Algo a lo que aferrarse

Yo no soy creyente, ni tengo fe en santos ni vírgenes ni cristos que me ayuden. En cierta medida es duro no tener nada a lo que aferrarse en momentos difíciles por eso envidio a los que sí tienen fe, esa que les ayuda a superar situaciones complicadas, o esa fe en la que en determinadas ocasiones encuentran sosiego y cierta tranquilidad. Es envidiable y  entiendo que no quieran que nadie les quite esa medicina tan potente. Es normal.
Yo la he tenido, de niña era muy "rezona", me llevaba mil estampas de todos los tamaños a los exámenes. Me encantaban las fotos de la virgen inmaculada o el sagrado corazón de Jesús. En vez de llevar en mi cuadreno de clase las fotos del grupo de moda yo llevaba fotos- postales de cristos y vírgenes. Rezaba al acostarme y cada noche me imponía un avemaría más. Empezó a ser "un rollo" tanto rezo, pero creìa que si dejaba de hacerlo algo grave sucedería. La virgen o Jesús se enfadarían conmigo por dejar de hablarles cada noche. Menos mal que la adolescencia y cierta rebeldía ante la hipocresía de "los religiosos" me ayudaron con ese problema de mala conciencia. Y así poco a poco dejé de creer.
Pero de niña era genial creer. Porque rezabas tres avemarias y se te aliviaban los miedos. Era un mantra seguro. Recuerdo noches de tormenta, yo odiaba los truenos, porque me asustaban, entonces le pedía a dios que se acabara la tormenta y prometía que si dejaba de tronar rezaría 3 padrenuestros. Empezaba a rezar y supongo que, como si se tratase de contar ovejas, la oración actuaba como un poderoso tranquilizante y me dormía. A la mañana siguiente lo que recordaba era que yo había pedido que parase la tormenta y eso era lo que había ocurrido. Luego la oración funcionaba. Y dios me escuchaba.
Rezaba por todo. Si estaba nerviosa por los exámenes, si discutían mis padres, si mi novio no me llamaba, si había truenos...Ahora que lo pienso, mi primer novio fue a los 16 años, o sea que todavía anduvo coleando la fe un tiempo en mi mente, o en mi alma.
Desde luego que la fe ayuda. Alivia.
Ahora no rezo, creo que no sirve de nada. A mi no me sirve. No hay ningún santo que me vaya a ayudar. Y el no creer es terrible porque es como lanzarse sin red. Aun así tengo algunos rituales, absurdos, que me ayudan ante situaciones complicadas. Sobre todo en aquellas que no dependen de mi en absoluto. Por ejemplo cada vez que mi padre va a alguna revisión o le hacen una prueba más yo suelo esforzarme en hacer algo que me cuesta. Es como si pensara que sí él está pasando ese momento complicado  yo debo contribuir con mi fuerza de voluntad y eso ayudará a atraer  las buenas noticias. A mi padre le daban la semana pasada los resultados de una prueba y mi compromiso fue que yo tendría que ir todos los dias a spining. Es absurdo pero este esfuerzo  a mi me alivia y me ayuda a superar el momento. Al final los resultados de las pruebas no estaban listos con lo que me temo que me espera otra semana de spining intensa.

1 comentario:

  1. Me he identificado con la Perri-niña. De hecho, la Bettie-Niña quería ser monja, ¿cómo te quedas? Y de clausura. Pero no con la Perri-adulta. Necesito encontrar algún ritual que sustituya a los rezos en situaciones complicadas.

    Abrazos.

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