Sinuhé el egipcio y Saber perder. Waltari y Trueba

Este verano no he leído demasiado, la verdad sea dicha. En parte porque me he dedicado a otros menesteres y en parte porque el primer libro que os voy a comentar ralentizó bastante mi ritmo.
 
 
 
SINUHÉ EL EGIPCIO. De Mika Waltari.
 
 
Me lo regaló mi chico en una tarde tonta de compras, lo vio y como a él le entusiasmo en su adolescencia se empeñó en regalármelo para que lo leyera yo. Me había hablado muchas veces de lo que le entusiasmo la novela de Waltari. Muchas y yo estaba convencida de que a mí no me iba a entusiasmar tanto. Y así ha sido, pero reconozco que me ha gustado y sobre todo que he aprendido un montoncito de cosas.
 
Es una novela histórica, que se desarrolla en el Antiguo egipcio, no recuerdo ahora si 1000 o 2000 años ANTES DE CRISTO, que ya es decir años, prácticamente los que llevamos desde después de Cristo. Una barbaridad, al mismo tiempo que una nadería de tiempo si tenemos en cuenta al hombre de neardenthal...(es que este verano he visitado Atapuerca y me mareaba con las fechas y los millones de años que hace que existe la Evolución humana). Es la historia de un médico en el antiguo Egipto, narra mil peripecias y cosas que le ocurren al mismo tiempo que va desgranando aspectos muy interesantes de la vida, cultura, religión egipcios. Desde luego si el mundo egipcio te fascina, debes leerla.
 
Lo mejor de la novela es que ocurren muchas cosas y que por lo visto el rigor histórico es absoluto. Waltari se documentó a base de bien y esto está reconocido por prestigiosos egiptólogos. LA novela tiene intrigas, amores, pequeños terrores, luchas...de todo.
 
Lo peor es la manera en que está escrita para darle verosimilitud y rigor histórico. Está narrada en primera persona y a veces tanto la voz de Sinuhé como los diálogos se antojan un poco sencillos de más, infantiles, absurdos e incluso cansinos. Esto  ha hecho en mí, que mi ritmo de lectura no haya sido muy fluido. Pero es cierto que cada vez que la cogía y leía pensaba "¿por qué tardaré tanto en leerla con lo interesante que es?
 
De obligatoria lectura en la adolescencia, debería ser una lectura recomendada a tope por los profes de historia, geografía, mates, lengua...porque en el mundo egipcio tenía cabida todo esto y además de leer, cosa que siempre les viene bien, aprenderán un montón de cosas y sobre todo, les despertará la curiosidad por saber más. Se pueden hacer trabajos muy interesantes de investigación a raíz de esta novela.
 
Entretiene, es amena, enseña, es rigurosa...yo creo que sin cosiderarla una obra maestra, como dice mi novio, es una novela que merece la pena leer.
 
 
Saber perder. De David Trueba
 
Esta novela me la prestó mi hermana. Nada más verla entre el montón de libros que me dejó para pasar el verano ya me atrajo.
 Porque es de la editorial Anagrama y de esta editorial me suelen gustar mucho sus libros.
Por el formato del libro en sí, agradable, tipo bolsillo,  pastas blandas (estaba harta de las pastas duras y el formato grande de Sinuhé).
Por el número de páginas, ni muy larga ni muy corta, ideal para leerla en una semana.
Por la sinopsis que leí en la contraportada supe que ese libro era de "mi estilo" y está fue la razón más poderosa, claro.
 
Nada más acabar con Sinuhé me puse con ella y desde la primera página me enganchó.
Reconozco que el estilo narrativo de Saber perder me gusta mucho. Una novela coral, que nos cuenta paralelamente la vida de 4 personajes, relacionados entre ellos. Una chica joven, su padre, su abuelo y un futbolista de una importante equipo.
Esta narrada con sencillez y no ocurren grandes cosas, o sí, según se mire. Es la cotidianeidad del día a día de unos personajes a los que algo importante les acaba de ocurrir que les descoloca un poco su discurrir diario.
 
No quiero contar nada más de su argumento, eso lo podéis encontrar en cualquier web. Decir que me encantaron los personajes, que en ocasiones llegué a enfadarme de veras con alguno de ellos, que no pude dejar de leer la novela ni una sola noche, que pensaba en ellos, en los personajes, que casi se me antojaron personas reales. Y cuando la acabé sentí satisfacción, me dejó un regusto muy bueno. Porque la lectura fue agradable, sencilla, directa, sin reflexiones estudiadas ni poses narrativas que enfangan todo. Porque al final me enamoré de todos los personajes que la pueblan y porque me lo pasé muy leyéndola, la verdad.
No me cabe ninguna duda de que me leeré más novelas de este chico polifacético.
 
Os la recomiendo, sí.
 
 
PD. Es raro que alguna vez diga no os recomiendo este libro, porque si me lo he leído es síntoma de que me ha gustado. Cuando un libro no me gusta, no le doy oportunidad. Así soy.


Diario de verano: La zapatería prodigiosa

En mis compromisos veraniegos había una boda, fue este fin de semana y hasta ayer lunes he sufrido los síntomas de la resaca...una no está ya para los cubatas por la noche.
 
El vestido de la boda me lo compré a principio de las rebajas, iba de amarillo. Los zapatos los fui dejando, los fui dejando...no encontraba, no sabía cómo los quería. Así que a 4 días para la boda me fui a recorrer el pequeño pueblo playero en el que estoy, por si había algo.
 
Aquí hay una zapatería, en la que todo era demasiado serio, formal, negro y caro carísimo a pesar de las rebajas. Así que en esa nada. Y casi de casualidad descubrí una pequeña tienda, de estas que parecen puestas para sacarse una pelillas en verano, en la que parecía haber buenas ofertas de zapatos. 16 euros valían todos, super rebajas, zapatos de piel y made in Spain. Me gustaron mucho unos que vi color coral, preciosos, aunque intuía que iba a ser demasiado llamativo vestido amarillo, zapato coral...muy español, demasiado para mi gusto.
 
Los mismos zapatos estaban en otros colores: crudo o beige, negro, azul, rosa chicle (estos también muy llamativos, pero ponibles 0). El negro y el beige no me convencían. La dependienta, intuyo dueña de la tiendecita, era una chica muy sosa, pero muy sosa, porque mi indecisión era tal que solo una palabra suya hubiera bastado para inclinarme por unos u otros y habérmelos llevado. Al final me probé unos imitación piel de serpiente. Eran sandalias y me parecieron lo suficientemente cómodas para el tacón que llevaban. Pero no me entusiasmaron y yo buscaba algo que me dejase flipada. Así que después de probarme media zapatería me marché.
 
Ya casi había decidido que llevaría unas sandalias negras que ya tenía. Aunque no me convencían del todo porque recordaba que cuando me las puse me hicieron un poco de daño al hinchárseme los pies y por la forma de las sandalias, me hacían los tobillos muy gordetes. Cosas mías. Total que tras otro fallido intento de búsqueda zapatil, a 3 días de la boda, decidí volver a la zapatería de los 16 euros para ver si veía con otros ojitos aquellos zapatos super rebajados. Yo estaba empeñada en comprarme algo para una boda que me pudiese poner después, pero en caso de no ser así, la cuestión vital era gastarme lo menos posible. La mañana del jueves me fui a la zapatería.
 
Nada mas entrar vi que aquello había cambiado mucho. Los zapatos no eran los mismos, la disposición en la que estaban tampoco, la dependienta sí, era la sosina aquella. Me preguntó:
- Hola ¿qué querías?
- pues es que vine el otro día y he vuelto porque quería probarme de nuevo unos zapatos que me gustaron, pero que ya no los veo.
- ¿cómo eran?
- pues unos eran coral
- ¿coral?...yo no he tenido nunca unos zapatos color coral.
 
Yo me quedo toda flipada y digo, por si acaso hay daltonismo asociado a la sosez
 
- Coral o rojo...a mi me parecían más bien coral, pero igual eran rojos...
- ¿Rojos? no, tampoco.
- Que sí, que tenías el mismo modelo en muchos colores distintos: negro, beige, azul, ¡¡ROSA!!
- ¿estas segura? es que no me suena nada de nada que yo haya tenido esos zapatos.
- Eran de otra marca, también tenía una X, la marca, pero ahora no recuerdo cúal era y tenías la tienda colocada de otra manera, lo tenías todo distinto
- ¿Pero estás segura de que era aquí?  ¿no lo habrás soñado?
- Pues claro...
- ¿Pero cuándo viniste?, es que no me suena nada lo que dices
- Esta semana, el martes por la tarde.
 
Yo le miraba a ella y miraba la tienda, que tenía un porchecito antes de entrar y estaba convencida de que sí era aquella la zapatería, pero por si acaso le pregunté:
 
- ¿hay otra zapatería en esta calle?
- No, no hay más.
- Pues entonces sí que vine aquí, si me acuerdo de ti (que eras muy sosa estuve a punto de decirle)
 
total que se queda un rato extasiada y me dice:
 
- Ahhhh...creo que ya de que zapatos me hablas, unos que eran tal y cual y que los tenía en más colores..
- Sí, sí esos.
- Sí, de la marca  X
- Exacto.
- Ya. No los tengo, es que el otro día (o sea ayer, porque yo fui el martes por la tarde y estábamos a jueves por la mañana en el momento que transcurre esta acción) me los retiraron todos y me trajeron otra colección. No los tengo, no. 
 
 
De verdad, ante tal sopez, imbecilidad, pavez, estupidez...¡yo me quedé sin palabras! O sea que la tía pedo me llega a decir SI NO LO HABRÉ SOÑADO porque no se acuerda de que ayer...¡¡¡AYER COÑO!! le cambiaron ¡¡¡¡¡TODOS!!!! los zapatos DE SU TIENDA¡¡¡
 
Me quedé con ganas de decirle:
 
Más vale que cierres la tienda guapa, porque yo no he visto a nadie más ADOBADO que tú.
 
Y como dice José Mota hay gente MUUUU TONTA. Cuando a esta muchacha el negocio le vaya mal, por supuesto, que se preguntará ¿QUE HA FALLADO? o quién sabe igual ni se acuerda de que ha tenido una tienda de zapatos y complementos.
 

Epílogo.
Ese mismo día, jueves, a dos días de la boda, por la tarde me fui con mi chico a quemar el último cartucho en busca de los zapatos ideales. Y los encontré. Unas sandalias plateadas, que me costaron 35 euros (rebajadas un 70%) y que resultaron comodísimas, una auténtica gozada. La mejor compra del verano. Y para que las veáis os dejo una foto.

Parte de mis piernas, de boda

CORRER 7. Cuando la operación Bikini ha sido cumplida.

Todos y sobre todo TODAS, leemos, o al menos nos enfrentamos y exponemos con frecuencia abusiva en época pre-estivales a  artículos, publireportajes, ensayos...sobre la "Operación bikini". Nada más acabar la navidad la dichosa operación ya está machacando, toca quitarse los excesos festivos. En cuanto huele a primavera las redacciones de revistas de moda-mujer se llenan de reportajes sobre cómo adelgazar de forma FÁCIL, RÁPIDA, MILAGROSA, OPTIMISTA, acompañan a esos reportajes fotos de mujeres increíbles que a buen seguro eso de comer, lo que se llama comer, aún lo desconocen. En fin que de la operación bikini, el PRE, el antes, el ponte a ello, se habla mucho. Pero quién ha leído alguna vez el reportaje sobre: YA ESTAMOS EN BIKINI, objetivo cumplido. Pues de ese os voy a hablar yo hoy. Sin chorreces de dietas, sin milagros y sin tonterías de algunas revistas moda-mujer. 


Es muy fácil y el post va a ser muy cortito porque estoy de vacaciones y no tengo demasiado tiempo. 

Mi operación bikini ha sido un éxito. He adelgazado corriendo, (para quien llegue ahora léase las entradas con la etiqueta CORRER), pero además de adelgazar he conseguido en 6 meses moldear mi cuerpo y ponerme en forma. Estoy encantada-encantadísima. Hacia veranos que no estaba tan a gusto conmigo misma.

La satisfacción por un lado ha sido puramente estética, esos piropos que me llevo cada día por parte de mis amigos, padres, mi chico, la gente del pueblo...me dan subidón y me recargan. Pero por otro lado, a principio de las vacaciones, puse mi cuerpo al límite, me superé a mi misma en una excursión de 7 horas por la montaña del Pirineo aragonés, Panticosa, una excursión en la que fui capaz de subir a dos picos y de hacer una bajada de 3 horas, campo a través, con un dolor de piernas insufrible, y pasando un rato verdaderamente angustioso que, paradojicamente, fue un momento sublime en el que pude comprobar que soy mucho más fuerte de lo que yo pensaba. (Esta aventura la contaré más despacio cuando vuelva un poco  a la calma , por si hay algún senderista entre los perrifans).

Así que mi operación bikini, que empezó allá por enero, ha sido un éxito: físico y mental.

Pero no ha sido un camino de rosas. Ha sido un camino largo, de pasito a pasito, en el que la paciencia ha sido fundamental. Más que el esfuerzo físico y el rendimiento. Porque los resultados no son de la noche a la mañana, ¡¡qué va!! Lo único que es inmediato es el sufrimiento, el esfuerzo,  las agujetas, la falta de respiración, la sensación de no poder más y también, por supuesto, el sentirse genial por el esfuerzo realizado.

Cuando empecé a correr lo conté en el blog y fue genial recibir tantos comentarios de ánimo y de felicitación por las metas que iba superando poco a poco. Pero también noté, en mi círculo de amigos no virtual, cierta resistencia a escuchar lo bien que me sentía por correr. Así que excepto a un par de personas, a las demás dejas de contarles nada, porque no solo no valoran lo que haces, sino que lo tiran por tierra. Por eso, cuando me han visto este verano, con menos ropa, han alucinado y se que mi operación bikini ha sido un éxito porque aquellos (mas bien aquellas) que despreciaban mi afición deportiva, ahora están diciendo que en octubre empiezan a correr añadiendo que van a ser capaces porque una vez salieron a correr y lograron aguantar 20 minutos seguidos. Yo siempre cuento que mi primera semana no pasaba del minuto corriendo, e incluso ahora me cuesta mucho superar los 30, pero oye, hay gente que primero te desprecia, luego te envidia y al final te dice prácticamente que si ellos no corren es porque no quieren, porque van a ser capaces de hacer en una semana lo que tú has tardado 6 meses. Pues vale. A mi me fastidia mucho esto. Es más, creo que hasta me duele.
Corriendo he aprendido que no hay que compararse con otros, que tu ritmo y tu esfuerzo son tuyos y que lo que corran otros no te influye. Y se que el esfuerzo tiene su recompensa cuando se es constante, sino, no se logra nada. Pero no puedo evitar enfadarme por dentro cuando gente que se supone amiga tira por tierra tu sacrificio o tus logros. No es que necesite que nadie me adule, pero sí se agradece la empatía.

Necesitaba desahogarme.

Por supuesto que las satisfacciones son mayores que los disgustos, porque como digo, solo con lo bien que me siento yo, lo segura y la confianza que he recuperado me sobra y me basta.

Así que chicas, olvidaos de operaciones bikini mágicas, porque no existen, a no ser que estéis forradas y dispuestas a pasaros 14 horas diarias dedicadas a vuestros cuerpos. La operación bikini es paciencia, es dar un primer paso, es constancia, es voluntad, es motivación y es disfrutar del proceso. Todo lo demás...está de demás.


Yo, en Panticosa

 


Diario de verano: Desde PERRIPUEBLO

Tanto tiempo sin escribir para esto...me pregunto, ¿ y a quién le va a importar lo que estés haciendo? Pero es que estos días estivales no dan para más. Ni para menos.
 
Estoy en Perripueblo, como muchos habréis intuido. Perripueblo es una bonita localidad del norte de España. Concretamente de la provincia de Burgos.
Tanto tiempo sin publicar merece que, al menos mis perrifans, sepan donde están mis raíces. Aunque me reservo el nombre de Perripueblo, porque no quiero que los buscadores me encuentren, os daré una pista: Perripueblo tiene parador, un parador que en el siglo XVII era la casa, el palacio de un Duque, valido de Felipe III. Con estos datos os será muy sencillo averiguar qué pueblo es perripueblo.
 
Pasar parte del verano en la provincia de Burgos tiene el encanto de que puedes pasar de los 8º a los 32º de un día para otro. Y así estamos. Sin término medio. Unos días en pleno verano y otros en un incipiente invierno. A veces cansa tanto frío, sobre todo por las noches. Eso de tener que llevarte la chaqueta siempre, por si acaso, es un rollo en verano. Yo me paso los días, haga frío o calor, en la piscina, (la de la foto de mi blog es la piscina de perripueblo). La conversación principal allí entre perripuebleños y forasteros es lo fría que está el agua. Para nosotros, los de perripueblo que vamos a la piscina haga frío o calor, el agua siempre está BUENA. Y para los de fuera, mi chico por ejemplo, está HELADA. La piscina de perripueblo me encanta porque por las mañanas, desde la 1 hasta las 5 de la tarde, está prácticamente vacía y es una gozada estar allí. Es la piscina con mejores vistas del mundo.
 
Pues a eso me dedico estos días, a ir a la piscina, intento leer pero estoy muy descentrada, nado una media hora para no dejar de lado mi afición deportista (he logrado acabar con un dolor de brazo-hombro que tenía desde navidades y que me impedía levantar el derecho del todo...llegué a ir al fisio por esto y mira por donde nadar ha sido  el remedio), estoy durmiendo muchoooo, demasiado y salgo con los amigos: aperitivos en la pisci, cañas de tarde, tapeo por Burgos y visita al Museo de la Evolución Humana, hoy toca comer arroz con bogavante, con dos amigos, en mi restaurante favorito de Perripueblo, mañana comida familiar de esas que sí me gustan. Y ahora en cuanto acabe de escribir esto me iré a correr un ratito, que hace buena mañana, ha salido el sol,  pero no parece que haga demasiado calor.
 
Me quedan poquitos días aquí, hasta el lunes que ya me voy a la masificada y caliente playa ( cosas del mundo parejil, toca ceder) y una vez allí supongo que retomaré mi blog con más asiduidad, leeré más y me centraré en otras cosas que aquí, en mi tierra, no me da tiempo o no me apetece  hacer.
 
 
 
La piscina, con vistas a  Perripueblo