor cuerpo. De ser más o menos guapos. Se trata de buen gusto. Se trata de un poquito de por favor que decía el portero. No todo el mundo puede salir semi-desnudo en una fotografía y pretender salir airoso. La verdad que no. Y no es solo cuestión de saber posar, es que también hay que saber hacer fotos de gente en semipelota.
Me pregunto si estos calendarios, que rozan el porno casero en muchas de las ocasiones, venden mucho más (esa es la razón que argumentan para hacer estos engendros, las ventas masivas) que si se hiciera un calendario de bonitos paisajes del pueblo en el que falta una escuela, o si pusieran dibujos de esos que hacen los niños pequeños y que son tan geniales, o incluso si las mujeres que aparecen ligeras de ropa se vistieran de diferentes maneras: de muñecas de nieve en invierno, de arbol frutal en primavera, de balones de playa en verano, de racimos de uvas, de tableta de turrón, de cirio pascual...Si el fin de algo es la solidaridad, sólo la palabra ya nos invita a echar una mano y llevarnos uno de esos calendarios a nuestra casa, sabiendo que incluso lo vamos a colgar en nuestra cocina, a la vista de todo el mundo.

¿Pero me quiere alguien explicar, en qué cabeza cabe, que una ponga en su casa algo así?

Calendario solidario comisaria de Girona


Calendario solidario madres del colegio Montserrat


Calendario solidario estudiantes de medicina de la Vall de Hebrón



Calendario solidario madres del colegio Montserrat


Calendario solidario madres del colegio Montserrat

Calendario solidario madres del colegio Montserrat