Estamos hartos de política y de elecciones y llevamos apenas un año de machaque, ¿pero de corrupción no estamos hartos?
Estamos cansados de ver a los políticos hablar, discutir, intentar ponerse de acuerdo aunque sea sin resultado, pero no estamos hartos de mudos, de mentiras, de ocultaciones, de fraudes, de falta de transparencia, de ordeno y mando.
La realidad es que llevamos más tiempo, mucho más, de que nos hayan tomado el pelo a la chita callando, sin dar guerra que de ruido electoral y de intentos fallidos de entendimiento. Pero nos hartamos de lo segundo y parece que no queremos ver lo primero.
Nos hartamos pronto de aquello que puedo servirnos para algo productivo y dejamos que nos la den con queso cuando ojos que no ven corazón que no siente. No sólo no nos cansamos de lo segundo incluso somos capaces de no castigar, de no exigir, de no pedir más explicaciones con tal de que dejen de machacarnos con posibles diálogos, con posibles pactos, con confluencias "extrañas", con elecciones...Algunos ni siquiera quieren creerse que hayan abusado de sus votos, que les hayan robado en metálico, en salud, en educación... en vida, para gastarlo en putas y yates y drogas, para alcanzar otras vidas difícilmente al alcance de cualquier persona de a pie.
Pero nosotros estamos hartos de que nos hagan ir a votar, de que nos hagan elegir, hartos hasta de que nos dejen verle la patita al lobo antes de decidir qué queremos ser de mayores y podamos decidir con más criterio (esto debería alegrarnos ¿no?, digamos que las elecciones del 20D fueron como el período de relaciones prematrimoniales que tienen los novios antes de dar el paso definitivo de convivir juntos, un tiempo en el que saldrán a la luz todas las sombras que durante el idílico cortejo [la campaña electoral] están ocultos. Vivir juntos [los resultados electorales y lo que en realidad se está dispuesto a hacer] hace que la pareja se conozca de verdad, los defectos y las virtudes, que salgan a flote actitudes quizá soterradas o disfrazadas que espanten a la novia o al novio, o por el contrario, pueden los amantes descubrir que junto a esa persona se sienten uno y que la vida es mucho más sencilla a su lado. Tal vez descubran que en su matrimonio habrá ratos buenos y malos, que habrá que saber ceder y dar, ser generosos y exigentes, llegar a acuerdos y convencer. En definitiva que nada es idílico como en una mala comedia romántica y que vivir, convivir, requiere de madurez y ganas de sumar.) Este período de convivencia prematrimonial es lo que nosotros acabamos de tener y sin embargo proclamamos a los cuatro vientos que estamos hartos. Que todos son iguales.
Me fascina, y me cabrea, levantarme cada mañana y ver como en los últimos diez años unos cuantos ...¿digo hijos de puta?...se han estado riendo de todos nosotros, se han creído con más derechos que los demás, se han forrado, se han pasado la legalidad, la ética por dónde les ha dado la gana. Esto ha estado pasando durante diez o más años seguidos y todavía no parecemos estar hartos. De esto queremos más.
Sin embargo tenemos en nuestra mano decidir si nos casamos y ya estamos hartos de convivir.
Pues nos cansamos pronto. Así nos va (a ir).
El otro día estuve presente en una conversación, porque lo que es meter baza no pude, no demasiado, y tampoco creí que mereciese la pena. Y bueno, la cuestión. Que mientras estaba allí, pensaba: ojalá Perri aquí ahora. Pero no estabas. Ains.
ResponderEliminarYo la verdad es que no sé para dónde tirar, y estoy un poco harta, bastante, pero bueno, qué remedio. Cosas que pasan. En un mesecico, a votar otra vez. Y a ver qué ocurre.
Esta mañana me ha dado por pensar eso... Y lo he escrito.
ResponderEliminarQué estarían diciendo por ahí para aparecerme en tu cabecita. Oye, pues entre las dos igual algo más de baza habríamos metido. Besazos guapa!!
Esta mañana me ha dado por pensar eso... Y lo he escrito.
ResponderEliminarQué estarían diciendo por ahí para aparecerme en tu cabecita. Oye, pues entre las dos igual algo más de baza habríamos metido. Besazos guapa!!