Lo que pensé mientras estaba en la cola de la bolsa de empleo

Hace 2 semanas fui a un ayuntamiento a presentar una solicitud para formar parte de una bolsa de empleo. En la cola para compulsar  documentos perdí la paciencia, la autoestima y quizá un poco la razón. Tras casi una hora de espera, con solo 3 personas delante mío, decidí que me iba. Afortunadamente tuve la gran idea de preguntar si, a pesar de que en la bases de la convocatoria no lo decía, se podrían entregar esos documentos a través de ventanilla única. Me dijeron que sí. Y me fui de allí. 
Lo que me llamo la atención fue la cantidad de documentos que estuvo entregando una de las personas que tenía delante. Estuvo casi media hora entregando títulos, certificados, diplomas, justificantes...parecía un mago sacándose cartas de la manga, cuerda infinita de la boca, pelotas de goma de detrás de las orejas. ¡Otro diploma! ¡Otro título! ¡Otro certificado!...y todos con sus correspondientes fotocopias para ser verificados. Una de dos: o la muchacha en cuestión tenía más títulos que el Real Madrid o decidió presentarse a todos los puestos de la bolsa de empleo. Al tún-tún. Por si suena la flauta en alguno, diría. 
No comprendo el funcionamiento, ni el sentido de estas bolsas de empleo. Es más: no me las creo. Bolsas de empleo para puestos de trabajo como: informador juvenil, conductor de tractor, auxiliar de biblioteca, de archivo, técnico sociocultural, educador social, albañil...¿Tantas bajas se producen en estos puestos, en un ayuntamiento de una localidad de poco mas de 32.000 habitantes, como para sacar una bolsa de empleo anual con un montón de especialidades? La manera de optar al puesto de trabajo es simplemente por méritos. No hay pruebas objetivas. Tienes más méritos, entras...si es que alguna vez se mueve aquello, que de veras yo lo dudo. Al menos dudo que se mueva tanto como para colocar al mogollón de gente que allí, solo en el propio ayuntamiento había ese día semifestivo. Pero si lo ves, si ves la convocatoria,  parece que estás en la obligación de solicitarlo, ya sabéis: por si acaso. 

Otra de mis reflexiones colistas (dícese del que reflexiona esperando-desesperado en una cola interminable) es la de ¿Por qué la gente tiene tantos títulos? ¿Sirven de algo? ¿Aporta algo coleccionar títulos sin parar? ¿Es cantidad sinónimo de calidad? ¿Nos estamos volviendo agilipollaus con tanta formación teórica y tan poca práctica en nuestras mochilas? ¿Vale más un título de Técnico sociocultural que cuatro meses de lectura reflexiva en casa? La verdad, no lo se. Personalmente soy de las que:
1º- No se apuntan a todas las especialidades que se convocan en una bolsa de empleo. Me presento a aquellas que tienen algo que ver conmigo, a las que me gustaría desarrollar (en algunas convocatorias me presento  a las que por requisitos puedo optar, pero ya sabeís que hay algunas convocatorias muy abiertas, como es el caso de la que os hablo, donde en la mayor parte de los casos el requisito es tener el graduado escolar, FPI o equivalente...por cierto ¿por qué sigue poniendo graduado escolar? ¿es que aún existe? Desde la LGE, en la que existía el graduado escolar, la antiga EGB, la que hice yo, hemos pasado ya  la LODE, la LOGSE, la  LOCE, LA LOE Y LOMCE...el graduado escolar quedó muy atrás, aunque igual vuelve ;-),  ¿no sería más lógico, a la par que correcto, poner Título de graduado en ESO, FP básica o equivalentes?  Esto me hace desconfiar aun más de este tipo de procesos selectivos). 
2º - No tengo demasiados títulos, cursos, diplomas..no al menos comparada con lo que vieron mis ojos en aquella cola. Puedo aseguraos que la chica que tenía delante mio sería unos 15 años más joven que yo y llevó ayuda, un muchacho,  para ordenar y sacar y volver a guardar tanta tonelada de títulos como desplegó sobre el mostrador. Pero es que la siguiente chica que iba detrás no se quedaba atrás y la mujer, que acudió con su marido y dos hijos ( una niña agotadora, agotadora) y que estaba justo antes que yo, llevaba un archivador de esos de cartón ¡¡lleno de títulos para compulsar!! ¿Cuándo hace la gente tanto curso? Y ¿por qué? Yo recuerdo que nada más terminar de estudiar la inercia del estudio me hizo apuntarme a algún curso. La inercia y el que no sabía cómo se hacia eso de buscar empleo, y el no encontrarlo (aunque la primera vez en mi vida que curre de verdad; de teleoperadora, vendiendo apéndices de una enciclopedia...¡tela! lo compatibilizaba con un curso de oratoria por las mañanas. ¡El curso de mi vida! básicamente durante el mes de julio, porque yo empecé a trabajar por primera vez en julio y en Madrid, nos dedicamos a cantar, aprender a cantar...casi, casi hacíamos lo mismo que luego vi en Operación Triunfo en aquellas clases histriónicas con Ángel Llácer, cantábamos y hacíamos expresión corporal y técnicas de relajación. Buff, aquello me encantaba. Iba yo a mi televenta enciclopedista como una rosa, y me vino muy bien, porque aquel trabajo es lo más parecido a la esclavitud y al desprecio humano que he vivido en carnes propias. Sitel se llamaba mi empresa, por si alguien ha pasado por allí. En Méndez Álvaro, en Madrid, tiene las oficinas. ¡Que os den!) pues eso no encontrar trabajo, o no saber buscarlo, no saber en definitiva cómo había que hacer para entrar en la vorágine laboral era lo que me impulsaba a seguir estudiando que al fin y al cabo era lo que yo llevaba haciendo los últimos 19 años de mi vida. Pero algún día hay que echarle un par y salir de la zona de confort y ponerse a trabajar. Eso o estudiar muy en serio. Porque de verdad, creo que los cursos, asi  a discrección no sirven de nada. Es mi experiencia. Ya sabéis que en la mayor parte de las ocasiones, salir una noche o una mañana, con alguien que os conozca y se acuerde de vosotros en un  momento dado, vale más que 8mil cursos por muy del IAE o el ICAI o el IMEBE que sean. Al fin y al cabo de esos cursos tan caros pagas los contactos, la endogamia que se establece con aquellos que han podido pagarse ese mismo curso (o se han empeñado) y de los gratuitos sacas la experiencia: la experiencia de saber que hay más pringados como tú por el mundo, aunque casi siempre, eso a mi me pasa, por muy equitativamente pringados que seáis, en estos cursos gratuitos siempre hay alguien que debería dedicarse al funcionariado activo de administración, porque tienes la sensación de que se saben todos los trucos, requisitos, plazos, observaciones y demás de todo lo relacionado con la administración. Y te deprimes más: "si esta persona, con lo que sabe está aquí...."

Por cierto, que el miércoles empiezo yo un curso...Es lo que tiene ponerse en una cola con gente atiborrada de títulos, que te da por pensar que tienes poco que ofrecer. 
Mañana se acaba el plazo para presentar la solicitud para la bolsa, aún no he llevado los papeles. 
Ya sabéis que el nombre de este blog es Sentidos y Sinsentidos. Que es lo que vengo a ser yo misma. 

Pd. Que se se me olvida, lo que yo creo es que estas bolsas sirven para imagen, postureo que se dice ahora. Las personas, hartas de no saber donde coño rascar para ganarnos las habichuelas, vemos que un ayuntamiento convoca algo en su sección de RRHH e inmediatamente pensamos: Mira aquí parece que se mueve la cosa, se molestan, se lo curran, se preocupan, una esperanza, una luz, un ¡puesto de trabajo!...Y nos enamoramos de ese ayuntamiento. Y lo volvemos a votar. Fin de la bolsa de empleo. 


Volver

Retomar el blog tras el paréntesis bodo/veraniego es complicado.
Estoy desconectada del mundo virtual, leo pocos blogs estos días y eso hace que me sienta fuera de la tribu bloguera. Volver es casi empezar de nuevo, así lo siento yo al menos. Volver es asomarte con cierta timidez y  prudencia a este mundo virtual. Con cierto recelo también: Me pregunto si solo soy yo la que de vez en cuando necesita desengancharse de lo virtual para aferrarse a lo real. Claro que en mi caso BLOG y vida son dos opuestos. El BLOG no forma parte de mi vida real. Es mi espacio, de momento, reservado. Lejos y al margen de miradas conocidas, tan solo algunos escogidos leen, en la sombra, estas parrafadas.
Lo reconozco, me cuesta volver. Ponerme a escribir, leer, comentar...pero siento que necesito hacerlo. Casi es como correr. Que me da pereza, pero nunca me arrepiento de hacerlo.
Correr también lo abandoné, mas de un mes. Esta semana he vuelto a trotar y !qué bien me han sabido esos 25 minutos seguidos tras tanto tiempo parada! Intuyo que con este espacio sera igual.
Tengo cosas que escribir...no digo contaros, porque el principal escollo que encuentro para retomar la escritura es pensar que hay alguien ahí fuera y no lo toméis a mal, ni me malinterpretéis, porque sin vosotros este BLOG no sería apenas nada, pero necesito no pensaros, no saberos, para arrancarme, para escribir de lo que yo y solo yo quiero contar y recordar mientras lo plasmo aquí. Y si os imagino leyendo pienso que os aburriré y voy dejando pasar los días y no debo.
Así que me tomare éste como el primer pasito.
Los otros vendrán tras él.

Ebola

Considero muy importante dar cobertura a esta información. Personalmente y aunque este de vacaciones estoy harta de tanta mentira, porquería y de gente que habla sin saber, sobre todo de aquellos que lamiendo el culo al poder y la Iglesia se han hinchado a meterse con el personal sanitario.
Estoy cansada de idiotas. Harta. Incluso en verano. Porque los idiotas y los ignorantes no descansan nunca.
Vuelvo en breve....y como veis, a tope.

http://amenfermerianoticias.wordpress.com/2014/08/10/carta-de-un-enfermero-existe-un-riesgo-mayor-que-el-ebola-y-esta-tras-el-cristal/

LA BODA de Perri

La boda fue PERFECTA. 
Tengo tanto que contar, tantos recuerdos maravillosos, que me resulta difícil pararme y escribir solo algo de la boda. 
Fue perfecta, mucho mejor de lo que yo esperaba, mucho mejor de lo que Paco y yo siempre imaginamos. Fue la boda de mis sueños. Sin más. 

Ahora me voy a tomar unos días de descanso y relax. 
De momento no nos vamos de viaje, cuando hicimos la boda tuvimos que elegir entre fiesta o viaje, y creo que acertamos, porque jamás, jamás un viaje me iba a dejar el recuerdo dulce, especial, de querer repetir ese día hasta la saciedad, que me ha dejado mi boda con Paco. Estoy feliz porque la boda la he preparado yo y me ha salido genial. Estoy feliz porque se que el 19 de julio hice feliz a mucha gente que se lo pasó muy bien, que acudió a una boda diferente, que disfrutó, que lloró de emoción, que bailó hasta el dolor y que no puede dejar de hablar de ese día que les regalamos Paco y yo. Estoy feliz. Estoy con Paco. Casada con Paco. 

Os dejo unas fotos. Prometo más, os contaré más.


Novia con plato de bravas




Casándonos




Instantánea del aperitivo tras la ceremonia






Por cierto, en el Parador muy bien gracias a la amenazas...¡que pena! y al equipo de gente maravillosa que trabaja allí. Como las mentiras tienen las patitas muy cortas y en los pueblos todos nos conocemos, al final mi cuñado habló con la otra novia, que le contó que ellos nunca supieron que hubiera otra boda en el Parador ese día. Que lo que se les dijo es que había un cóctel y que ellos tenían firmada exclusividad en el Parador....Empiezo a deducir lo que pasó aquí...

Recordaréis que a nosotros nos dijeron que fuéramos a las 16:00 horas y eso hicimos. Advertimos a nuestros invitados y les alargamos nuestro vino español tras la ceremonia y de ahí al Parador. Pero algunos de mis amigos, que son geniales, tocan en un grupo de dulzainas y se les ocurrió que sería buena idea esperarnos a la entrada del Parador y recibirnos tocando alguna jota o canción típica. Y cuando Paco y yo llegamos empezaba a llover...(ni la lluvia estropeo el día) y todo el mundo de la boda esperando en la entrada del Parador, que es una gran entrada, antes de pasar al Patio donde íbamos a celebrar el cóctel-comida. Yo feliz, feliz, feliz, me puse a bailar. Y la gente flipando, encantada, sobre todo los invitados de fuera. Y...de repente, por el rabillo de mi ojo, vi a la otra novia dentro. ¡¡¡!!!! Y vi que algunos invitados, incluidos los novios, aún no habían subido a su salón de celebración.
Y me dije: - Ya lo siento, pero son las 16:00 pasadas y aquí y ahora se celebra MI BODA.
Y entré; a ritmo de jota de mi pueblo, bailando con mis amigas como mis mosqueteras...como mis escuderas...Así entramos: con baile, con ruido, sonriendo a más no poder, felices, encantadas...
Y ahí fue donde la otra boda se dio cuenta de que en ese Parador había otra novia. 
Creo que mi hermana se encaró con el director momentos antes, no me lo ha querido contar, pero se que paso un mal rato, que terminó llorando en el baño, todo con tal de que yo no me enterase de nada o no me preocupase. 
Os aseguro que mi entrada fue triunfal, como un flashmob, pero espontáneo y castizo. Maravilloso. Un recuerdo MARAVILLOSO. El cóctel fue muy bueno, buena comida, buen servicio, no nos faltó de nada, estuvimos muy a gusto. 
Por la noche en la habitación teníamos un cuadro, regalo del director, con una tarjeta en la que decía: ENHORABUENA. Se agradece el detalle, pero cara a cara no fue capaz de pedirnos perdón. Cosa que me parece una falta de respeto y sobre todo de profesionalidad. La prepotencia es muy mala. 

Entrando al Parador
Pero ya pasó. Y por mi parte, he hecho y dicho todo lo que tenía que decir y hacer.