En el aeropuerto.

Nervios, emoción, incredulidad, alegría, miedo...incertidumbre, felicidad, impaciencia, sueño. Todo esto es lo que siento en este preciso momento, en la terminal 1 del aeropuerto de Barajas, a poco más de 2 horas de salir hacia New York. A 10 horas de pisar la ciudad de los rascacielos y cumplir un sueño. Me voy con mi marido, de viaje de novios, 4 meses después de nuestra boda...y pienso ¿De verdad esta es mi vida?

No todo es felicidad, un sabor amargo me acompaña...nunca la felicidad es completa, por eso es tan importante disfrutar cada segundo, aunque no vayas a New York.

Voy a contaros mi viaje, no se si día a día o poco a poco cuando vuelva, para saborearlo más o las dos cosas. Pero lo contaré.

A veces parecerá imposible, pero al final, algunos sueños se cumplen.

Pecados praderiles: La pereza

Todos nos dejamos llevar por la pereza en algún momento. Pero como en casi todo, aquí también hay niveles.

En el nivel 1: Los Piltrafillas de la pereza. Ocurre algo muy curioso, sus seguidores, siendo los menos perezosos del reino perezil, se consideran a sí mismos ultraperezosos. Son los que más se autocalifican como muy perezosos. 
Qué pasa en este nivel, su lema es NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY. Aquí hay mucha gente que ante un libro que no les gusta, lo leen más despacio, pero se lo acaban. Si tardan una media de 7 días para leerse un libro que les guste, con estos estarán unos 15, pero se lo terminarán. 
Los piltrafillas de la pereza suelen ser gente muy activa y es por eso que algunas cosas no les dan tiempo a acabarlas y tienen la percepción de que es por pereza, pero ¡no amigos! es simplemente cansancio, falta de tiempo o acumulación de tareas.

En este nivel se suele dar mucho el caso de que lo que se suele dejar para mañana son las tareas del hogar. Aquellas más ingratas, como barrer o pasar el polvo se pueden demorar más, pero no así la plancha, que les encantaría llevarla al día, pero se les suele acumular ropa como mucho de una semana. 

Los piltrafillas de la pereza no van a clase a primera hora un día a la semana y unos tres días al mes van a trabajar sin desayunar. Compran papel higiénico cuando aún quedan 5 rollos, nunca les falta la leche para el desayuno, aunque hay veces que van al límite y tienen que salir la tarde anterior a por ella, cosa que les da mucha pereza. Bajan la basura diariamente, pero con pereza en su mente. Suelen cambiar las sábanas de la cama cada 7 días, aunque se lo piensan mucho y ellos desearían hacerlo más a menudo. Hay casos de perezosos piltrafillas que han llegado a guardar la ropa de la temporada anterior dándole un lavado antes de desterrarla a la caja de la ropa para el año que viene. Este cambio, aunque les da pereza hacerlo, suelen dejarlo para algún  fin de semana, en el que tras terminarse el libro que tanto les está costando y planchar el montón de ropa acumulado, deciden cambiar la ropa de la temporada. Son varias cosas que han dejado para mañana, pero que al final terminan haciendo muy hacendosamente. 
Los piltrafillas de la pereza que estudian una oposición se distraen con cualquier cosa antes que ponerse a estudiar, pero luego lo compensan leyendo cosas relacionadas con sus estudios o no saliendo el fin de semana, o buscando la manera de sacarle más horas a los días. No llevan sus estudios al día, pero conocen a todos sus profesores y saben perfectamente a qué compañero deben pedirle los apuntes en caso de no ir a clase una mañana. 

En el nivel II están, ¡¡tachán tachán!! Los Perezosos máster.
Su lema, muy a su pesar, es el de SI LO PUEDES DEJAR PARA MAÑANA, POR QUÉ VAS A HACERLO HOY. Muy a su pesar porque una de las principales características de los máster es el elevado cargo de conciencia perezil que soportan a causa de su desidia voluntaria.

En este nivel todo es aparcable para más adelante: 
Una llamada telefónica a tu madre, a tus primos, a tus amigos, incluso la llamada para felicitar un cumpleñaos se demora tanto, que terminan estableciendo una especie de ritual: el de ser los que felcitan un mes después, y si alguna vez se caen de un guindo y felicitan a tiempo la cosa pierde mucha gracia, o el amigo felicitado muere del pasmo, o piensa...¡qué raro esta éste! compran la leche al límite, al salir de trabajar se acuerdan de que no tienen para desayunar y entonces  se compra en el chino o en la gasolinera. La plancha se les acumula al mismo ritmo que las lavadoras, o no se pone ninguna en días, o de golpe hay que poner tres así que luego van planchando según se van poniendo la ropa. Hay ropa de otra temporada, no vuelta a poner,  que se queda en el montón de la plancha hasta que llega el ATRACÓN PLANCHIL, en el que planchan sin parar prometiéndose y jurándose que eso no va a volver a pasar jamás.
  El cambio de armario de una temporada a otra lo llevan con cierto retraso, suele pillarles la temporada con el cambio sin hacer, entonces, el frío o el calor obligan: van sacando poco a poco las prendas y los zapatos, que se mezclan en el armario con las prendas de la temporada anterior, hasta que un día deciden que ya no pueden convivir más los bikinis y los forros polares y hacen el cambio. Si los piltrafillas se entretienen en lavar algunas prendas antes de guardarlas, los máster, directamente meten la ropa en la bolsa de "ropa para dar" y por supuesto tienen un montón de bolsas de "ropa para dar" acumuladas debajo de alguna cama. A veces los máster en la temporada siguiente rescatan prendas de estas bolsas para su armario, señal inequívoca de que se guardo allí por pereza y no por interés real de donar esa ropa.
Un máster puede ponerse el despertador a las 09:00 de la mañana y levantarse a las 12, tras pasarse la mañana dándole al botón del apagado porque tienen la función snooze activada y el despertador ha estado sonando cada 7 minutos desde las 09:00 hasta las 12:00. Un perezoso máster llena el depósito de gasolina 15 kilómetros después de marcar la reserva.  No le ocurre con todas las cosas, pero no es raro que se le caduque la garantía de algún aparato roto sin que le haya dado tiempo de llevarlo a arreglar. Estudian todo, el día de antes, o al límite. Los máster son de atracones finales porque siempre les parece que les queda tiempo de sobra, mañana sin falta, mañana sin falta...es su lema. Los máster envidian la actividad de los piltrafillas, querrían hacer tantas cosas como ellos, en su mente desearían ser activos, pero en realidad, la pereza les gana y nada mejor que pasar la tarde sin obligación ninguna. Los máster van con mucha ilusión a Ikea, para luego tener los paquetitos de cómodas, estanterías, espejos, mesas...semanas sin montar. Un libro que no les gusta, no se lee. Se abandona, pensando que en otro momento se retomará, pero eso no se hace jamás. Incluso hay libros que les gustan que se abandonan, simplemente por pereza. 


Y en el nivel III están, ¡¡tarara, tatarar ta tatata taaa!! Los perezosos Cum laude, aquellos cuyo lema es SI LO PUEDES HACER MAÑANA, TAMBIÉN PUEDES HACERLO PASADO MAÑANA. Aqui está la gente que no plancha, jamás. Que tira tuperwares porque la comida lleva tanto tiempo ahí metida que no se atreven a abrirlos no vaya a ser que eso haya diyivolucionado a animal peligroso y sufran un ataque de pollo en pepitoria en 3D. Estudian un día entre semana, se pegan una paliza del 15. No suelen ir nunca a clase, el día que van se les reconoce porque son los que llevan la ropa arrugá. Pueden pasarse un día en la cama: viendo la tele, leyendo, jugando a videoconsola..con el chandal del día anterior sin quitar, algunos incluso no duermen en la cama, sino directamente en el sofá. Llevan una garrafa de gasolina en el maletero porque ya se han quedado más de una vez con el contador a cero. En su armario convive ropa interior, con ropa de baño, gorros y bufandas y abrigos y camisetas de tirantes de las últimas 8 temporadas.  La ropa interior se lava el día que empiezan a usar el bañador o el bikini como braga o calzoncillo.  El papel higiénico se compra después de haber empezado a tirar de rollo de cocina. Si no hay leche se desayuna en el bar de abajo. No compran en Ikea. Los perezosos cum laude nunca devuelven nada que se les preste, no porque se lo quieran quedar, sino por pereza. Muchas veces tienen la inteción de hacerlo, inlcuso llegan a prepararse el objeto de la devolución para dárselo a su dueño, pero un soplo de la diosa pereza y al ir a salir por la puerta piensan: hoy no se lo llevo, que igual no nos vemos. Mañana se lo daré. Y cataplás. Si un libro no les gusta, lo dejan, pero la desidia de leer se les impregna de tal manera que les cuesta meses volver a ponerse con otro. Los perezosos cum laude nunca deshacen una maleta, la maleta se va deshaciendo por la inercia de necesitar cosas que van en ella. Pero siempre se queda alguna prenda olvidada y perdida para siempre. No se toman la molestia de emparejar los calcetines y por eso es fácil que lleven uno de cada. Las tareas del hogar no son lo suyo y desarrollan una admirable capacidad para vivir entre desorden y platos amontonados, sin que les produzcan ningún fallo neural tanto caos. Los perezosos cum laude aprovechan que tú les llamas un día para hacerte un pack de felicitaciones y ya dejan zanjado el asunto para el año felicitándote de golpe todos los eventos importantes: fiestas, cumples, paternidades, bodas...


¿Cúal es tu nivel? Piltrafilla, máster o cum laude.  Yo estoy en el segundo grupo, como alumna aventajada.

















Mi boda en 40 detalles


1. Nos casamos al aire libre, en un paraje de Perripueblo,  con unas vistas fantásticas del conjunto arquitectónico,  flanqueado por dos riachuelos y donde hay un viejo molino transformado en albergue rural que nos venía genial para hacer la fiesta después de comer. 




2. En plena naturaleza ofrecimos un sencillo, pero muy cuidado, aperitivo. No nos falto el serpentín de cerveza bien fresca en pleno campo. 





3. Para la decoración y sobre todo para la realización y montaje de todo, antes y el día del evento,  conté con la ayuda de María, una chica que tiene una relación especial con Perripueblo y a la que conocí como últimamente suelo conocer a las personas especiales: de casualidad navegando por internet.



4.  El guión de la boda lo escribí yo. Mi hermano hizo de maestro de ceremonias y el amigo de Paco que nos casó en la boda 1.1 nos "volvió a casar"

5.  Los novios llegamos juntos al lugar de la ceremonia, (nos vestimos y preparamos en habitaciones separadas y nuestro primer encuentro fue en el patio del Parador). Cuando yo me bajé del coche la música que empezó a sonar y con la que hicimos el paseo hasta el altar fue la BSO de Forrest Gump.

6. La música la escogimos Paco y yo, casi toda BSO de películas: Love actually, Forrest Gump, Amelie, La vida es bella, Las normas de la casa de la sidra; son algunos de los temas que ambientaron la ceremonia. De controlar técnicamente la ambientación musical se ocuparon mis amigos de Madrid. Todos profesionales de la imagen y el sonido, con lo que quedo de cine. :-)

7. No hicimos banquete, hicimos comida cóctel en el Parador de Perripueblo. Informal, distendido y mucho más económico.

8.  Un grupo de dulzaineros (amigos) nos dio la bienvenida con música en la entrada del Parador. Fue una sorpresa y entré  al cóctel, a ritmo de jota, bailando con mis amigas.


9.  Me regalaron una Nancy, antigua, con su caja  y todo. Un lujazo. 

10.  El aperitivo y la fiesta los organizamos nosotros, contando con un buen amigo que tiene bar- restaurante  en el pueblo. Nos sorprendió la exquisitez y los detalles tan cuidados que tuvo. Nadie diría que era la primera vez que lo hacía. 

11.  La decoración fue con cosas sencillas, económicas, prácticas, hechas por María y por nosotros, sin complicarnos demasiado y dando mucho protagonismo al lugar que de por sí es precioso: telas de colores, papel de seda, limones, hojas de limoneros y velas fueron la base de todo.




12. Usamos cubas de vino para el altar y como mesas auxiliares para el aperitivo.





13.  La semana antes de la boda hizo ola de calor insoportable, el día de la boda, por suerte, bajaron las temperaturas, por la mañana  nubes y claros  y por la tarde llovió.

14.  Los limones fueron la estrella de la decoración. Un guiño a la tierra de perriesposo: Murcia. Nos vinimos cargados de 40 kilos de limones cogidos en la huerta de uno de nuestros amigos.














15.  Mi ramo  fue de claveles blancos. Cuando lo fui a encargar a la floristera le entusiasmo la idea: por salirse de lo habitual y sin embargo ser algo tan sencillo y porque pensó que era el ramo ideal para mí.  Me costó 16 euros.




16.  A los invitados les recibían este par de novios tan graciosos. (Los hizo María




17.  En la zona del "altar" colocamos  un cuadro pintado por la madre de mi marido. Un cuadro que tuviera un significado especial  y que luego pondríamos en casa como recuerdo de ese día. Por la tarde, en la fiesta, el cuadro estaba presidiendo también el salón donde hicimos el baile y barra libre.



18.  El motivo de la la invitación de boda fue el cuadro que pusimos. 

19.  El photocall estaba dedicado al mundo audiovisual, que es mi carrera y donde he currado la mayor parte de mi vida. Todas las pijadillas, menos las barras de color de fondo, las hice o conseguí yo. El micro es made in Perri 100%.
















20. Tuve maquilladora profesional. Era mi capricho. Me volví loca buscando a alguien que pudiera desplazarse a Perripueblo y encajara con mi manera de entender el maquillaje. La encontré, como no, por internet. Ahora somos buenas amigas.

21. Tenemos un reportaje de fotos de boda, sin apenas posados, de momentos, de sentimientos, de carcajadas y risas maravilloso. No contratamos fotógrafo. Pero la casualidad y la fortuna quisieron que hubiera un fotógrafo profesional (a parte de amigos que hicieron fotos especiales) ese día en mi boda. Es el marido de la maquilladora y por tener un detalle con nosotros, nos regaló el reportaje.  Una de mis fotos preferidas (de las que puedoquiero enseñar aquí)  es ésta. Y ésta también.



22. Una de las cosas más complicadas fue hacer la lista de invitados. Yo estaba tan obsesionada con el presupuesto y quise apurar tanto que me he quedado con el cargo de conciencia de no haber invitado a ¡cuatro! personas que me hubiese encantado tener ese día cerca. Una de ellas lo sabe, pero el resto no, pienso que quedaría peor si se lo digo ahora.

23. Me olvidé de depilarme, arreglarme, las cejas. Tuve que hacerlo deprisa y cansadísima la noche antes, a las 2 de la mañana.

24. No estrené zapatos. Eran el "algo viejo" de la boda.




25. El presupuesto total de nuestra boda no sobrepasó los 13000 euros.

26. Nos hemos casado por primera vez, yo con 41 años y  perriesposo, 46. Nunca me he sentido más joven.

27. Celebramos la boda dos veces. Una la civil, muy íntima y otra la confirmación de la boda, que fue la fiesta a la que acudió todo el mundo.

28. El vestido de novia lo compré y lo escogí con mi chico.

29. El novio llevaba chaqué alquilado. Eran suyos la camisa, el chaleco y los gemelos que, por cierto,  se los regalé yo.



30. Llevé dos ligas. Las dos regaladas. La más especial, por la historia que tiene detrás, me la regaló una de mis mejores amigas. Iba en una caja, hecha a mano por ella, tan delicada y preciosa que la usé para llevar los anillos en la ceremonia. Cuando llegué a dormir el viernes me encontré el paquete de regalo en mi habitación. Hace 12 años yo le regalé a ella su liga de novia y doce años después ella pudo cumplir su promesa de regalarme la mía. Lloré como una posesa cuando abrí el regalo y leí las tarjetitas que venían con él: Una copia de la tarjeta que le puse yo cuando ella se casó, en la que puso ¿te acuerdas? y otra tarjetita para la ocasión en la que me ponía lo feliz que estaba de poder cumplir, por fin, su promesa.



31. Mientras me maquillaban me bebí casi una botella de champán, regalo del Parador. Me sentó de maravilla para poner los nervios en su sitio. Mano de santo. Eso sí, recomendable tras un desayuno abundante.



32. Fuimos en nuestro coche y no lo adornamos estilo nupcial.

33. Mis joyas de boda, incluidos los anillos, son de plata y regalo de mi madre. Dos pulseras y los pendientes. Una de las pulseras la llevo, ahora, puesta siempre.



34. Nos tuvimos que buscar mucho la vida: desde buscar un buen equipo de música, que le prestaron a mi hermano. Pedir al ayuntamiento permiso para celebrar la boda (pues en Perripueblo no es nada habitual casarse en el lugar que escogimos), sillas y que nos acondicionara la zona; se portaron de lujo. Montar toda la zona para fiesta y recibir durante la semana a todos los proveedores que traían bebidas, barras, serpentín de cerveza... Contratar a alguien para que limpiara el domingo, otra inversión impagable. Pedir, llevar, recoger las cubas de vino, nos las prestó un amigo que tiene bodega.  Montar y recoger todo el tinglado, aunque se encargó María del grueso de la organización, nosotros la ayudamos, sobre todo el viernes. Hacer  muchos viajes desde Murcia con el coche hasta los topes: limones, cuadro, caballete, cachivaches varios, golosinas, trajes... Decidir la música, escribir un guión divertido y emotivo y montar una ceremonia como si de un espectáculo se tratara.

35. A 18 días de la boda nos avisaron de que debido a un "error" nuestra boda coincidía en día, hora y lugar con la celebración de otra boda. Problemón.

36. Aunque no planeamos viaje de novios porque no entraba dentro de nuestro presupuesto ahora, en noviembre,  vamos a poder irnos a New York.

37. Preparamos la boda en 4 meses. El 7 de marzo y sin esperarlo para nada, mi chico me pidió que me casara con él y el 19 de julio lo celebramos.

38. Mi vestido de novia me costó, arreglos incluidos: 270 euros. Es de la firma murciana Cabotine. Y el secreto del precio es que es un resto de la colección de 2012.




39. Muchas cosas de mi boda las encontré en internet: organizadora, maquilladora, alianzas, pendientes, ropa interior, vestido de la boda 1.1...Sólo en las joyas  me ahorré más de 300 euros.

40. Nunca esperé que el día de mi boda fuera a ser el más feliz de mi vida, como tanto se dice, y sin embargo lo fue. No recuerdo haber estado tan feliz, tan encantada de todo, tan reconciliada con la vida como ese día y mucho tiempo después. Lo repetiría, tal cual, mañana mismo.





Nota del blog. 
Por motivos personales  no aparecen en el blog los nombres, ni las empresas de María (la organizadora), ni de Jorge (fotográfo), ni de Elena (maquillaje). María trabaja en Barcelona y Elena y Jorge en Valladolid, si alguien quiere sus datos sólo tiene que decírmelo. 

De Todos los Santos a la corrupción murciana. Mini postencadenado.

Me he ido a pasar el puente de Todos los Santos fuera para comer buñuelos hasta hartarme  y a la vuelta me he encontrado de bruces con Halloween, en forma de huevo estrellado, contra la persiana de mi terraza. Y es que al final nos sale la hispanidad por todos los poros. No hay cómo coger una tradición anglosajona y revestirla de mala educación. Ni sé, ni me interesan las reglas de este halloween de calabazas, zombies, sangre por doquier y pustulas purulentas en cuerpos desmembrados. No tengo niños a quién disfrazar, ni a quién enviar de casa en casa a pedir caramelos o lo que sea que se exija pida en esta locura jalogüina. No me interesa. Pero si a mi puerta llama un grupo de chavales, encantadores, que lo están disfrutando, seré la primera en participar de su juego, pero si a mi me ventana llega un huevo estrellado de la mano de cuatro maleducados que no saben, ni entienden, ni nadie les ha explicado que las reglas del juego no son las de joder al personal, entonces al año que viene lo único que tendrán cuando vuelvan y les abra, será un "largaos de aquí y ojito con tirar nada" y me da igual si pagan justos por pecadores. 


Me da igual si pagan justos por pecadores parece que sea la argumentación que esta semana pasada ha defendido en Murcia, al hilo de la Operación Púnica, el presidente de la región y todo su acompañamiento. Ha sido muy discutida la dimisión de 3 altos cargos de los que, al menos en uno de los casos, es más que dudosa su implicación en ningún tipo de asunto turbio. Servidora, también duda mucho de la corrupción de una de esas tres personas, sin embargo tras llevar toda la semana escuchando cosas como "la dimisión por respeto" "la generosidad de estas personas por dimitir" he terminado por estallar. 
Lo del acto de generosidad huele a podrido. Primero por ellos: ¿Han decidido inmolarse por qué? La  única defensa de la que han hecho gala ha sido la del  argumento de «la tremenda injusticia». Pero no tienen agallas o les falta dignidad para decir alto y claro que son cabezas de turco, que antes que ellos deberían dimitir muchos «colegas» que trabajan para, militan, simpatizan o campan en el partido que a ellos les puso y les ha quitado, sin honores, de sus puestos de trabajo. Están imputados en Murcia el alcalde, el delegado de gobierno y varios consejeros, entre ellos el de educación. 
Me rechina lo de la tremenda injusticia porque se creerán que somos tontos, los de a pie, y no nos damos cuenta del lavado de cara. Me rechina porque parece que somos los de a pie los que los hemos condenado antes de tiempo, cuando han sido aquellos a los que  representan y con quién comparten ideología los que han decidido que ellos paguen el pato del hartazgo de la ciudadanía con la corrupción.
No me basta con escucharles proclamar su inocencia. ¡Hablad claro y alto!  y sino pensaremos que quizá no tengáis culpa para abandonar así vuestros puestos, pero tampoco merecéis otra cosa si termináis vendiendo vuestra propia dignidad. Hablad alto y preguntad  a quién os puso y os quitó, por qué vosotros sí y otros tantos no. Exigid, desde vuestra proclamada honestidad, la dimisión de los otros y dejad de echarnos la culpa al pueblo por pensar que sois todos igual de corruptos, porque lo pensamos. Porque lo sois. Mientras vuestras bocas estén selladas, amordazadas y al servicio de quién os da u os quita cargos, como mínimo sois cómplices, eso a mis ojos, os hace culpables. 
Dejaos de respeto, de injusticia y de eufemismos. Revelaos contra esa generosidad que tanto alaba el señor Garre. No se dimite por generosidad, se dimite por negligencia, por responsabilidad  o por obligación. Y a veces por vergüenza.  Decidnos bien claro por qué habéis dimitido vosotros. 
Mientras tanto, si ni siquiera vosotros mismos respetáis vuestra proclamada dignidad, vuestra integridad y decencia, vuestro honor, no esperéis que seamos los demás quienes lo defendamos.