Poner excusas

No me gusta nada poner excusas. Me da siempre la sensación de que no cuelan. De que suenan a eso, a excusas. Lo odio. 

Estoy de vacaciones y hace dos años que conocí a dos personas encantadoras: mi maquilladora el día de mi boda y su marido. Nos caímos muy bien y decidimos mantener el contacto, pero por cosas de la vida pues llevamos ya dos años sin vernos. Tuvimos el sábado pasado la oportunidad de verle a él un minutillo, es fotógrafo y estaba en Perripueblo trabajando. Nada, lo justo para vernos las caras de nuevo tras dos años. El caso es que tras esto yo  les dije que andábamos por aquí una semana y que si se terciaba nos veríamos. Viven a una hora y media de mi pueblo, están a tope de curro por el día y sólo podían quedar miércoles noche. Lo pensé (demasiado), lo valoré (demasiado), y lo cierto es que me merecía la pena ir porque me apetece verlos, pero en vez de decir sí, sin pensarlo muhco más, sin darle más vueltas al tema que puedo ir/ quiero ir/ voy a ir me lo requetepensé* y ahora ando poniendo excusas porque no puedo ir. Y la razón de no poder ir ni siquiera la he buscado yo. Es una excusa absurda, incluso suena a excusa, pero es verdad. Y encima a causa de ella mi chico y yo andamos cabreados, muy cabreados. Así que mirad si el verano se tuerce. 

Sin comerlo ni beberlo han metido a mi marido para ayudar en el montaje de un evento que se celebra aquí el finde. Con la mala suerte de que este año les ha dado por poner en los programas de la fiesta agradecimientos a la ayuda de colaboradores y ahí va escrito el nombre y apellidos de mi chico. La ayuda es justamente el miércoles por la tarde. Total que como conozco y quiero a la gente que organiza el evento, (y sé que lo han hecho con la mejor intención del mundo porque hemos ayudado otras veces), no quiero dejarlos colgados y mucho menos que nuestro nombre aparezca en unos agradecimientos y luego no acudamos. Ha sido una cuestión de tiempos solapados. De planes hechos por un lado y por otro y también de falta de horarios por parte de los amigos lejanos. Pero me ha dado la sensación de que lo han tomado a excusa. Y me da rabia que esos dos años de distancia sigan aumentando sobre todo, porque no nos conocemos mucho y la distancia hace que esa relación  se debilite. Me gustaría que no fuera así. 

Poner excusas me genera ansiedad. Ayer me pasé la tarde inquieta por ello. Malhumorada casi, porque sabía que me tocaba decir que no a algo que casi yo misma había planificado. Y hoy aquí seguimos, ya con el plan cancelado y mi malhumor en aumento. 

Esta vez la excusa es verdadera, aunque suena a excusa. 
Todos hemos puesto, o nos han puesto excusas alguna vez. Yo tuve un novio, mi EX, que me llegó a poner como excusa de no poder quedar conmigo que tenía que ir a pensar a casa. Así en plan filósofo lo imaginaba yo. Pensando en el más allá, tirado en la cama, agarrándose la cabeza y tirándose de los pelos, obligando a su cerebro a pensar y pensar en !qué se yo qué maravillas¡ Excusas. 

También he escuchado la excusa de no poder hacer planes porque había que hacer una empanada. Los planes eran para ir a una casa rural en un puente, la empanada era para la misma tarde en que se preguntó ¿vendrías a la casa rural dentro de un mes? respuesta: No lo sé, tengo que hacer una empanada para el cumpleaños de mi cuñado.  
Suena a empanada, sí, pero mental. Igual, ahora que lo pienso, el fallo está en la coma. Si hubiera sido un punto y aparte sería diferente: 
P:  ¿Vendrías a la casa rural dentro de un mes?
R:  No lo sé.
     Tengo que hacer una empanada para el cumpleaños de mi cuñado. 

Yo misma he puesto mil excusas, no me libro. Hoy mismo tras la verdadera he puesto una falsa. La persona de la empanada me ha preguntado si esta tarde quiero tomar café con ella y otra ex-amiga/amiga (ambas tienen esa condición, dejaron de salir con mi grupo de amigas de toda la vida, por razones ocultas o rarezas, pero me llevo bien con ellas, con la de la empanada mejor que con la otra, aún así no me apetece mucho el plan de café con ambas) y he dicho que no sé si podré porque me quiero ir a la capital de compras....Me veo sin salir de mi casa esta tarde para mantener la excusa. 

¿Por qué ponemos excusas? Generalmente yo lo hago cuando algo no me apetece. En qué momento de nuestra vida nos amputaron la capacidad de decir simplemente: no me apetece, gracias. O mejor dicho, la capacidad de no juzgar a nadie como una mala víbora si somos nosotros los que proponemos un plan y nos dicen que no quieren hacerlo, que no quieren quedar porque no les apetece. Supongo que es una cuestión de educación, de no querer molestar a las personas que nos ofrecen algo. 
Aunque hay veces que las excusas son muy necesarias: invitaciones inoportunas a bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños; acompañar a alguien a ir de compras (en esto yo ya he aprendido a decir que No, lo siento, pero no me gusta {odio} ir de compras acompañada); apuntarse con alguien a un curso (vale para gimnasio, club, equipo...); ir de vacaciones con otras personas (SOS, SOS, SOS, WARNING, PELIGRO ¡si ya sólo con mi pareja tengo desavenencias viajeras-vacacionales!); quedarse al cuidado de algún animal de compañía; tener una cita con alguien que no te gusta nada, planes de domingo por la tarde ¡¡uff, que el domingo es para tirarse en el sofá y acabar dolorido!!....

*Poner excusas suele ir asociado a tomar una decisión, ambas cosas me fastidian. Cada día me cuesta más decidir, no sé si será cuestión de edad o hay soterrada cierta insatisfacción personal con todo lo que me rodea. Algo no está funcionando bien en mis circuitos. Me noto un poco neurótica.  
Estoy segura de que escribir me vendrá bien. 


¿Qué excusas habéis puesto u os han puesto? Confesad. 



6 comentarios:

  1. Yo me he convertido en máster of excusas en los últimos años. Para no salir, sobre todo. Porque las opos, sí, que no es una excusa, que es verdad. Pero también me he tapado con esa manta porque no me apetecía ver a gente, o estar con gente, o cosas.

    Hace tiempo me propuse no poner excusas, ser firme y ya. Pero me cuesta. O me costaba. En las últimas semanas me estoy volviendo sorprendentemente firme. Qué cosas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando vivía en Madrid solía buscar todo tipo de excusas a la hora de salir de fiesta con los amigos del trabajo, no sé por qué pero nunca me apetecía demasiado. Ahora me arrepiento un poco de no haber hecho más cosas, aunque fueran irme por ahí y no quedarme en casa. Pero, la verdad es que sigo siendo un poco así, en Murcia no tengo vida social personal en absoluto y encima he dado con personas, me llevo bien con gente, que pone tantas o más excusas que yo. Así que...Pero a pesar de todo, ponerlas no me gusta. Es como dice Belén debajo, justificarme, dar explicaciones cada día me aburre más.
      Besos.

      Eliminar
  2. Yo cada vez pongo menos. Siempre me he justificado muchísimo, siempre dando explicaciones. Pero cuando en tu vida hay momentos malos, solo hay cuatro que te apoyan. ¿Para qué tanto cuidado de no ofender, de quedar bien? Yo acabo pensando que el que me quiere y me acepta no necesita explicaciones. Y yo, tampoco las pido. Igual la chica de la empanada, estaba en ese momento estresada y no tenía ganas de decidir o quizás no quería ir y dijo lo primero que se le ocurrió. Vete a saber. Si te sientes mal, es que has hecho algo que no va con tu esencia. Pero ya te has dado cuenta...Me sirve mucho leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu última reflexión.
      Pues sí, al final uno siente que se está justificando demás. Y seguramente mi amiga de la empanada no tenía ninguna gana de venir y dijo lo primero que se le ocurrió, al fin y al cabo una excusa como otra cualquiera. Pero si es verdad que a veces nos surgen cosas que no podemos dejar de hacer y nos impiden hacer otras y ahí las excusas nos cuesta un poco ponerlas, porque parece que nos estamos justificando. También es cuestión de buena educación, sin más.
      Un abrazo y gracias.

      Eliminar
  3. Yo no pongo excusas ya hace un tiempo, y creo que eso me convierte en una persona poco cómoda para quienes prefieren cualquier respuesta a un no. La asertividad cuesta, pero nos hace más libres y felices.
    Y oensando en lo que cuentas, ¿porqué no vas tu sola a ver a esos amigos? o ¿porqué no se acercan ellos a veros a visotros?
    Saludos y descansa, que estás de vacaciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sola imposible... Por ahora. Tema conducir y tampoco tiene mucho sentido. Y ellos no vienen porque no tienen tiempo. Que sí, sí lo sé. Si yo he puesto Excusa para un día y ellos solo podían ese día... En fin. Cosas de la vida.

      Eliminar

Ahora me encantaría saber qué piensas tú