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Objetivo Profesional 4. No trabajes en cualquier cosa.

Hace dos fines de semana hablaba con una prima mía, 52 años, madre de dos hijos aún menores, estudiante muy tardía (se sacó el título de graduado hace pocos años porque quería estudiar para ser auxiliar de clínica) ella, actualmente,  está trabajando en una pescadería y está harta, cansada y queriendo trabajar en lo que a ella le gusta: auxiliar de clínica. Mi prima estaba entre la eterna duda de si dejar un trabajo que aborrece pero con una nómina segura a fin de mes o lanzarse a la aventura de lograr trabajar en algo que desea. 


Si puedes permitírtelo, aunque eso implique seguir en casa de tus padres un tiempo, no tener un duro para ir a gastarlo al Berska, olvidarte de viajar durante un tiempo, no ir a la peluquería una vez al mes y convertir tu baño en el mejor salón de estética del barrio, quitarte caprichos, hacer sacrificios; es decir, si no te va en ello comer, vivir o sobrevivir y tienes una meta profesional, un objetivo, un  trabajo para el que te has estado formando (por poco que sea, desde un curso del Inem hasta la carrera más costosa del mundo), no trabajes en cualquier cosa. Insiste, espera, busca de lo tuyo. Confía, sigue preparándote, da pasos hacia tu objetivo, por pequeños que sean, pero no te salgas del camino. Si necesitas trabajar búscate algo que sepas con total seguridad que no es tu "labor", un trabajo temporal, muy temporal. 

Miro atrás y veo que uno de los errores que puede que yo cometiese fuera el de empeñarme en trabajar en cualquier cosa. Mi caso no es nada raro, la mayor parte de las personas estudiamos una carrera y cuando la terminamos no tenemos ni idea de cómo enfrentarnos al mundo laboral, no sabemos ni por dónde empezar a buscar. Muchos estamos cansados de pedir dinero a nuestros padres y queremos a toda costa tener nuestra independencia, aunque solo sea para nuestros caprichos. Esto nos lleva a desesperarnos un poco y en esa desesperación se cruzan muchos mensajes de personas, muchos consejos mal-aconsejados, situaciones económicas del país que no dejan mucho lugar a la esperanza....

A mi me aconsejaron: 
- ser teleoperadora. Maldita la gracia. 


Por qué me tratan cómo si lo supiera todo

No sé si os habrá pasado alguna vez eso de que vais a un sitio desconocido o a informaros sobre algo y os tratan como si tuvieseis una tesis doctoral hecha sobre ese asunto.

Este verano, de camino hacia Pirineos, paramos en Tudela. Hace unos años estuvimos pasando unos días por esa zona y recordábamos con regocijo las verduras que nos metidos entre pecho y espalda en aquel momento. Así que decidimos que ya que estábamos de vacaciones, Tudela era un lugar ideal para comer. Para nuestra desgracia estaban en fiestas, las de Santa Ana si mal no recuerdo. Fuimos a un restaurante a preguntar si podíamos comer y lo primero fue que tuvimos que ir en busca y captura de la camarera, que a pesar de haberos visto allí, en la recepción, esperando,  mirando y con cara de queremos comer, ni se acercó y lo segundo que a la pregunta de si podíamos comer nos respondió con cara de estupor si habíamos reservado, no - le dijimos, y entonces su estupor se transformó en "vosotros sois tontos" y nos contestó que cómo queríamos comer sin haber reservado un día cómo ese. - ¿Cómo ese, qué tiene de especial este día? Ah, que es fiesta en Tudela. Ya pero mire es que yo vengo de Perripueblo, es la segunda vez en mi vida, 42 años de vida ya, que paso por Tudela y como comprenderá no me se el calendario festivo de toda España, solo queríamos saber si era posible comer. Evidentemente no somos de aquí. Y evidentemente no podemos comer. Pero... ¿se puede ser amable un día de fiesta como este? Y nos fuimos. 
Nos pasó luego en una tasca en la que a pesar de tener comida en la barra y preguntar si podíamos comer en la misma barra nos dijeron, con cara de vosotros sois gilipollas, lo juro,  que "ese día" es imposible comer sin reserva y que la comida, el menú es único y no se sirve nada más. Lástima de tapas de la barra porque se iban a pudrir. En fin. Que no vayáis a Tudela en fiestas. Que no os dan de comer. Y si os dan os clavan. Que es lo que al final nos pasó en un bar de la plaza que hace esquina y es así como antiguo. Clavada, malíiiisimas tapas, las que ellos te dan porque ese día, como ya sabéis, no se puede elegir,  calor y conclusión: No vuelvo a Tudela. 
Lástima, porque las verduras, cuando te las dan son deliciosas. Pero yo soy muy mía y hacía tiempo que no veía gente tan desagradable. Y soy de Castilla, la vieja. O sea que de carácter suave tampoco presumo. Pero...¡¡coño!! 

Pero me ha pasado más veces. He ido al Inem (antigua denominación para que nos entendamos todos) a consultar alguna cosa y me han respondido como si yo ya lo supiera todo sobre lo que pregunto. Mi cara de estupor ante el desconocimiento de lo que me dicen debe de ser tal que me repiten de mala gana lo que me acaban de decir, - ya, si lo he pillado a la primera, pero aún así, no se de qué va el tema.
 Una vez me enfadé mucho y le dije al que tenía enfrente: 
- ¿Usted sabe algo de sistemas de televisión? 
- No.
- Pues mire por donde yo sí, un montón. Claro eso debe de ser porque yo he estudiado de eso, he trabajado en eso, de manera que si me pidiese ayuda para sustituir su televisor no se me ocurriría contestarle que elija entre 3 modelos. Le tendría que explicar cada modelo, sus ventajas, inconvenientes y el que a mi juicio de experto le conviene, porque usted no tiene ni idea y lo más importante: no tiene porqué tenerla. Pues ahora explíqueme si es que esto que le he venido a preguntar se estudia en el colegio o hablan de ello en Sálvame todos los días, porque yo al menos, no tengo ni pajolera idea de cómo acogerme a esta ayuda, ni requisitos, ni plazos, ni leches. Así que no me  de usted tanto papeleo y expliquemé hágame el favor. 


Pero no siempre me sale la vena contestataria. La mayor parte de las veces me lo como con patatas y me voy con la sensación de ser un auténtica imbécil: 
1- Por no haber dicho nada.
2- Porque igual eso que no sé es público y notorio y yo vivo en la inopía. 
3- Por no haber insistido....¿por qué no insistimos cuando desconocemos algo y nos tratan como si sí lo supiéramos? 

En un sindicato, UGT, concretamente, fui a enterarme, angelico, de cómo iba el rollo de la lista de interinos. Esto fue hace unos años, tras mi primera oposición. Quería saber cómo funcionaba, si había alguna manera de saber o pronosticar si me llamarían pronto o tarde o nunca para trabajar. Quería saber en definitiva si podía calcularse más o menos la rapidez con la que correría la lista. Cuando quise darme cuenta estaba rodeada de archivadores llenos de listas de interinos de años atrás en las que yo y mi inteligencia sobrehumana, imagino, debíamos averiguar qué coño hacer con ese papeleo. 
Me sentí tan lela, tan absurda, tan imbécil, porque no tenía ni idea de qué debía buscar allí, ni para qué me habían dado eso si yo les había dicho que era mi primera vez en la vida que me presentaba y no tenía ni idea de cómo funcionaba nada de nada del sistema, ¿qué parte de no tengo ni la más mínima idea no dejé clara? ¿Tengo cara de inteligentísima? 
No, no dije nada. Miré aquellos papeles como el que mira unas instrucciones del montaje de una cabeza nuclear en chino mandarín y al rato me fui. 

Vamos a ver, si yo trabajo en un lugar y viene alguien a preguntarme por algo mi proceso mental es: 
Si viene a preguntar por esto es porque no sabe nada de esto. Luego se lo tengo que explicar yo. 

El suyo: 
La gente lo sabe todo de todo. 

Cuando me apunté a yoga lo dejé claro: No tengo ni idea de lo que va el yoga. Ni idea. Me suena a meditación india. Punto. 
Por eso cada día en la clase, cuando me decían, - no así no se hace, estás equivocada; me enfadaba. Y si no lo hacía porque quería verlo primero, porque no lo sabía hacer, porque no tengo ni idea de yoga, repito, ni idea, y me decían - Venga Perri no te duermas; pues me cabreaba. Y por eso en vez de decir nada, qué hastío, dejé de ir. 
Y es que no soporto que cuando voy a preguntar algo me contesten como si habría que haber nacido sabiéndolo todo de todo. 

Esto va también por lo el doctorado. Pues que resulta que no tengo ni idea de cómo funciona lo del doctorado. Pero oye, años llevo intentando que alguien, de la universidad, se digne en explicármelo. 
¿Os pasa esto?

Lo que pensé mientras estaba en la cola de la bolsa de empleo

Hace 2 semanas fui a un ayuntamiento a presentar una solicitud para formar parte de una bolsa de empleo. En la cola para compulsar  documentos perdí la paciencia, la autoestima y quizá un poco la razón. Tras casi una hora de espera, con solo 3 personas delante mío, decidí que me iba. Afortunadamente tuve la gran idea de preguntar si, a pesar de que en la bases de la convocatoria no lo decía, se podrían entregar esos documentos a través de ventanilla única. Me dijeron que sí. Y me fui de allí. 
Lo que me llamo la atención fue la cantidad de documentos que estuvo entregando una de las personas que tenía delante. Estuvo casi media hora entregando títulos, certificados, diplomas, justificantes...parecía un mago sacándose cartas de la manga, cuerda infinita de la boca, pelotas de goma de detrás de las orejas. ¡Otro diploma! ¡Otro título! ¡Otro certificado!...y todos con sus correspondientes fotocopias para ser verificados. Una de dos: o la muchacha en cuestión tenía más títulos que el Real Madrid o decidió presentarse a todos los puestos de la bolsa de empleo. Al tún-tún. Por si suena la flauta en alguno, diría. 
No comprendo el funcionamiento, ni el sentido de estas bolsas de empleo. Es más: no me las creo. Bolsas de empleo para puestos de trabajo como: informador juvenil, conductor de tractor, auxiliar de biblioteca, de archivo, técnico sociocultural, educador social, albañil...¿Tantas bajas se producen en estos puestos, en un ayuntamiento de una localidad de poco mas de 32.000 habitantes, como para sacar una bolsa de empleo anual con un montón de especialidades? La manera de optar al puesto de trabajo es simplemente por méritos. No hay pruebas objetivas. Tienes más méritos, entras...si es que alguna vez se mueve aquello, que de veras yo lo dudo. Al menos dudo que se mueva tanto como para colocar al mogollón de gente que allí, solo en el propio ayuntamiento había ese día semifestivo. Pero si lo ves, si ves la convocatoria,  parece que estás en la obligación de solicitarlo, ya sabéis: por si acaso. 

Otra de mis reflexiones colistas (dícese del que reflexiona esperando-desesperado en una cola interminable) es la de ¿Por qué la gente tiene tantos títulos? ¿Sirven de algo? ¿Aporta algo coleccionar títulos sin parar? ¿Es cantidad sinónimo de calidad? ¿Nos estamos volviendo agilipollaus con tanta formación teórica y tan poca práctica en nuestras mochilas? ¿Vale más un título de Técnico sociocultural que cuatro meses de lectura reflexiva en casa? La verdad, no lo se. Personalmente soy de las que:
1º- No se apuntan a todas las especialidades que se convocan en una bolsa de empleo. Me presento a aquellas que tienen algo que ver conmigo, a las que me gustaría desarrollar (en algunas convocatorias me presento  a las que por requisitos puedo optar, pero ya sabeís que hay algunas convocatorias muy abiertas, como es el caso de la que os hablo, donde en la mayor parte de los casos el requisito es tener el graduado escolar, FPI o equivalente...por cierto ¿por qué sigue poniendo graduado escolar? ¿es que aún existe? Desde la LGE, en la que existía el graduado escolar, la antiga EGB, la que hice yo, hemos pasado ya  la LODE, la LOGSE, la  LOCE, LA LOE Y LOMCE...el graduado escolar quedó muy atrás, aunque igual vuelve ;-),  ¿no sería más lógico, a la par que correcto, poner Título de graduado en ESO, FP básica o equivalentes?  Esto me hace desconfiar aun más de este tipo de procesos selectivos). 
2º - No tengo demasiados títulos, cursos, diplomas..no al menos comparada con lo que vieron mis ojos en aquella cola. Puedo aseguraos que la chica que tenía delante mio sería unos 15 años más joven que yo y llevó ayuda, un muchacho,  para ordenar y sacar y volver a guardar tanta tonelada de títulos como desplegó sobre el mostrador. Pero es que la siguiente chica que iba detrás no se quedaba atrás y la mujer, que acudió con su marido y dos hijos ( una niña agotadora, agotadora) y que estaba justo antes que yo, llevaba un archivador de esos de cartón ¡¡lleno de títulos para compulsar!! ¿Cuándo hace la gente tanto curso? Y ¿por qué? Yo recuerdo que nada más terminar de estudiar la inercia del estudio me hizo apuntarme a algún curso. La inercia y el que no sabía cómo se hacia eso de buscar empleo, y el no encontrarlo (aunque la primera vez en mi vida que curre de verdad; de teleoperadora, vendiendo apéndices de una enciclopedia...¡tela! lo compatibilizaba con un curso de oratoria por las mañanas. ¡El curso de mi vida! básicamente durante el mes de julio, porque yo empecé a trabajar por primera vez en julio y en Madrid, nos dedicamos a cantar, aprender a cantar...casi, casi hacíamos lo mismo que luego vi en Operación Triunfo en aquellas clases histriónicas con Ángel Llácer, cantábamos y hacíamos expresión corporal y técnicas de relajación. Buff, aquello me encantaba. Iba yo a mi televenta enciclopedista como una rosa, y me vino muy bien, porque aquel trabajo es lo más parecido a la esclavitud y al desprecio humano que he vivido en carnes propias. Sitel se llamaba mi empresa, por si alguien ha pasado por allí. En Méndez Álvaro, en Madrid, tiene las oficinas. ¡Que os den!) pues eso no encontrar trabajo, o no saber buscarlo, no saber en definitiva cómo había que hacer para entrar en la vorágine laboral era lo que me impulsaba a seguir estudiando que al fin y al cabo era lo que yo llevaba haciendo los últimos 19 años de mi vida. Pero algún día hay que echarle un par y salir de la zona de confort y ponerse a trabajar. Eso o estudiar muy en serio. Porque de verdad, creo que los cursos, asi  a discrección no sirven de nada. Es mi experiencia. Ya sabéis que en la mayor parte de las ocasiones, salir una noche o una mañana, con alguien que os conozca y se acuerde de vosotros en un  momento dado, vale más que 8mil cursos por muy del IAE o el ICAI o el IMEBE que sean. Al fin y al cabo de esos cursos tan caros pagas los contactos, la endogamia que se establece con aquellos que han podido pagarse ese mismo curso (o se han empeñado) y de los gratuitos sacas la experiencia: la experiencia de saber que hay más pringados como tú por el mundo, aunque casi siempre, eso a mi me pasa, por muy equitativamente pringados que seáis, en estos cursos gratuitos siempre hay alguien que debería dedicarse al funcionariado activo de administración, porque tienes la sensación de que se saben todos los trucos, requisitos, plazos, observaciones y demás de todo lo relacionado con la administración. Y te deprimes más: "si esta persona, con lo que sabe está aquí...."

Por cierto, que el miércoles empiezo yo un curso...Es lo que tiene ponerse en una cola con gente atiborrada de títulos, que te da por pensar que tienes poco que ofrecer. 
Mañana se acaba el plazo para presentar la solicitud para la bolsa, aún no he llevado los papeles. 
Ya sabéis que el nombre de este blog es Sentidos y Sinsentidos. Que es lo que vengo a ser yo misma. 

Pd. Que se se me olvida, lo que yo creo es que estas bolsas sirven para imagen, postureo que se dice ahora. Las personas, hartas de no saber donde coño rascar para ganarnos las habichuelas, vemos que un ayuntamiento convoca algo en su sección de RRHH e inmediatamente pensamos: Mira aquí parece que se mueve la cosa, se molestan, se lo curran, se preocupan, una esperanza, una luz, un ¡puesto de trabajo!...Y nos enamoramos de ese ayuntamiento. Y lo volvemos a votar. Fin de la bolsa de empleo.