Las buenas noticias

Las buenas noticias te hacen ver la vida de otra manera. Las buenas noticias te aligeran, te reconfortan, te despejan la nariz y la mente. Cuando llevas casi dos meses esperando noticias  a veces te desesperas y aunque en ocasiones intentas mentalizarte y provocar Y conjurar a lo positivo pensando solo cosas buenas, hay momentos en los que es difícil no dejarse llevar por el miedo a lo peor.

Deberíamos ser capaces de seguir esa máxima que dice que si algo tiene remedio para qué preocuparse y que si no lo tiene para qué preocuparse. Pero es muy difícil, al menos a mi me resulta complicado.

Lo mejor de las buenas noticias es que te dan ganas de vivir. Te cargan de energía positiva. Te ponen delante de tus narices lo bueno de la vida en un instante. Te olvidas de malos rollos y te sientes feliz.

He intentado pasar esta última semana sin dejarme llevar por el miedo. Pero, aunque sé que he logrado no dejarme arrastrar por los nervios, no he podido evitar ponerme en lo peor y llevar ese nubarrón que se te coloca encima cuando las cosas no van cómo deberían.  He hecho ejercicio de mentalidad positiva cada noche, entrenando cada noche a mi cerebro para que reconociera por lo menos 5 momentos en los que había sido feliz  a lo largo del día.  He sacado fuerzas para llamar a casa varios días en una semana, a pesar de que sabía que encontraría a mi madre con esa nube de la preocupación y que me la transmitiría seguro y sabiendo que además yo no iba a ser capaz de mejorar su ánimo. He ido a spinning, me he esforzado, he cumplido  mis promesas de voluntad para atraer a las buenas noticias y ahora que ya sé que todo está bien, ahora que la nube se aleja por esta vez, me dan ganas de llorar de la alegría y sobre todo de la tensión que llevaba acumulada, aunque yo apenas estaba siendo consciente.

Las buenas noticias además hay que compartirlas. Hace poco leí que lo peor de la soledad no es el no poder compartir las malas noticias, sino las buenas. Porque lo bueno es hacia afuera, lo bueno se quiere gritar, se quiere contar, se quiere celebrar. Mientras que lo malo te deja apagada, recluida.

Espero que vosotros también tengáis buenas noticias estos días. Es un motivo GENIAL para sacar pecho, pensar que hay tirar hacia delante, motivarse y sobre todo valorar lo importante.

Por supuesto que hablo de la SALUD.