Perri y un chico de Murcia (El aniversario)

Mañana es 9 de mayo
Mañana es 9 de mayo de 2012. Miércoles
Mañana 9 de mayo de 2012 hará cuatro años.
 Entonces, en 2008, el 9 de mayo fue viernes.
 
El viernes 9 de mayo de 2008, a las 16:00 horas ,me subí en un tren Talgo. Destino: Murcia.

En Murcia, un chico, se pasó la tarde del jueves preparando ensaladilla rusa, huevos rellenos, ensalada murciana, boquerones en vinagre. Todo lo que sabía cocinar o, al menos, lo que mejor le salía.

En Madrid, una chica se pasó la mañana en el curro nerviosa. Quedó con su compañero en que nada más llegar a Murcia le mandaría por sms la matrícula del coche del chico. Le apuntó el nombre y los dos apellidos de la persona a la que iba a conocer. Acordó con él que le llamaría cada cierto tiempo para saber que todo iba bien.

En Murcia, un chico se pasó la tarde del viernes pensando qué ponerse. Pidiendo consejo a su mejor amiga. Estaba nervioso pensando cómo sería en realidad la chica del chat, la del messenger, la de internet.

En Madrid, una chica se subió al tren pensando que estaba loca perdida por ir a conocer, en persona, al chico del chat, a ese al que le gustaban todas las pelis menos Blanco humano, al que le habló de tantos y tantos sitios en Murcia y en el resto de España en los que tomarse unas cañas, al que la esperaba todas las tardes delante del messenger para hablar con ella durante horas, al que escuchaba Onda Cero, al que no paraba de hablarle de su peña. Al chico  que le había dicho que la invitaba a comer gambas.

En Murcia, un chico pensaba dónde llevar a cenar a la chica del chat. A la loquilla esa que solo hablaba de su pueblo, a la que escucha la Cadena Ser, a la que nunca había estado en Murcia y no soportaba Polaris World y todo lo que significaba, a la que había tenido los "cojones" de irse a conocerle, a la chica de la tele que quería tomarse unas cañas con él.

En el tren, a dos horas de llegar al destino, una chica entra en el baño y empieza a maquillarse, quiere estar guapa.  Después, se va a la cafetería del tren y se toma una cerveza. Luego otra. Y en ese rato le llama a él. Está nerviosa. Nadie excepto su compañero de trabajo sabe la razón por la que va en ese tren. Decide mandarle un mensaje a su hermana y contárselo.

En Murcia, un chico hace tiempo en casa de su amiga y mientras se acerca la hora de que llegue el tren se toma una copa. Y luego otra. Está muy nervioso. No para de recibir mensajes de sus amigos preguntándole si ha llegado ya la chica de Madrid. Mucha de su gente sabe que ella llega ese fin de semana.

El tren llega a la estación.

Dentro, una chica, se muere de vergüenza por ese primer instante de verle desde la puerta del tren. Ese primer contacto tan complicado en el que de repente te muestras a la otra persona tal cual eres, como desnudo y desvalido frente al otro. Le preocupa  no ser torpe, no parecer torpe. Solo piensa que pensara él. No se atreve a mirar a la gente del andén. Le da vergüenza verle. Le da tanta vergüenza verle a él, como que él la vea a ella.

Y él siente lo mismo.

Pero todo es sencillo. Son dos personas más en ese andén. Ella se asoma, le ve y sonríe. Él piensa: "qué bonica es". Y ella le besa los labios. Y él se queda flipado. Y se van de cañas.

 Y ya llevan 4 años de cañas. Una vida en común. Unos kilos de más y muchos cigarrillos menos.

2 comentarios:

  1. Qué lindo. Odio las cosas que acaban en un andén, pero adoro las que empiezan. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ;-)
      Ese momento andén fue muy duro. Benditas cervezas!!

      Eliminar

Ahora me encantaría saber qué piensas tú