Con el paso de los años, ese tiempo empleado en amar a alguien que no nos ama, pesa.

Con el paso de los años, ese tiempo empleado en amar a alguien que no nos ama, pesa

Es el mejor consejo de vida amorosa que a mis 41 años puedo dar. 

Yo tuve un gran amor en mi vida. Curiosamente es la persona con la que peor lo he pasado a nivel emocional. Mi primer amor. Un torbellino. Alguien que no era de medias tintas. O me adoraba y no podía vivir sin mí o pasaba completamente de mi existencia. No había aviso para pasar de un extremo al otro. No había nada, aparentemente, yo al menos nunca lo supe, que motivara su amor o su desamor. Un día era mío sin condiciones y al siguiente no me quería ni ver. 
El ritmo de nuestro amor lo marcaba él. Y yo me dejaba llevar. Él decidía cuando éramos las dos personas mas enamoradas del planeta y cuando nos estábamos estorbando. Yo mientras pasaba de tocar el cielo con mis dedos a estar en la más absoluta miseria emocional. A veces intentaba marcar, yo, el ritmo, pero él ponía un muro tan grande entre los dos que ya podíamos estar a menos de un metro él uno del otro que sabía muy bien cómo hacerme entender que yo era un estorbo en su vida. Por poneros un ejemplo, y solo contarlo me sigue doliendo aunque haga 20 años de todo esto, en las fiestas del pueblo jamás estuvimos juntos. Podíamos estar antes o después, pero en plenas fiestas...jamás. Pero teníamos los mismos amigos, aunque cada vez que él decidía poner tierra de por medio se buscaba nuevas compañías aunque manteníamos amigos comunes y era inevitable pasar momentos cerca, no juntos, pero sí en pandilla. Su manera de decirme que le dejara en paz, que no intentase nada con él, que pasara, no era otra que ponerse zalamero con mis amigas, con la desgracia para mí de que casi todas le seguían el juego. No se porqué. No solo se puso zalamero, no solo era atento y a mis ojos, ligaba con ellas, también llegó a tener relaciones sexuales con alguna y a enrollarse con otras. Que yo sepa esto pasó con tres de mis amigas. Rollos  de una noche, de un día de fiesta...pero lo hizo. No habría más mujeres en todo el pueblo...No habría más tíos...
Me sigue doliendo y escociendo tanto...

Y ahí estaba yo. Y si un día tocaba ser la princesa de sus sueños, me olvidaba de todo. Y cuando tocaba quedarme en la oscuridad me aguantaba y lloraba en casa. No solo fue un amor de adolescente. Viviendo en Madrid, trabajando allí y con mi nuevo novio esperándome en casa, él aparecía por mi trabajo. Iba a buscarme, algo que jamás hacía. Me llevaba regalos, me esperaba en la estación de autobús cuando yo venía de pasar un fin de semana con mi chico...Y él sabía que era mi punto débil. Lo sabía. Y al final me derribaba. Yo lo dejaba todo por él. Hice daño, mucho daño a otros por causa de estar ciega por él. Y tal y como os lo cuento, en el momento que yo me rendía: él desaparecía. 

Todo esto duró mucho más de lo que debía hacer durado. Casi 15 años de ida y vuelta. El año que más tiempo pasamos juntos, lo tengo contado, no llegaron a 70  los días en los que nos vimos, fue un año en el que él estaba fuera, viajando por el mundo, de militar, en la marina. Y me temo que lo que le ocurrió fue que se encontraba muy solo y se agarró a mi amor como tabla de salvación, como ancla en tierra. 

Quince años, entre los cuales están prácticamente todos los de mi veintena, pesan mucho, mucho, mucho. Ahora se que perdí el tiempo queriéndole. Y que además pensé que enamorarme era sentir eso que yo sentía por él y eso me hizo tener relaciones sin sentido, amar mal y sobre todo, por encima de todo, infravalorarme como persona. Nunca me he creído que yo me merezca nada excelente. Siempre he pensado que yo debía ganarme el amor de alguien. Que si a mi me gustaba alguien era yo quien debía pelear, luchar y aguantar...sí, aguantar, esperar a que esa persona se diera cuenta de lo maravillosa que soy. 
No he sabido querer y no se si ahora se querer. Mi futuro marido me quiere sin condiciones y a veces me descubro siendo prepotente, a veces creo que tengo tan seguro su amor que no soy capaz de dar todo lo que antes dí a quien no se lo merecía, y sufro. Porque todo el cariño de más que le dí a él lo malgasté. Lo tiré a la basura. Tiré el cariño, tiré el tiempo, tiré mi dignidad. 

No hay frase que me parezca más absurda que aquel consuelo que dice que: sufrir en el amor es mejor que no haberlo experimentado jamás. Por favor...¡¡qué necedad!! Ni pisar una mierda trae suerte, lo único que trae es olor espantoso y asco horrible, ni sufrir por amor es positivo. Sufrir por amor, quizá sea inevitable, pero es igual que pisar una mierda: huele mal y da asco y no hace falta arrastrar ese hedor mucho tiempo. Si sufres, es que no tienes lo que te mereces. Así que mejor dejarlo que llegar a los 41 y darte cuenta de que malgastaste un tiempo precioso. 

Si te has sentido identificad@ al leer esto: HUYE de dónde quiera que estés. 


7 comentarios:

  1. Siempre quedo impresionada cuando alguien hace una reflexión como ésta y es que yo he debido de tener suerte, porque eso nunca me ha pasado. Claro que no me han querido, pero siempre me he alejado rápido y por eso al leer el título de tu post he pensado que yo nunca he empleado ese tiempo.
    A veces creo que se debe a cómo somos cada uno pero cuando le pasa a alguien a quien conozco sin que yo me lo pueda explicar veo claro que es cuestión de azar.
    Alégrate por haber dejado eso atrás y no te castigues. ;)
    Mua!

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    1. Lo he escrito porque hace unos días he conocido a una mujer que me pareció fascinante, fisica e intelectualmente. Una tía con los cojones suficientes para irse a países del tercer mundo a enseñar lo que ella sabe, una tía independiente y a simple vista con las ideas claras. Emocionalmente sin embargo lleva 3 años colgada de su ex. Un tío que no la merece ni la mereció nunca. Y eso me hizo escribir este post. No la conocí lo suficiente para contarle esto a ella y me gustaría poder ayudar, desde la experiencia, a quien pueda estar en este asunto (aunque me temo que nadie escarmienta en cabeza ajena).

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  2. Estoy muy de acuerdo con mucho de lo que decis...pero qué difícil dar el paso a pesar de verlo!!! ya ni te cuento si ni siquiera lo ves y sólo lo justificas!!

    Así que me uno a tu empujoncito y te digo chapó por el post!! no se puede malgastar una vida con gente tóxica!!! el ni contigo ni sin ti para el siglo XVII

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  3. Y tanto que me identifico pero aquello ya pasó. El problema es que aunque pase incluso el sentimiento de amor hacia una persona, siempre te dejan huellas, marcas...y hacen que te comportes a la defensiva con quien no lo mereces, o que no des tu cariño tan facilmente como te lo dan... Para mi hasta no hace mucho el amor era eso...sufrir, algo pasional, intenso...y no tiene por qué ser así, no hay por qué sufrir, al menos no de esa manera, y tampoco tiene por qué ser tan pasional ni intenso. Pero una vez que lo pruebas es como cualquier droga...las ganas de volver a probarla nunca se pasan. Somos así de estúpidos. Pero chica...has aprendido, estás en el buen camino, y todos somos prepotentes a veces en ese aspecto...reconocerlo es el primer paso para corregirlo.

    Un beso...ya te queda menos!!

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  4. El gran error es esto es echarte las culpas, recriminarte no haber reaccionado antes, permitir que te trataran así. La culpa no es tuya, es suya, tú lo hiciste bien, hiciste lo que hace cualquier persona enamorada de verdad, dar lo mejor de sí al otro. El que el otro fuese un cabrón que te tuviese de colchón cuando le apetecía o si no disponía de otra no es un fracaso tuyo, es un fracaso de él como persona. Estoy convencida de el tipo era un maestro del engaño que incluso lograba que le compadecieses por sus flaquezas, mientras que junto a ti había otras a las que les hacía lo mismo al mismo tiempo. En mi caso lo descubrí a tiempo, me avisó un amigo, y salió escaldado. Informé a su novia de toda la vida de la situación en cuanto me enteré que existía y luego me fui a hablar con él para notificarle nuestra conversación.
    No hay nada como estar en una relación correspondida. No te sientas culpable por las secuelas de tu pasado, los altibajos los padece todo el mundo normal y siempre pueden compensarse.
    Besos: Sol.

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  5. De todo se aprende y ¡anda que no te queda tiempo por delante!
    Un besote

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  6. Creo que es inevitable sufrir por amor, porque en el amor uno también se equivoca, como en todo. Lo bueno es aprender de los errores. Yo he tenido unas cuantas relaciones así. Iba a poner "muchas", pero tampoco he tenido muchas relaciones, entre sanas e insanas, así que, dejémoslo en algunas. Una de ellas ni siquiera fue relación -triste soy-:era yo colgada de un amigo cuya autoestima agradecía mis contínuas atenciones. Esa fue la más larga, la que más me hace identificarme con tu historia. "amé" poco y mal por tener el corazón plantado en tierra estéril. Hubo una excepción, pero cuando no me salió...Pues eso. Y supongo que eso de que el ser humano tropieza mucahs veces en la misma piedra... Puede. En primero de carrera me volvió a pasar. Y yo lo sabía, porque no soy estúpida, pero mira. De todos modos, algo había aprendido por entonces, porque llegó un punto en el que preferí dejarlo ir (también he de agradecer la sinceridad del susodicho). Eso es lo bueno que he tenido yo... que no me ha costado mucho dejar ir los amores. Por eso mis "tiempos perdidos" no han sido tan largos. Pero no seré yo esa que vaya a lanzarte la primera piedra, ni mucho menos.

    De todas maneras, los contrafácticos son como las mecedoras: entretienen, pero no llevan a ninguna parte. Piensa en ahora. Y si sientes a veces que podrías poner más en tu actual relación, concentra tus fuerzas en eso. El futuro, y sobre todo el presente, son lo que merece la pena.

    Muá.

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Ahora me encantaría saber qué piensas tú