Diario de verano: La madre aburrida que comía pipas

El pasado domingo por la tarde me bajé a la playa, cuando empezaba a caer el sol, a leer un rato tranquila con el rumor del mar de fondo. Tengo  al lado de casa una  playita, suficiente para darse un baño y relajarse un poco, al ser pequeña no tienes esa sensación de mogollón que sí se da en las grandes.

Había una mujer, comiendo pipas. Tirando las cáscaras a la arena. Sentada, a la sombra, con muchos cachivaches a su alrededor. Toallas, una nevera, una sombrilla y aparejos varios de niños: gafas, palas, tabla...

La mujer comía pipas mirando al infinito, las cáscaras de las pipas a la arena. El montoncito se iba formado entre sus piernas. Cerca jugaban dos niños, un chico y una chica. Sus hijos. Jugaban al balón, pero estaban aburridos, tan aburridos como su madre que de vez en cuando les gritaba, no hagáis esto...no hagáis aquello...no levantar arena con los pies...Aunque la niña no hacía caso y cada vez que pasaba por mi lado mi toalla se tragaba un poco de la arena que ella salpicaba. La madre seguía con sus pipas. Era domingo por la tarde. La señora estaba allí aburrida, muy aburrida. Destilaba un hastío espeso de vida, de hijos, de domingo, de playa, de pipas.
Luego irá a casa y le tocará hacer la cena, pensé. Seguro que unos filetes de lomo a la plancha, o un huevo frito. Dos platos que son el colmo del aburrimiento estival. La playa muchas veces huele a lomo.
Me agobiaba la vida desconocida de esa mujer. Me estaban agobiando sus hijos y me estaban agobiando esas cáscaras de pipas tiradas en la arena. La gente es muy cochina. Aburrida y maleducada.

Yo había ido a la playa a leer y a relajarme. Así que me levanté y me fui a casa. Saqué una tumbona, me puse a la sombra, disfrute de mi libro y cuando se metió el sol me fui a correr. Estiré en la playita, allí estaban las cáscaras  de la madre aburrida. Supongo que le dolerían los labios y la lengua de comer tanta pipa, espero que le escociesen tanto como me escocía a mí su basura.

4 comentarios:

  1. Entre tanto cachivache no había sitio para una bolsita de plástico, o una lata, o un cucurucho de papel en el que tirar las cáscaras de pipa. Esto es así. Overbooking playero, que se dice.

    En fin.

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  2. Yo un día comí pipas en la ventana y las tiraba fuera...acompañada de mi prima pero mi madre vio el percal y nos mandó a las dos a barrer la calle de cáscaras de pipas. Yo tenía 4 o 5 años y mi prima 10 más...
    A esa madre no le hicieron barrer cáscaras de pipas en su vida, porque si lo hubiera hecho sabría que en la arena las pipas no se pueden barrer, te llevas media playa.
    No hace falta llevarse un libro ni nada para no aburrirse en la playa, basta con tener algo en la mollera y un poco de admiración por lo que tenemos. Yo me llevé un libro y crucigramas la última vez. Pero no hacían falta. Mirar las olas, cómo se lo pasaban en el agua algunos, viendo el bullicio y la vida simplemente imaginándome cosas de cada uno como hiciste tú. Pero nadie me agobió, solo vi a una mujer fumar tirar sus cenizas en un cucurucho de esos de playa y la colilla igual...sonreí. Y seguí montándome películas.

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  3. Demasiado marrana es la gente. Además si tantas cosas llevaba, bien podía dejarlas en algún lado ¬¬
    Un poco amargada estaba la mujer xD Seguro que si le dices algo aún te las echa encima xDDDD
    Mejor pasar el rato en un sitio que nadie moleste :)

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  4. Qué guarra, así de claro! En Almería casi todos los veranos reparten cucuruchos-papelera; y ya hay varias marcas de pipas que traen la bolsa-papelera incorporada.

    conclusión: el que mancha es porque quiere.

    A mí me gusta mirar el mar, me relaja :)

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Ahora me encantaría saber qué piensas tú