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Somos sordos, ciegos y mudos (o simplemente imbéciles)

Esta semana he visto esta noticia: 

Unos ladrones excavan un túnel de unos 150 metros de largo por uno de alto, desde una casa vacía hasta la sucursal del banco para entrar a robar.

Cuando uno ve este tipo de noticias se pregunta si usarían algún tipo de herramienta del espacio sideral, insonorizada o algo. Porque excavar un tunel de 150 metros no es baladí. Acabamos de estar de obras en casa de mi hermano, solo hemos tirado un tabique y el ruido era estresante. La verdad. 

Pero lo cierto es que aquí los ladrones hicieron su túnel y fueron detenidos una vez dentro del banco. Los vecinos no oyeron nada? Flipo. 

Y flipo porque ya está bien de estar calladitos, señores. Porque la educación cívica exsite, no es un ente, ni una maldición a la que haya que desterrar. Mirad, cuando volví de vacaciones, en septiembre, de repente a eso de las 12 de la noche, ¡las 12 de la noche! empecé a oír acostada en la cama golpes de obra. Primero pensé que estaría delirando, que sería un coche con la musica a todo volumen, así que puse el mute a la televisión y escuché mas atentamente. Efectivamente, eran golpes de obra. Y golpes cojonudos. ¿Pero quién coño, o sea, qué clase de gilipollas integral persona, está haciendo obras a las 12 de la noche? Supongo que sabréis que existe una normativa legal, ordenanzas municipales que regulan la realización de las obras, entre otras cosas regulan el tema de los horarios. Uno no se puede poner a hacer obras, ruidos, cuando le salga de los mismísimos. Bueno, pues estresada, porque el ruido no paraba subí a la terraza para ver si lograba identificar de dónde provenía el sonido. Pero no lo sabía. Mi idea, por supuesto, era llamar a la policía.  Como no logré identificar de donde cojones venían los ruidos, no llamé. Sobre la 1 o 1:15 pararon los golpes. ¡¡Jo, me quejo por nada!!

Así varios días más. Y yo alucinando, porque si lo oía yo, y no era mi vecino de enfrente ni el de al lado el que daba golpes, ¿cómo era posible que las casas colindantes con la casa de las obras, fuese la que fuese, no lo estuvieran sufriendo? (atención que no digo oyendo, digo SUFRIENDO). Os aseguro que los golpes eran de órdago. - ¿Pero es que nadie va a decir nada? me preguntaba. - ¿La gente es que no madruga? - ¿A la gente no le molesta nada? Me estaba poniendo mala. Hasta que llegó un día, estaba ya con las ventanas cerradas y empezó la serenata. Y no pude más y llamé a la policía. Y les conté que había alguien haciendo obras. Que no podía precisar dónde, pero que desde mi calle y número se escuchaba perfectamente y que quizá ellos desde la calle dieran con la casa en cuestión. Me dijeron que no tenían ninguna notificación al respecto y que se pasaría una patrulla cuando acabara un control que estaban haciendo, la verdad es que estuve mirando un rato y no vi a ninguna patrulla. ¿Quizá por eso la gente no les llama? Porque no hacen caso.....Ahí lo dejo.
Como los golpes no cesaban Elmurciano y yo al final descubrimos de dónde provenían así que volví a llamar a la policía minutos después para darles más datos (  para tocar un poco los cojones y si no tenían notificación, desde esa noche ya tendrían dos).
Los ruidos no eran constantes, es decir, daban unos cuantos golpes, golpazos, super-golpes y paraban, de manera que, les dije a los polis, - cuando paséis quedaos un rato escuchando en la calle porque puede que justo en ese momento no los estén dando.
Y así fue. Cual cotilla en el balcón vi como una patrulla de la policía pasaba por mi calle, se detenía una milésima de segundo en la casa que les habíamos dicho, pero como en ese momento no había golpes, continuaron la marcha. 

Al día siguiente y hartos de que haya gente que se mete la educación por todo su culo por donde les quepa hablamos con el concejal de seguridad cuidadana, que es amigo íntimo y se lo comentamos. A esas alturas ya estábamos seguros de qué casa procedían los golpes y como esto es un pueblo y casi todos se conocen Elmurciano me dijo de quién era la casa. Alguien que tiene un negocio en plena Calle Mayor, justo al otro lado de la susodicha casa, así que mi intención era la de ir, yo, directamente, a poner la cara colorada al maleducado de turno. Pero, por suerte para mí, al final fue el concejal o la policía quién le dio el aviso.  No han vuelto a hacer obras. Ni de día, ni de noche :-(

La casa de las obras, a la que yo conozco en obras desde que llevo viniendo aquí, (es una casa sin acabar, no son obras de arreglo, son obras de construcción) no tiene aún puerta de acceso normal, desde la calle, sólo un portón de cochera. Un sábado Elmurciano y yo volvíamos a casa, era tarde, más de la 1 de la mañana y pasamos delante de la casa y dando unos pequeños golpes, como llamando, en la puerta de cochera dijimos: - está es la casa de los golpes...dimos unos puñetacillos, cuando de repente una voz desde dentro dice: - ¿pasa algo? nuestra cara...¡¡ay la leche, que hay gente!! y yo ni corta ni perezosa contesté: - Hoy no pasa, pero otros días sí. 

Pero a lo que voy, por qué somos capaces de soportar estas muestras de incivismo. Estoy convencida de que los vecinos de esa casa han oido lo mismo y mucho más que yo, ¿por qué no han dicho nada? Tanto la policía, como el concejal, no tenían ni idea de que eso estuviera ocurriendo, nadie había dicho nada y cuando yo avisé habían pasado ya semanas desde que lo escuché por primera vez. ¿Y si esos golpes fueran de algo más que de una obra? No se, a mi sinceramente me da igual a estas aturas que alguien robe un banco, pero ese robo puede poner el peligro la vida de otras personas y eso no me da igual. Pero podría ser peor, ¿no? si no nos alarmamos por esos golpes tampoco lo haremos por otros. Y si fuera alguien qué está secuestrado y en un momento dado da unos golpes tremendos para que le escuchen (porque los golpes os aseguro y juro por mi honor que eran terribles) y si fuera alguien en peligro que da golpes para llamar la atención...No se, no es normal dar golpes a partir de las 12 de la noche, ¿no? No es ya que sea "ilegal" o que esté prohibido, es que no es normal.
 Yo creo que debemos hacerlo, dar parte de estas circunstancias, porque no es meternos en la vida de nadie si informamos de conductas que no son normales. Y mucho menos si nos afectan a nosotros. 

Es curioso, como siempre ante noticias de este calado, incluso otras mucho peores, los vecinos siempre dicen: no sospechamos nada, eran normales, aunque a veces a alguno se le escapa algo: oíamos ruidos raros, discutían mucho, no estaban bien...
Pero los demás solemos hacernos los sordos y los ciegos.

En fin. 

Para acabar, este verano, en la playa, presencié una escena que todavía me aturde. Era una noche de fiesta. La del 15 de agosto y en un chiringuito de playa había un hombre muy borracho, bailando con toda la que podía, haciendo el patético, básicamente. Cuando mi primo me alerta de la presencia de una mujer y una niña; esto serían sobre las 2 de la mañana.
La niña de unos 7 años como mucho, lloraba pidiendo a su madre irse a casa. La madre  la miraba con cara de pedo...de no saber qué hacer, de pasmada. Parecía borracha, ida...La niña entonces se levantaba y se iba donde estaba bailando su padre y le tiraba de la camisa, le decía, llorando, que dejara de bailar y que se sentara con ella y su madre. La madre no hacía nada, miraba a su hija y a su marido, atontada.
El padre, después de dar la nota y bailar con alguna que otra que le reía las gracias (cosa que era inexplicable puesto que el señor en cuestión era un hombre en absoluto agraciado, una especie de Berlusconni apaletado) se sentaba y se pedía otra copa y se la ponían y la niña se desesperaba al ver que el padre en vez de querer irse se tomaba otra. Y lloraba y suplicaba: - no bebas más, mamá dile algo, papá vámonos a casa. 
El padre le hacia carantoñas a su hija, para que le dejara en paz,  borracho como estaba, y se levantaba a seguir bailando. Y vuelta a empezar. 
Os aseguro que es una de las cosas mas duras que he visto en mi vida. Y que me resultó muy complicado mantenerme al margen de esta situación. A mí y a todos los que estaban conmigo nos quedó la duda de si debíamos habernos metido en medio. Pero ¿cómo?, ¿qué hacer en un caso así, llamas a la policía? Quizá deberíamos haber advertido a los camareros que no le sirvieran más copas ya que de ellos no salía.  Cuando nos fuimos, les dejamos allí y mi primo se acercó a la madre y le dijo que hiciera caso a la niña, que era hora de irse a casa.  Eso fue lo único que hicimos. Y nos marchamos porque éramos incapaces de seguir viendo aquello. 
En el chiringuito había más gente, incluso gente que reía las gracias del señor cuando bailaba tan borracho, gente que estaba allí pasándolo bien y pasando de todo. Gente que daba cierta repugnancia, que ante esa criatura, ya no digo que te metas en medio, pero que le sigas el juego al padre, me parece lo peor. Camareros incluidos. 

Alguien me dijo que esa escena era normal en esa familia, que ya les había visto otra noche en un pub del pueblo de la misma guisa. Padre borracho, madre ausente y niña llorando e implorando irse a casa. No eran una familia desestructurada, él por lo visto tiene una buena profesión en Murcia, un bufete,  pero ahí hay una niña que va a pagar muy caro tarde o temprano. 

¿Que se hace en un caso así?