Soñar dormida


Me encanta soñar. Hablo de soñar dormida. De tener sueños. De vivir experiencias oníricas. 

Me lo paso genial soñando y ser capaz de despertarte y recordar lo soñado, es una sensación genial. No soy de muchas pesadillas. Aunque sí he tenido sueños macabros alguna vez y como la sensación es tan real se pasa muy requetemal. Por ejemplo hace poco soñé que estaba con una amiga, una chica de perripueblo con la que apenas tengo relación, pero que de repente se coló en mis sueños. Estábamos juntas a la orilla del mar y al mirar la horizonte marino vi una ola gigantesca, enorme, un tsunami vamos. La miré y supe que de aquella no salíamos. El sueño acabó ahí. Siempre que sueño situaciones límite acaban en ese momento. El sueño se para en seco antes de que ocurra el desenlace final. Seguramente sea porque es imposible soñarse a una misma muerta. 

Es curioso el mundo de los sueños, cuando de repente sueñas que estás con alguien, tu novio por ejemplo,  pero tu novio, físicamente en el sueño, no es tu novio real, es otra persona. Generalmente alguien conocido, pero en el sueño interpreta el papel de tu pareja y a veces, como tú no lo relacionas con tu chico de verdad, le coges un poco de manía o de asco, porque piensas "es mi novio, pero le veo algo raro y ya no me gusta"

En mi caso siempre que sueño con un lugar, ese lugar no es como es en realidad, sino como es en mis sueños. Me explico. Yo a veces sueño con mi casa, la de mis padres. La casa de mis padres en mis sueños siempre es la misma, las mismas habitaciones, la misma decoración, el mismo barrio...pero no se corresponde con la realidad. Me suele pasar con muchos más lugares. 

Los sueños son muy reales. Pero no solo cuando los estás soñando dormida, que por supuesto los experimentas como vida real, sino cuando te despiertas. Hay veces, hay sueños, que te dejan un poso, un recuerdo, una sensación de experiencia vivida. Ese poso dura solo unas horas, incluso puede apreciarse todo el día siguiente, pero por la noche, al dormirte, suele desaparecer. 
A mi me suele pasar esto cuando sueño que estoy enamorada de alguien o que lío con alguien. No os riáis. Pero alguna vez he soñado por ejemplo, con Miguel Ángel Silvestre (no tengo ninguna obsesión con él, pero se coló en mis sueños) y era un sueño romántico, muy romántico. El caso es que al levantarme me pasa que me siento como si fuera real e incluso tengo un recuerdo tan dulce, que esa persona está rondando mi cabeza todo el día,  y si bien antes no me había fijado especialmente en ella, tras el sueño me parece super-atractiva, incluso me siento atraída como si de verdad me hubiese enamorado durante el sueño. Que me pase con Miguel Ángel Silvestre, es agradable. Pero me ha pasado con personas, casi siempre famosas, que me da hasta vergüenza decir que a la mañana siguiente me sentía atraída por ellas. Y cuando te pasa con alguien que conoces es peor...no se...un amigo, un profesor, alguien cercano, porque si luego durante el día  lo ves, no puedes evitar mirarlo de otro modo e incluso sentir algo raro, raro...

Un sueño  pesadilla es el de que tengo un examen y no he estudiado nada de nada. De repente me doy cuenta de que es el final de curso y de que no he ido a ninguna clase de inglés, o de matemáticas o de yo que sé. Me pongo nerviosa porque pienso que tarde o temprano va a ser el examen de esas asignaturas y yo no he ido en todo el curso a clase ¡voy a suspender! Es muy angustioso. Se me pasa cuando me medio despierto y recuerdo que yo ya tengo aprobada la carrera, aunque hay veces que tengo que preguntármelo varias veces y tardo unos segundos en distinguir el sueño, o pesadilla, de la realidad. 

También es horrible cuando sueño que fumo. Yo soy exfumadora y ocasionalmente, en mis sueños, vuelvo a fumar. Pero totalmente consciente, en el sueño, de que yo ya no fumo. Lo que provoca un cargo de conciencia onírico de la leche. A la vez que estás dormida soñando con tus cosas, no paras de pensar que has vuelto a fumar, que no te lo puedes permitir, que te vas a  volver a enganchar. Yo además tengo como un continuum con mis pesadillas fumadoras. Cuando sueño que fumo tengo el recuerdo de otros sueños y entonces es como si yo supiera que he vuelto a fumar de vez en cuando y que tengo que intentar dejarlo y no engancharme más, porque tengo la sensación de que no solo he fumado ese día en ese sueño, sino que recuerdo, dentro del sueño, otros sueños en los que fumaba. 

Algunos días me despierto y me acuerdo de un sueño perfectamente. Es además un sueño de esos super surrealistas y divertido y cuando lo voy a contar, ¡pluff!, ya no recuerdo casi nada. El recuerdo se ha desvanecido casi por completo. O también tengo la sensación de que lo que he soñado, que me parecía superlargo, al contarlo se queda en nada. Los sueños se derriten como el hielo. Es algo así. 

Tengo una serie de sueños que se repiten, uno en concreto es que veo un avión que se estrella. Generalmente es un avión grande, de pasajeros. Yo estoy mirando al cielo y veo un avión muy de cerca. Como los aviones me fascinan ( en la vida real) me encanta ver el avión hasta que me doy cuenta de que pasa algo raro. Cada vez lo veo más cerca y más y más, hasta que se estrella delante de mis narices. Casi nunca se trata de un sueño traumático, al contrario es algo que me deja alucinada, embobada. Pero no lo percibo como un accidente, sino como un espectáculo. 

Soñar algo horrible, alguna vez he soñado que me secuestran, o que yo había matado a alguien y tenía el cadáver en casa y no se qué hacer con él, te deja muy mal cuerpo al despertar. El sueño en sí se termina desvaneciendo, pero esa sensación de terror tarda más en irse.

Sensaciones que suelo tener en sueños:  la de no poder correr por más que lo intenté, o incluso andar, creo que esto lo he soñado hoy, intento andar pero no soy capaz de mover mis piernas, pesan como losas de hormigón y no puedo con ellas. A veces no veo, quiero andar, pero no puedo ver, y no se que me pasa. Otras veces vuelo. Pero esto es algo muy raro. Porque yo estoy bien, y de pronto empiezo a elevarme, a subir, subir, tengo mucho miedo por caerme, se me revuelve el estómago porque voy ascendiendo superdeprisa y luego ya me estabilizo y caigo. No me hago nada. Pero lo paso mal, no me gusta soñar esto. 
Cuando sueño que conduzco siempre me pasa igual, no soy capaz ni de frenar, ni de dar los intermitentes, ni de conducir recta. Me voy para los lados. Es horrible. 
También puedo soñar que me hablan en otro idioma, o yo hablo en otro idioma. Si hablo yo no pasa nada, porque me inventó una nueva lengua. Si es alguien que me habla pues no puedo responder, aquí me suelo despertar, porque no se lo que me están diciendo. 
Yo no se la de veces que he ido a New York en sueños, y ¡oye! siempre, en todas las ocasiones oníricas, me olvido la cámara de fotos y eso es un verdadero drama en mi sueño. 


A veces hay sueños tan geniales, tan guays, que da rabia despertarse. Son sueños en los que te están pasando cosas alucinantes, muy buenas y que cuando te despiertas y ves que era todo ilusión te llevas un chasco. Y a veces hay sueños horribles que hacen que despertarse sea lo más maravilloso que te puede ocurrir. 


En general, soñar me gusta. Me lo paso bien y recordándolo más. Los sueños son tan esperpénticos y surrealistas que te hacen reír. Y oye, se agradecen esos buenos ratos en los que una es protagonista de una comedia. Lo que no hago, ni creo en ello, igual que no creo en nada esotérico, es interpretar los sueños. Hay algunos que claramente son reflejo de cosas que vivimos, solo que aderezadas con el toque surrealista de lo soñado. Otros sueños no tienen ni pies, ni cabeza, ni explicación ninguna. No creo que sean premonitorios. En todo caso, simple reflejo de ansiedades, alegrías, temores o cosas que nos rondan la cabeza. 

Si yo hubiera sabido esto antes: POR QUÉ NO ME LLAMA


Yo no se el resto del mundo, pero yo si volviera atrás en el tiempo, sabiendo lo que se ahora, hay muchas cosas que no haría igual.
Si tuviera una segunda oportunidad, aprendería de los errores o de la tontería supina que me ha invadido y haría las cosas de otra manera.

Yo, ya no puedo dar marcha atrás. ¡¡Ohhh!!! pero si puedo compartir mis conocimientos de vida. Creo que a los 40 es una edad ideal para hacerlo, es verdad que todavía tengo mucho que aprender, pero yo me conozco y noto que ya no soy la misma de hace unos años. No muchos, apenas 5. A los 35 años todavía no era como soy hoy. Mis prioridades eran otras, mi forma de ver la vida era diferente, mi manera de tomarme lo que me pasaba tampoco se parecía a cómo lo hago actualmente. Así que, como si de un DIY de la vida se tratara voy a empezar una sección que se llamara

SI YO HUBIERA SABIDO ESTO ANTES
DIY
en la que contar cómo afrontar algunas situaciones en las que todos nos hemos visto alguna vez.

Y empezamos con un tema muy divertente, como dicen los italianos:

ESPERAR UNA LLAMADA DE TELEFÓNO QUE NO LLEGA.

(En el caso de las nuevas tecnologías, en este apartado solo he llegado a experimentar hasta el Messenger. El guasap ya no lo he trabajado, por suerte, porque creo que provoca ataques severos  de ansiedad)

La cuestión es la siguiente y abreviando que no estamos para entretener al personal: Un tío, o una tía, alguien que te guste, te mole, te atraiga, te tenga loc@ perdid@, te apetezca conocer más... te dice eso de  "Ya te llamaré". O te da su teléfono, o te deja su dirección de Messenger.
¡Pero luego no llama!
(¿a qué te ha pasado? Claro que no eres un bicho raro, eso nos pasa al 99,9% de las personas)

Vale un día de espera...dos, tres, cuatro, entran dentro de lo normal y del hacerse de rogar o de no atreverse a dar el primer paso, pero si pasa una semana sin llamar mi consejo es:
A OTRA COSA MARIPOSA.


No te preguntes por qué no te llama. Porque no, no está en coma, ni ha perdido el conocimiento y la memoria, ni siquiera es una persona con muchas obligaciones laborales, personales, no tiene una abuelita a la que cuidar, no se encarga de hacer felices a todos los viejecillos que encuentra en su camino y llega exhausto a casa, no es neurocirujano y de él depende la vida de 10.000 personas diarias. No lo han abducido, ni ha sido secuestrado.
 Cuando alguien no llama, es simplemente por una razón: PORQUE NO LE DA LA GANA. PORQUE NO LE GUSTAS LO SUFICIENTE. PORQUE NO QUIERE. PORQUE PASA. PORQUE EL RESTO DE COSAS QUE TIENE QUE HACER EN SU VIDA, incluido sentarse en un sofá a ver un documental sobre la hibernación del oso polar y sacarse mocos, LE PARECEN MUCHO MÁS INTERESANTES QUE LLAMARTE A TÍ.

Hay una cosa que sí debes/puedes hacer, y es llamar tú. Sin cortarte un pelo. Si alguien te gusta y no te llama, no esperes, es una perdida de tiempo. Coge y llama tú. Eso sí, en el primer instante se nota un güevo, pero un güevo, lo que siente la otra persona.
Tanto la desgana y el ¡horror me está llamando esta pesada! como la ilusión y el ¡guau, me ha llamado! se pueden apreciar a años luz y a través de medios de comunicación sofisticados como Skype o básicos como tan-tan de tambor suajili.  Así que una vez que sepas de qué pie cojea "tu objeto de deseo", toma la decisión.

Lo normal es que si él quedo en llamar y no lo ha hecho dentro del tiempo razonable pase de ti. O al menos pasé de ti en ese momento. Pero es que no estamos aquí, en el mundo, para esperar a que un  día, no se sabe cuándo, alguien se levante y tenga la revelación de su vida: "vaya, creo que efectivamente me gusta este chica".
 Así que si la desgana asoma por ese persona, pasa. Huye, huye. Sacátela de la cabeza o acabarás buscándola a todas horas (dejando de lado tus intereses, energía y ¡dignidad!)
Yo, te aseguro que habrá días, sobre todo noches, en las que él te buscará y tu te creerás la mujer más importante del universo y más feliz porque él ha venido a ti, con sus zalamerías y toda la artillería cargada. Pero que sepas que lo único que busca es liarse con alguien. Y tú eres presa fácil. Vas a a decirle que sí y a él le vale cualquiera en ese momento.
Y si no me crees, espérate al día siguiente y comprobarás por ti misma como tu teléfono vuelve a quedarse mudo.

Lo mismo para el teléfono (móvil o fijo) sirve para el Messenger, Facebook y chateos varios, incluido el guasap. En estos medios es más fácil ponerse en contacto, no da tanto corte como una llamada. Pero sí a un saludo tuyo, NO TE SALUDA COMO LO HARÍAS TÚ en caso de haber sido él quién tomase la iniciativa, ¡pasa! No te va a compensar. Vas a ser una alma en pena. Vas a estar a su disposición. Vas a pasarlo mal y la la otra persona te va a dejar tirada a la mínima. No le interesas nada de nada.

Todo esto se llama dignidad, pura y dura. Se que cuando alguien nos entra por el ojo es difícil ser objetivos y fríos, pero qué queréis que os diga, eso de que es MEJOR SUFRIR POR AMOR, QUE NO HABER ESTADO ENAMORADO NUNCA, está sobrevalorado (y lo dijo el mismo pringado que dijo aquello de que pisar una mierda trae suerte...o lo de El hombre y el oso cuanto más vello más hermoso....o lo de Amores reñidos son los más queridos).
Hacedme caso a mí. Hay mucho peces en el mar para quedarnos contemplando a 4 soplagaitas.





Perriteorías: Las Expectativas

Las expectativas son esas señoras, con cara de muy colegas, de tías geniales, de enrolladas, de "yo por tí lo doy todo", de amigas de verdad, pero que a la hora de la verdad no tienen ningún problema en darse la vuelta y ni saludarte, en marcharse sin decir ni ¡adiós! Les da igual lo que pienses de ellas,porque si se les antoja te dejan en la cuneta a la mínima que te descuides. Y es que las expectativas, al revés que la realidad que siempre supera la ficción, nunca son superadas.

Pongamos un caso muy de moda últimamente: la expectativa de encontrar trabajo. 
Tú envías tu candidatura a algún puesto con la expectativa de que por lo menos te llamen para la entrevista. Es la expectativa mínima que una tiene, bien pues en mis últimos 4 años en el 100% de los casos mi expectativa no ha sido superada. La de la entrevista. La de encontrar trabajo, esa de momento, en mi caso, no la tengo creada. 

Odio crearme buenas expectativas porque el jarro de agua fría es tremendo.  Te quedas con una cara de gilipollas que ni lavándote con lejía se te quita. Además es que las expectativas no te dan tregua, a un poco, mínimo-minimus, que tengas de positividad y de confianza en tus posibilidades, antes de que tú te des cuenta, la expectativa ya te ha invadido. Y tú piensas que no quieres hacerte ilusiones y dices que no, que ya sabes que es imposible, que no te va a pasar, que no te van a llamar, pero en el fondo la expectativa está tocándote la moral, susurrando "¿anda y por qué no?, que sí, que seguro que sí" Y una parte de tí, tu parte guay, porque al menos es la que mantiene tu moral contenta , se lo cree.
A medida que pasan los días, la expectativa decae. La olvidas y al final te das cuenta de que una vez más te has precipitado. 
A veces, sobre todo los 4 primeros años, intentas analizar por qué será. En ocasiones te sientes un poco mierdecilla y un mucho una pringada. Pasados los 4 primeros años de fracasos, al final ni lo piensas y como mucho recurres al socorrido pensamiento de Eso estaba dado por enchufe.

Pero las expectativas no sólo las encontramos en temas serios como el laboral o el sentimental: chica conoce chico (o lo que sea que os mole), chico y chica se gustan, se gustan mucho, se lo pasan pipa, chico pide teléfono de chica, chica espera feliz su llamada, chica pasa una semana pidiendo a troche y moche que le llamen, que le manden guasap para comprobar que su móvil funciona, chica piensa que chico ha tenido un grave accidente, que ha perdido la memoria, que le han robado la cartera, que...¡es un idiota!, chico no llama jamás, desaparece, se esfuma, se diluye, se volatiliza...Chica choff*. Expectativas incumplidas. 

Las expectativas también están en temas mucho más mundanos e insignificantes. Por ejemplo a quién no le ha pasado, ante una pelicula BUENA QUE TE MUERES, la mejor película de la historia del cine después de Ben-Hur, la película que te dejará pasmado en el sillón del cine, la película que tiene un final totalmente inesperado, la peli del millón, la super peli, la peli tienesqueverla-tienesqueverla-queesbuenísima. 
¡Eh!, a quién no le ha pasado que ha generado unas expectativas tan grandes ante esa peli que cuando la ha visto se ha quedado frío, cariacontecido, niFUniFA...vamos que la peli le ha parecido una cosa normal, incluso tirando a mala. La expectativa no ha superado a la realidad. 

Lo mismo puede pasar con un libro o un restaurante que te recomiendan, o con hacer footing. Hay cosas que nos las pintan tan geniales que la expectativa se crece y nos hace pensar que vamos a vivir una experiencia de la leche, pero a la hora de la verdad rara es la vez que ocurre.

Pero la expectativa es tan puñetera, tan caprichosa que al revés también supera la realidad. Me estoy refiriendo a que cuando tu expectativa es que algo sea negativo, malo, regulero...Es baja ¡va la expectativa y te sorprende! 
Ayer hice un bizcocho de manzana, mi expectativa era que saliera mal, como me salen siempre, quemados por fuera y crudos por dentro. ¿Qué pasó? ¡Que me ha salido riquísimo! Genial, como a mi me gustan los bizcochos, jugoso, especial. Mi expectativa no ha sido superada, porque mi expectativa era que me saliera mal y me ha salido bien. ¿Veis como la expectativa no supera nunca la realidad? 
Pero si yo os invitase a comer mi bizcocho, vuestras expectativas ante ello serían las de probar un dulce delicioso y es más que posible que cuando lo comieseís pensárais que no es para tanto, porque yo os he pintado una expectativa muy alta. Por lo tanto vuestra expectativa tampoco sería superada. 

Al igual que el caso anterior con el cine, si vamos a ver una peli con la expectativa baja, con la idea de que no va a ser nada del otro mundo, es muy probable que salgamos pensando que la peli está mucho mejor de lo que esperábamos. Incluso terminemos recomendándola. Lo mismo con un libro, con un espectáculo teatral, con la belleza de alguien, con la ropa, con una ciudad...¡con mil cosas que se os ocurran!

La expectativa por lo tanto es inversamente proporcional al positivismo de una persona. De tal manera que si eres una persona optimista tus expectativas siempre serán  a la alza: me darán el trabajo, me llamará ese chico, ma saldrá genial el bizcocho,  me encantara la peli...Y al final es muy posible que acabes con cara de boba porque te has hecho demasiadas ilusiones. 
Al contrario si eres alguien negativo, tus expectativas serán bajas y quizá te lleves una agradable sorpresa.

 En el primer caso, si eres de talente positivo, te dará igual que tus expectativas no hayan sido superadas, porque tu propio optimismo te ayudara a ver el vaso medio lleno. En el segundo, si tiras hacia la negatividad sideral, también te dará igual que todo vaya mejor de lo que esperas porque no sabrás apreciarlo la mayor parte de las veces y pensaras que tarde o temprano algo malo ocurrirá. 

Así que expectativas aparte yo elijo ser de las que se ilusionan con las cosas, aunque luego me caíga un jarro de agua fría por lo menos habré disfrutado durante el camino.




 *¿Hay alguien ahí leyendo que haya estado en el otro lado? Es decir ¿alguien que haya sido encantador y tras haber pedido el móvil  luego no haya llamado? Rogaría que en los comentarios explicase a qué se debe esa conducta. Prometo no tomar represalias.


Un plan parfait

He pasado un finde complicado. Repleto de emociones fuertes, se suponía que iban a ser agradables, pero mi carácter, mis nervios, mi paciencia (o la falta de ésta) y la forma de ser, a veces destructiva de mi padre, han chocado hasta estallar.

Hoy he dormido fatal. Me he despertado sangrando por la nariz y ya he sido incapaz de volver a conciliar el sueño. No sangro nunca y me he quedado un poco desconcertada. 
Las noches del domingo al lunes no me gustan nada. Son infinitas, muy dadas a los malos rollos mentales, pienso mucho y en cosas negativas casi siempre. Para intentar relajarme me dormí poniéndome en el móvil un capítulo de Cuentamé, que no se por qué razón me calma mucho más que una tila.

Me he levantado con la intención de disfrutar del lunes. De disfrutar de mi "suerte" de no trabajar los lunes. Me he levantado de la cama con el propósito de desayunar, ventilar mi  casa y sentarme en el sofá a ver una buena peli.

Llevo más de una hora buscando esa peli y en el camino he pasado un rato relajado y terapéutico leyendo el blog de Cristina. He ido allí en busca de alguna recomendación cinéfila (siempre que leo las pelis que ha visto digo ¡humm, creo que me apetece ver esta película!) y me he quedado un buen rato navegando y disfrutando de sus entradas.

Y ahora voy a ver una peli hamburguesa, Llevamé a la luna, cuyo título original es mucho más sugerente y acorde a lo que ando buscando esta mañana de lunes:  Un plan Parfait. 
No tengo ganas de pensar más.

Como decía Escarlata O'Hara:  
" Ahora no puedo pensar en ello, me volvería loca si lo hiciera, ya lo pensaré mañana"