Que quede claro de una vez: NO ES NO

Navegando por tuiter de repente me he topado con una serie de tuits que me han indignado. Al poco rato de la indignación he pasado al instinto asesino, la rabia más profunda, la desesperación. Y he acabado instalada en una profunda tristeza y frustración. Por esto:





Me alucina la autoridad con la que habla y se manifiesta quien emite estos tuits, al parecer el mayor conocedor del género femenino que campa por el país. Esa superioridad moral y ética para proclamar y defender que lo que yo, como mujer, digo y expreso, en realidad no es lo que quiero expresar o decir.

Pues bien, seguro que como este imbécil, hay más. Mi primo sin ir más lejos. Ese que piensa que la violencia de género es un invento. Que la violencia existe, pero que igual para hombres que para mujeres. Debe de ser que se lee los libros de estos otros cuatreros y en ellos aparecen jugosas estadísticas de hombres asesinados por sus mujeres.

Total, a lo que iba. Es una lástima que un tío que se las da de tan listo y al parecer tan machote como para convencer a una tonta chica de que lo que NO quiere es en realidad lo que SÍ quiere, no tenga ni puta idea de sexo. Femenino por descontado, masculino, la verdad, me importa un bledo. Para empezar el cortejo, el juego del principio, el tonteo es una cosa; entrar en faena es otra, y decidir hasta dónde llegas o no llegas es LA PUTA DECISIÓN, EN EL MOMENTO QUE SEA. No, eso de que tengas ya todo el aparato erguido y desesperado no es ninguna razón para que una mujer no decida que PARA. Que NO SIGUE. Porque no le da la gana. O mira chico, porque te huele el tema tan a meados que, eso, ella, no se lo va a trajinar . Pero si dice que no, es que no.

A parte de las razones culturales, históricas, que las mujeres venimos arrastrando desde que el mundo es mundo: que estamos aquí como seres inferiores, para servir, escuchar y callar y comernos las pollas que nos manden, creo que hoy en día hay un mal que es el porno.  Porque algunos no distinguen el porno de la realidad y aquellos que aprenden de sexo con el porno, que se creen guays,  son los peligrosos. Y es que el porno  no es sexo. No tiene nada que ver con el sexo que practicamos en casa. Las mujeres no somos actrices porno y la inmensa mayoría no queremos serlo (personalmente ni parecerlo). Meterte un bate de béisbol por el culo no es sexo. Follar con un caballo no es lógico, ni normal. El negro del guasap si se mete en tu cama te asusta y te dan ganas de salir huyendo (yo huiría). El porno es, en todas sus variables: ficción. Es igual que los coches en películas de acción que salen volando tras una explosión de una bomba, como los protagonistas que aun estando en medio de esa explosión salen ilesos, o como los que corren más que un avión...Es todo falso. Enrique VIII no era tan maravillosamente atractivo como lo es Rhys Meyers, ni la Edad Media era tan idílica como parece en las películas, (la gente no se lavaba jamás, no existían los wateres, ni los dentistas...pero la caca, el mal aliento y las caries sí).
El porno te puede servir para excitarte, pero tu vida sexual no es una escena porno.
Y confundirlo es de gilipollas.

Es curioso que esa creencia, viejuna, de que cuando una mujer dice que no en realidad es que sí siga imperando en las personas de hoy en día.
Vamos a ver, para ser heterodoxa, anarquista e individualista, como se autodefine esta editorial, están bastante anclados en el pasado y tienen una forma de pensar completamente reaccionaria y medieval.  Dice muy poco de un tipo que va tan de listo como este, que no encuentre una conexión lógica entre ese tópico femenino del No es Sí y la evolución de los tiempos, la modernidad, la liberación de la mujer, el sometimiento y el ninguneo al que ha estado sometida durante tantos y tantos siglos.
Hasta muy poco, su madre posiblemente pasó por ahí, su abuela con toda seguridad lo sufrió (y seguro que él es de los que piensan así por muy anarquista que se autoproclame), las mujeres no éramos decentes si expresábamos abiertamente nuestros pensamientos, deseos (sexuales incluidos), opiniones. Directamente eras tachada de ser poco menos que una puta si vivías tu vida a tu manera. No era nada fácil ir en contra de las "normas", la nuestra era una sociedad muy cerrada e ir a contracorriente podía suponer, y suponía de hecho, que te trataran como una apestada y eso al final repercutía en la felicidad de la persona, que ante el temor de ser la puta del pueblo, del barrio, prefería acatar las normas de sometimiento y vivir tranquila (feliz).
Pero claro, ¡la naturaleza!, la mujeres tenemos deseo sexual, esté bien o mal visto y si estábamos con alguien que nos gustaba mucho al final la carne quema, pero no podíamos manifestar abiertamente que lo queríamos, porque eso era de putas, porque eso no estaba bien, porque eso era pecado, porque había que reservarse...y tantos y tantos mensajes que tan interiorizados a fuego y sangre tenían las mujeres. Por eso decían que no. Aunque en el fondo lo estuviesen deseando. Pero al hombre que estaba con ellas entonces eso le tenía que dar igual, su juego consistía en volver a intentarlo. Y si la realidad era que esa mujer y ese hombre se gustaban, al final acabaría pasando lo que tenía que pasar. Pero eso se nota. Se notaría antes cuando una mujer estaba diciendo no con la boca pequeña, porque el sexo y el deseo es algo más que la palabra y los genitales; son las miradas, los gestos, el resto del cuerpo, el olor, el calor...Y se nota ahora. Aunque parece que aquí está el listo de turno que ha decidido que las mujeres cuando decimos que no, es que sí.
Yo he jugado a eso. A decir que no. A decir que no sabiendo que me moría de ganas. Pero no lo quería poner tan fácil. Porque yo, a pesar de que soy joven y he nacido en otro momento, he tenido veces en las que he querido retrasar, retardar, esperar a ver qué pasaba, estar segura, saber a qué atenerme...No sé, he querido decir que no, sabiendo que igual otro día, o tal vez incluso horas más tarde sería que sí. Pero en el momento que estaba diciendo que no, mi no era rotundo. No os confundáis, el juego amoroso o sexual, existe. A las mujeres hay días que nos gusta ir al grano y ¡adiós! y otros días en los que no nos gusta ¿Pero acaso no hay hombres así? Yo he conocido a tíos que se han hecho los duros conmigo, pero ¡oye! ni se me ha pasado por la cabeza ponerme a tocarles los huevos sin que ellos me hubiesen dado señales CLARAS  de que eso es lo que deseaban. No es tan complicado de entender, ni de ver.
Y si no lo sabes distinguir,  tienes un problema.

También puede pasar que diga que sí y luego no quiera seguir. Un sí que es un no. Y tan normal. Sí, porque no os vayáis a pensar que una tía cuando se enrolla con un tío deja de pensar. Igual de repente no se siente a gusto, o no le gusta el chico como esperaba o qué se yo, le va el rollo de ahora soy una tía dura. Es que DA IGUAL LA RAZÓN. El caso es que una parte de esa pareja ya NO QUIERE SEGUIR con la historia sexual. Y no aceptar eso es, por supuesto: VIOLAR la voluntad del otro. Sin tapujos.

Así que, encontrarme con listos como este, tener que leer cosas tan peligrosas como esta, me deja perpleja. Me alucina que a estas alturas sigamos así. Pero me voy a quedar con la parte positiva que es la cantidad de gente, y de hombres ¡olé sus huevos! que le han puesto los puntos sobre las íes al delincuente este.

Por supuesto, ni se os ocurra comprarle libros a la
EDITORIAL INNISFREE
..... no creo que sirvan ni para limpiarse el culo.