MI NAVIDAD 2012

He pasado unas fiestas de Navidad muy especiales. No contaba con ellas. 

Han sido especiales y también emotivas y creo que  un mal momento, una situación  muy triste como fue la muerte de Tere, la madre de unos amigos de toda la vida, amiga de mi propia madre de toda la vida, ha servido en gran medida para que muchos, al menos en mi casa, valorásemos más el simple y sencillo hecho de estar juntos, sanos y procurando ser felices. 

Tere murió el día de Año Nuevo, por la mañana. Un día antes, solo un día antes habíamos enterrado en mi pueblo a otra mujer, Cuca, madre también de otros amigos. La muerte de Cuca fue totalmente inesperada, aunque ella era mayor que Tere que apenas tenía 63 años.  

Han sido dos pérdidas muy significativas y dolorosas para mi pueblo. Las dos eran mujeres muy conocidas y en mi caso, las dos madres de personas a las que tengo cariño, con los hijos de Tere, aunque ahora no vaya en cuadrilla, sí he ido en mi niñez, adolescencia y juventud temprana. Además fuimos vecinos mucho tiempo y mi madre ya digo que fue amiga suya de juventud. Con los de Cuca, he salido en pandilla muchos años, entre los 20 y los 30 y tantos. Son también amigos. Así que ha sido tremendo. 

Al margen de estas despedidas he empezado el año muy tranquila y sin una gota de alcohol en mi cuerpo. Cosa extraña porque aunque ya no soy la "juergas" que fui, sí me gusta tomarme algunas y chisparme un poco en días de fiesta. Pero el día de Nochevieja me despertó un dolor terrible de barriga y os aseguro que me pasé la mañana entera del 31 en el water. Y venía de otra, pues el día de Navidad tampoco pude probar bocado, me pasó lo mismo. Tan raro me sonaba todo eso que llegué a pensar si no estaría embarazada, pero ¡¡no!! Simple empacho o virus de 24 horas, el caso es que yo, en Nochevieja, tranquilita (me alegró mucho no haber encontrado talla de una blusa monísima que vi a última hora y que pensé que era ideal para esa noche, mira por donde no hay mal que por bien no venga, porque no habría podido estrenarla). Mis amigos, los que están ese día en el pueblo, montaron una fiesta karaoke y yo fui un ratito. Les felicité el año y a casita que de lo único que tenía ganas era de tumbarme y leer. Levantarse el día 1, sin resaca, sin sueño y recuperada totalmente, con hambre y ganas de tomarme un vinito me sentó de maravilla. Lástima que el día se empañó con la triste noticia. 

Ese día por la noche mi madre dijo que le apetecía jugar un ratito a las cartas, en mi familia hay tradición en eso de jugar a las cartas en Navidad, antes cuando era pequeña venían mis tíos todos los días y nos jugábamos las pesetas. Pues ahí estuvimos un rato, echando una partida y sobre todo unas risas en familia y es que creo que la muerte de Tere nos hizo ver, en cierto modo, la suerte que teníamos nosotros de estar ese día juntos, alegres, sanos y disfrutando del momento. 

El miércoles dia de entierro. Triste. Triste. 

Para alegrarlo un poco lo regamos con un vermú, en mi pueblo se llama tomar el vermú, aquí en Murcia se dice tomar el aperitivo. Yo tengo que poner el modo pueblo cuando voy allí, porque ya me dicen que hablo raro. Por la tarde quedé con un par de amigas (dos que por diferentes motivos decidieron dejar de salir con nosotros en pandilla, una larga historia...Una de ella ha sido mi mejor, mejor, mejor amiga, ahora nos llevamos bien, pero ya no es como antes) y mi hermana a tomar un café. Pasamos un buen rato de charla y de visita a un precioso hotel-SPA que hay en mi pueblo y en el que trabaja una de ellas. Es genial verte todas las habitaciones de un hotel a tu antojo. A mi es que me encantan los hoteles. Y este además tiene SPA, así que la visita mereció mucho la pena. 

Hablando de SPA, uno de los regalos de mi hermana por Reyes fue ir de SPA, así que el jueves tocó irnos de SPA. Fuera del pueblo, a la capital. Mi madre, mis hermanos, mi cuñado y yo. Era mi primera experiencia SPA y me encantó. Estuve a punto de no ir. La pereza, que no me da solo para cosas aburridas, no, a veces también me da por no hacer cosas interesantes. Lo del SPA estuvo muy bien, lo recomiendo. Y después vuelta al pueblo donde habíamos quedado con mi padre para comer por ahí, de restaurante. Así que otro día genial con los míos. 

Pero además he tenido la suerte de que estas navidades también he disfrutado de mis amigos. Normalmente no solemos coincidir toda la pandilla en estas fechas, (ni en otras, cada vez es más difícil vernos todos), hay muchos compromisos y los que no viven en el pueblo tienen que dividirse unos días allí, otros en las casas de su familia política. Algunos tienen hijos y los días de navidad les absorben. Pero este año al caer la navidad como ha caído ha habido mas días de fiesta y nosotros nos hemos visto. El día 29 nos juntamos toda la pandilla en el pueblo. ¡¡TODOS!! y la suerte es que hacía poco que habíamos hecho otro pleno, en el puente de diciembre también nos vimos. Así que genial. El sábado hicimos cenita, copitas y sobre todo risas, muchas risas. 

Y mis amigas me hicieron feliz.

Ya sabéis que mi cumple ha sido estos días. Pues mis amigas aprovecharon esa noche para hacerme un regalo muy especial. Éste

 



















Soy la primera de las amigas que cumple 40, os aseguro que ese día no me esperaba nada de nada. Sabía que me regalarían algo porque desde noviembre de este año yo misma instauré la costumbre, entre nosotras, las chicas, de tener un detallito. Pero como el 29 de diciembre todavía era 2012 y mi cumple es en 2013...en fin como que no me pegaba que ya se hubiesen puesto de acuerdo en  qué regalarme. Y me dieron una sorpresa mayúscula, por el regalo que me encantó. 

Me maravilló. 

Me pusé supernerviosa.

Me eché a llorar de la emoción, de la alegría, de los nervios...

 En el fondo me dieron una lección de cariño. Si se hubiesen metido en mi cabeza habrían sabido que esta muñeca era lo que quería por encima de todo. Jamás pensé que lo tuvieran en cuenta.  Porque no se lo había dicho, claro está. Somos muy desprendidas, muy independientes y el hecho de que me regalaran justo lo que más quería me desmontó, me desarmó. Me dejaron sin palabras. Además me enteré de que llevaban mucho tiempo maquinándolo y yo que soy la que siempre las muevo para hacer cosas no me enteré de nada. 

Creo que me quieren mas de lo que yo pienso y lo malo es que soy tan pava que no me doy cuenta. O lo que es peor, no he sabido apreciarlo

(La chapita que lleva es una cosa nuestra. La hice yo y le regalé una a cada una de mis amigas en las fiestas del pueblo. Ellas se lo curraron para ponérsela a la muñeca, que es la NANCY 40 CUMPLEAÑOS, me pareció un detalle exquisito)

Para terminar los días de fiesta y ya casi metida en mi cumple, los amigos que quedamos en el pueblo comimos juntos el día 5. Uno de ellos hizo un arroz exquisito. Aquí no pudieron venir todos, normal teniendo en cuenta que ese día es el de los niños. Yo no quería hacer una celebración oficial de mi cumple, no se si la haré, pero ya que nos juntamos unos cuantos con esa excusa, todos los años los que podemos nos vamos a comer el día 5 juntos y medio celebramos mi cumple,  pues pensé que debía hacerles una tarta. Total que pasamos también un sábado estupendo. Karaoke, copitas, risas, buena comida...Y el domingo tocó celebrarlo en casa, (después de invitar a los amigos a un aperitivo, claro, eso que no falte) recoger y entregar los regalos de Reyes, que al final han sido muy generosos y después de comer tranquilamente nos volvimos a Murcia. Y el día 7 ya fue para mí y para mi chico. Mano a mano celebrando los 40 inviernos de la menda.

Han sido unos días geniales. He hecho mil cositas. Tengo la sensación de haber disfrutado el momento. Tengo el sentimiento de haber disfrutado de padres, hermanos, amigos y eso me vale un montón porque luego me toca venirme aquí, a 600 km de todos ellos y los echo de menos. Venirme con la satisfacción de haber aprovechado el tiempo me reconforta. Y a pesar de que todavía estoy más allí que aquí, me cuesta mucho adaptarme a Murcia cuando paso unos días en casa, se que estas navidades han sido geniales. He vivido el momento. No me ha dado por meterme en mi habitación como hacía otras veces. No he querido pensar en mis propósitos de año nuevo, porque tiempo tengo ahora de hacerlo. 

He querido simplemente relajarme, querer y dejarme querer. 

Lo malo es que ahora, ya, añoro esos momentos. Ahora mismo ya siento tristeza de que hayan pasado. Ainsss, !esta maldita nostalgia!, qué mal la llevo. 

Y lo escribo aquí para mí, porque no quiero olvidarlo. 

Y lo escribo para vosotros, para contaros que es verdad, que las pequeñas cosas, son las que nos hacen felices, que hay que disfrutar de lo que se tiene (vista, olfato, gusto, amigos, amor, familia, APERITIVOS...)

porque esos momentos y esos recuerdos son, al fin y al cabo, nuestra vida.