De la boda y otros demonios: Cosas de una boda que hay que saber

Los invitados mandan
Tú crees que lo más importante de la boda es LA NOVIA. Y luego EL NOVIO. Y todo junto LOS NOVIOS. Pues no. Lo más importante de tu boda, tenlo claro desde ya, son: LOS INVITADOS. 
Y si no haced un ejercicio de reflexión y auto-crítica personal (está muy de moda últimamente, aunque no se use mucho). La última vez que os invitaron a una boda, a ¿qué hubo algo que os molestó?
- Os venía fatal ir a una boda en esa fecha.
- Os fastidiaba un montón tener que hacer un regalo.
- Menudo rollo comprarse ropa para una boda.
- No os gustaba nada el sitio que se había elegido para el banquete.
- Os parecía fatal que al boda fuese por la iglesia.
-  Os pareció fatal que os pidieran que fueséis vestido estilo vintage.
- Os pareció un agravio personal que a la boda no estuvieran invitados vuestros hijos.
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......escribe aquí tu reflexión.

Y es que a los invitados siempre les viene mal algo de una boda. Y ahora que estoy en este lado, en el de ser la "protagonista", me estoy dando cuenta de que a consecuencia de este asunto me estoy llevando muchos disgustos. Disgustos que quiénes los provocan no saben que estoy pasándolo mal, muy mal, por su causa, ni lo sabrán. Pero mi autocrítica es que es verdad, que yo he estado en otro lado, el de los invitados, y reconozco que yo también he protestado por cosas de alguna boda que no eran de mi gusto. Ahora veo que estaba bastante equivocada y que me comporté como una absoluta imbécil.

Preparar una boda supone llevarte más de uno, dos o tres quebraderos de cabeza y disgustos.
Los quebraderos de cabeza porque es difícil elegir, porque el presupuesto manda, porque no encuentras lo que te gusta, porque se te viene el mundo encima muchas veces, porque no sabes cómo leches vas a organizar todo, porque tienes que abandonar ideas chulas porque son imposibles de llevar a cabo, porque dudas de todo, porque te pones a tí misma en último lugar...
Disgustos porque hay diferencias de opiniones, porque la familia se mete en medio y de repente hay una lucha entre el amor fraternal y el amor de pareja, porque habrá gente que te decepcionará, porque habrá gente que se sienta muy herida por tu culpa, porque habrá quién se crea con el derecho de decidir sobre tus gustos, tu vida, tu forma de ver las cosas, porque a veces harás más caso a los que menos te importan pero más se quejan con tal de no defraudar a nadie, porque luego te arrepentirás de dejarte guiar por esa gente, porque pensarás que haces daño a quién no invitas, porque no sabrás si gente invitada se sentirá en un compromiso...

Tendrás pesadillas
Yo ya llevo dos. En la de hoy no llevaba ni el vestido de novia, no me lo puse. No se por qué. Todo salía fatal, nada de lo que he preparado estaba a tiempo, me casaba en una iglesia llena a rebosar de gente. Ha sido horrible. En la primera pesadilla a 15 minutos de la boda no tenía nada preparado: música, ceremonia, barra libre, lugar de la fiesta, peinado, maquillaje...y me pasaba la mañana acompañada de uno de mis alumnos chinos y dos amigos más, en busca de un restaturante chino donde nos cortaran un trozo de sepia....o calamar...¡¡Flipo!!

Todo el mundo te deseará que disfrutes con los preparativos...
...Y tú muchos días sentirás que con los preparativos estás haciendo muchas cosas que nada tienen que ver con el verbo disfrutar. Algunas de las personas que te desean que disfrutes, son las mismas que harán lo que se les ponga en el ojete con algunos de tus deseos: como por ejemplo el de no venir con la familia a la boda. Pensarás si los demás jamás encontraron discrepancias con sus parejas en algunos asuntos, si les salió todo rodado, si no se pusieron histéricos en algún momento por el asunto más mínimo, si lo tuvieron todo  claro desde el minuto cero y te sentirás un desastre.



No hace falta llevar lencería fina el día de tu boda
Pues a alguien igual le causa risa, pero para mí, hace años, esto suponía un verdadero quebradero de cabeza. A mí eso de llevar ligas, medias con ligas, me parecía y me sigue pareciendo un suplicio. Además de que, en serio, una vez me probé unas y me sentí entre Troll y Morlock. Qué manera de joder un cuerpo, ¡madre mía! Y yo pensaba que era obligatorio llevar eso en la boda...¡Pues no! No lo es. No es obligatorio llevar lenceria fina en tu boda. Si tu eres de lencería fina, llévala, claro. Pero si eres como yo, de lencería cómoda, divertida, casual, deportiva...No te pongas unas ligas, o medias de seda, o bragas de encaje y sujetador de chantilly, porque lo que mal-llevas por dentro se te notará por fuera. Es mi consejo. 

No hace falta que todo sea de estreno en una boda
Por qué llevar zapatos nuevos si tienes unos estupendos, geniales, cómodos, probados, testados y que encima sabes que te seguirás poniendo. 







Entrada rusa: Ropa de estar por casa


Hace unos días Bettie hablaba de los pijamas. Y me dio la idea para escribir esta entrada rusa. Hacía mucho que no hacía una.
(Por si alguien no lo sabe les llamo entradas rusas por las muñecas rusas. Es en realidad el comentario que habría puesto a la entrada de Bettie, pero como me iba a extender hago una entrada dentro de otra entrada)











Mi relación con los pijamas es complicada. 
He pasado por varias fases. En mi primeros años en la residencia, o sea cuando me fui a vivir fuera de casa, me dio por los pijamas, camisones de raso o estilo sexy, digamos. Todo lo que fuera incómodo me lo ponía. Era moda, yo creo. O influencia de una de las primeras amigas que hice allí, en la residencia. 

Hoy en día no tengo pijama. No tengo un pijama que ponerme cuando llego a casa. Duermo con camisetas viejas, en invierno de manga larga y en verano de manda corta o tirantes. Para el invierno tengo un montón de esas blancas de abanderado, que ya ni son blancas ni casi son camisetas pero que no hay manera de deshacerse de ellas. Todos los años, desde hace más de 6, porque estas camisetas vienen conmigo desde la mudanza de  Madrid, me digo cuando hago el cambio de ropa de invierno a verano: 
- Este año tiro a la porra toda la ropa de dormir de invierno, que está hecha un asco. Y al invierno que viene me voy al Womansecret o al Oisho y me compro un par de cositas para estar en casa supermona. 
Pero ¡¡no lo hago!! Es ponerme a hacer el cambio de ropa y pensar: 
- Pero como voy a tirar estas camisetas, con la de apuros de los que me sacan. Que para dormir no necesito nada más y  con estas tengo de quita y pon. (Muy madre abuela mi pensamiento, lo se)

Porque eso sí, a mi las camisetas de dormir me duran 3 noches. A la cuarta ya la estoy echando a lavar. Manías. Total que duerno con camisetas. Viejas. Y sin pantalones. No me gusta ponerme pantalón para dormir. 
En verano uso camisetas de tirantes o manga corta. Este año fui capaz de tirar un par, hace poco, el día ese de cambiar la ropa. Pero lo tuve que hacer así, casi sin respirar, rápidamente, sin pensarlo. Coger la camiseta y tirarla a la basura. Y para no volverme atrás lo que hice fue quitar el polvo de la habitación, pelusas del suelo incluidas, en ese mismo instante con la camiseta. Y así ya ¡¡inservible!!

Para estar en casa tres cuartos de lo mismo. En invierno vaya, ni tan mal. Porque con pantalones de deporte, llamados chandal en mi época (ahora es que no oigo yo la palabra chandal...estará en desuso) pues yo con mis pantalones y algún forro polar, o algún jersey que ya no me pongo para la calle, me apaño bien. Aunque luego veo pelis en las que salen las chicas monísimas con sus ropitas de estar por casa y pienso:
- Mañana tiro a tomar por culo toda la ropa cutre y me compro un equipo megachulo para estar en casa. 
Pero luego voy a la tienda, veo los precios y digo: 
- ¡Bah! si total para estar por casa, estoy muy cómoda con mis pantalones y jerseys. 
Y tiro un invierno más. 

En verano, en verano ya es diferente. Lo mío con la ropa de casa de verano es muy fuerte. Es de juzgado de guardia. Como será, qué me pondré, que mi novio ha bautizado a mi ropa de estar en casa veraniega como: 
CUTROL

- Oh, veo que ha llegado el verano y con él ¡¡los cutrols!! 

Cutrol, viene de cutre. Y este nombre surgió, así espontáneamente de su cerebro, al verme vestida con ellos.

- Eso que llevas es un cutrol. 
En invierno fui capaz de tirar varios cutrols a la basura. Cuando haces el cambio de ropa parece que cuesta menos porque como no te ves ya con esa ropa piensas que para cuando llegue el tiempo de volver a ponértela te habrás olvidado de ella. Y es verdad. Así que si queréis deshaceros de alguna ropa tóxica ése es un buen momento. 

Tengo definitivamente un problema con la ropa de estar por casa. Y es que por encima de todo no tengo gracía para comprármela. Nunca encuentro nada que me convenza. Seguro que sería una buena cosa para pedir que me regalasen. Eso y calcetines. 

Curiosamente el único pijama que tengo, que me lo compré para ir de casa rural con los amigos ( porque cuando ibamos de casa rural me encantaba la ropa de mis amigas y de mi hermana y yo allí estaba con mis cutroles) me lo compré en Primark, esto lo pongo porque creo que el pijama que ha puesto Bettie o es de allí o al menos lo han mencionado. 

Yo de verdad, que si me dais ideas, para estar en casa guapa, cómoda y fresca o calentita, os lo agradezco. Y mi novio os lo va a agradecer mucho más.

Cosas de la tele: Masterchef y Cuéntame.



El año pasado me enganché, tarde,  a Masterchef. Me gustaba ver la creatividad de la gente ante la comida. Y me encantaba ver ese supermercado tan bien puesto, con esos mariscos, esa carne, ese ¡¡pescado!! Literalmente se me hacía la boca agua. Veía Masterchef y me entraba hambre. Veía a Pepe probar la comida y me entraban unas ganas locas de ponerme a comer. Y al día siguiente lo que hacía para comer siempre tenía algún toque especial. Masterchef despertaba también mi lado culinario creativo. Yo no soy una cocinillas. Me gusta cocinar lo justo. No cocino los findes ni invito a la gente a comer a casa. Soy cocinera de diario. De mis verduras y de mis cosas al horno, pero el programa de cocina me gustaba. 

Este año ya ha pasado como con todos los programas que suelen tener éxito: ha derivado en reality o en algo muy extraño. Para empezar pienso en la de gente que se tuvo que presentar al casting y que no entró y que se fue a su casa pensando que no valía para cocinar y si ahora ven el programa pensarán ¿pero qué es esto? Porque en serio, ¿se supone que los que están son los mejores de todos esos? Vamos, ingenua no soy, ya se que hacer un casting de esa envergadura tiene que ser LAOSTIA pero vamos que ¡hacerlo tan mal! Una de dos o el casting se hizo mal, o se está editando el programa de manera que les hacen quedar a los concursantes como verdaderos negados, y ni una cosa ni otra me convence.

No me gustan los malos rollos, exagerados hasta la saciedad, entre concursantes. No me gusta la prepotencia de muchos de ellos. No me gusta que haya gente concursando que vale más por el morbo de verle comerse un filete que por cómo lo cocina. No me gusta que escojan a una mujer mayor solo por ser mayor. No me gustan los chistes con el chico de la funeraria (como dice mi madre lo poco gusta y lo mucho cansa...y el otro día cansaron).

No se, creo que Masterchef, como le pasó a Operación Triunfo, ha perdido un poco el rumbo...el de crear ese amor por la cocina. El de fomentar el buen comer, la creatividad, las ganas de meternos entre cazuelas. Han perdido eso, al menos esa es la impresión que yo tengo, en aras de una audiencia que por otro lado solo queríamos salivar un rato delante de la pantalla.

AVISO: Si eres de esas personas que está dejandose la serie CUÉNTAME  para ver todas las temporadas seguidas, es posible que halles aquí algún spoiler. 




Cuéntame ha sido una serie que me ha encantado. Tampoco soy fiel desde las primeras temporadas. Con Cuéntame ya no recuerdo cómo me enganché, pero sí recuerdo y se las sensaciones agradables que me ha hecho sentir. A pesar de que las primeras temporadas están ambientadas en unos años que, aunque algunos sí los he vivido era tan pequeña que me resulta difícil recordar, es verdad que Cuéntame me hacía transportarme muchas veces a la vida en mi pueblo, mi infancia, los bares
 y las tiendas del pueblo, las navidades entrañables de la infancia, el olor, los sonidos...no se, Cuéntame era como un nirvana, viendo la serie era como si entrase en una burbuja y volviera a ser niña, sin problemas, preocupaciones y pensando y creyendo que mis padres se encargarían de cualquier contratiempo que surgiera.
Pero Cuentamé empezó a decaer, para mí, cuando la familia se fue del barrio obrero al barrio de Salamanca. Ahí ya no había identificación alguna. Esas temporadas no me gustaron mucho, a pesar de todo, como era fiel seguidora, lo veía. La temporada del cáncer de Merche, la madre, fue terriblemente dura, porque he de decir que si las temporadas antiguas me hacían sentirme genial evocando mi infancia, en este caso lo que evoque fue la enfermedad de mi padre y no lo pude soportar. De hecho el capítulo en el que se enteran de que tiene cáncer no lo querido ver. Para pasarlo mal no estoy.
El año pasado la temporada fue rara, floja, aburrida, con capítulos que poco o nada añadían a la trama de la familia, ni al momento histórico. El tema de Carlos en la cárcel fue de melodrama culebrón. Y este año Cuéntame ha desaparecido por completo. ¿Hola? En su lugar están emitiendo una telenovela a  la española, pero que no le llega a la suela del zapato a una serie que hubo hace muchos años: ANILLOS DE ORO, que iba de esto: del divorcio, de la infidelidad...Y en la que también salía Imanol, por cierto. Cuéntame ha perdido el norte, el sur, ha perdido encanto, ilusión, frescura. Ya ni el atrezzo es creíble. Los personajes van modernos, no:...más allá. La moda de los 80, pues  excepto la pobre Marta Nieto, que está irreconocible bajo esa pinta ochentera, los demás van como vamos todos por la calle hoy. En fin, que me da mucha pena, porque para mí es una serie que incluso me ha ayudado en momentos duros, cuando mi padre estuvo enfermo y yo no podía conciliar el sueño lo usaba como medicina, me ponía un capítulo, antiguo, y me calmaba. Llamadme absurda, pero me hacía sentir bien. Y hoy me sigue pasando. Así que soy de las que ven y reVen capítulos antiguos, creo que me los se de memoria, pero prefiero aquel Cuéntame a este bodrio novelesco que están emitiendo ahora. Por favor denle una final digno, si es que eso es ya posible.











De la boda y otros demonios: Las alianzas, de plata.

A mi me gusta la plata. Más que el oro, o incluso que el oro blanco (que desde que me he enterado que es oro normal con un baño de rodio me ha dado bajón). La plata me encanta cuando va envejeciendo y qué bien queda cuando la piel está un poco bronceada.
El anillo de compromiso me lo compraron, no lo elegí, es de oro blanco ¡bien! y muy sencillo ¡bien!. Es un diseño como griego. Pero no lo elegí yo.

Mi anillo de compromiso


No sabíamos si íbamos a comprar alianzas. Mi novio no tiene ninguna intención de llevarla más allá del día de la boda, no es chico de anillos y no se ve con uno. Me parece muy bien. Y yo, pues con el de compromiso tenía de sobra. Además a mí me gusta ponerme anillos diferentes de vez en cuando y ahora mismo llevo uno de plata, que me compró él en el primer viaje que hicimos juntos, a Asturias, es un anillo que me encanta y además tiene historia. No me apetecía quitármelo para llevar otro en su lugar. Así que prácticamente habíamos decidido comprarle a él una alianza de plata, muy sencilla  porque iba a ser para no ponérsela. Y yo con el anillo de compromiso iba que chutaba. 

Una tarde estaba en el Corte Inglés y la chica que me cobró llevaba un anillo de plata que me pareció chulísimo. Pero chulísimo. Tenia la forma incluso de alianza, una alianza diferente, pero alianza al fin y al cabo. Me gustó tanto que no me pude resistir y le pregunté por él. Le conté que me casaba y que su anillo me gustaba como alianza. Ella me dijo que no era una alianza, pero que ella también estaba pensando en que podía servirle como tal. La pena que la marca de joyas de plata que lo fabricaba ya no existía y que no había podido encontrar el anillo para su chico. Me contó que era de plata maciza, que estaba encantada, que lo tenía hacía tiempo y que como esos anillos ya no encontraba.
Me dijo la marca de la joya: YOCARI

¿Os lo he dicho? Yo soy una ratona de internet...una verdadera sabuesa.  Así que me puse manos a la obra.
Primero encontré la marca, la web de la marca, pero no se veía por ningún sitio la manera de comprar allí. El anillo que yo buscaba no estaba, pero había otros muy parecidos que me gustaron igual. Tras dar mil y una vueltas por la marca y por internet envié un mail al contacto que ponían preguntando cómo o donde podría comprar sus joyas.
A la mañana siguiente, seguí con mi Tablet buscando Yocari...y ¡¡voilá! en la web Esdemarca.com que es una web de ventas de artículos outlet aparecía una referencia. Como estas webs suelen tener los productos en campaña pensé que se trataría de una campaña ya pasada y que lo que me salía era alguna cosa del caché, pero pinché y ¡¡¡¡DE NUEVO MI SUERTE SHOPPING!!!! allí estaba la marca, con sus productos, a un precio INCREÍBLE, un 80% de rebaja!! Y ¿qué pensáis, estaba o no estaba mi alianza buscada? PUES ¡¡¡¡EFECTIVAMENTE!! ESTABA.
La suerte me seguía. El precio del anillo era de 99 euros, pero en esta web estaba en ¡¡27!!  27 euritos por mi alianza fetiche, me parecía de broma. (La sencillita que le había gustado a mi chico costaba 36...)
Además el anillo no lleva talla, no es cerrado del todo por lo que te lo puedes adaptar. Una suerte, porque de esa manera compré 2. Una para mí, con una forma un poco más femenina y la que le vi  a la chica del Corte inglés se la compré para mi novio, de manera que tras la boda, lo adapto de nuevo a mi dedo y lo podré llevar yo.

Y esta es la historia de mis alianzas de boda. Dos anillos de plata maciza, que a mi me encantan y que encima me han salido muy baratos.


Os dejo la foto de las alianzas. Va.
Alianza novio 
alianza novia

PD1: Los de Yocari me contestaron enseguida, me dijeron que podía escoger cualquier joya de su web y ellos me decían el precio y me lo mandaban. Les contesté diciendo que había encontrado lo que buscaba en "esdemarca.com" y me dijeron que en esa web los artículos eran de temporadas pasadas, pero que compensaba por el precio. ¡¡Y tanto!!

PD2: No me pude resisitir y una tarde me pasé por el Corte Inglés en busca de mi chicaalianza. La encontré y le conté toda esta historia y donde podía comprarsela a su chico. Sinceramente creo que me tomó por loca, pero me queda la ilusión de que gracias a mí ella también haya podido cumplir un deseo.

PD3: ¿Qué grabarías tú en la alianza?

Yo me niego

Yo me niego a a aceptar todas esos soflamas que hoy surgen proclamando que el asesinato de la presidenta de la Diputación de León sea un ataque a la democracia. 

Yo me niego a que nadie me diga que debe hacernos reflexionar este hecho acerca del acoso al que estamos sometiendo a nuestros políticos. 

Yo me niego a pensar, a creer, a defender, a respetar a quién quiera ponerle un punto político a este crimen. 

Yo me niego, porque no creo que nadie merezca morir así. NADIE. Y NADIE ES NADIE (¿Pueden otros decir lo mismo?)

Pero esto no tiene nada que ver con la politica y mira que lo primero que pensé al enterarme del asesinato fue precisamente que alguien, en su hartura, sufrió una enajenación y cargo contra esta mujer, que dicho sea de paso, no merece la muerte, pero tampoco merece ni los honores que se le van a dar, ni mucho menos merecía los cargos que ostentaba a cargo del erario publico porque era una perfecta y reconocida corrupta y manipuladora. 

Este asesinato no tiene nada que ver con la politica, ni con el hartazgo que tenemos los ciudadanos. Pero si lo hubiera sido, yo creo que a quien deberia hacer reflexionar no es a los ciudadanos, sino  A LOS POLÍTICOS. 

Y mientras sigamos defendiendo a esta casta, a esa ralea, a esos sinvergüenzas que ostentan cargos públicos y se rien de nosotros los tiros, silenciosos, pero igualmente mortales, nos los están dando a nosotros. 

Condeno el asesinato, sí.