Independizarse no significa tener la vida resulta. (Parte II)

No recuerdo con exactitud a qué edad logré independizarme del todo, es decir vivir sola. Un piso entero para mí. Para vivirlo y para pagarlo sola. Creo que tendría 31 o 32 años. Seguramente 32. Después del piso nefasto me fui a vivir con una de las compañeras a un piso, las dos solas. Tuve mucha suerte y encontré, por pura casualidad un piso que me permitía ir andando al trabajo.

 El piso era pequeño, pequeño. Pero tenía 2 habitaciones. Un 4º (último piso) sin ascensor, sin calefacción, en el barrio de San Blas de Madrid, pero San Blas, puro, nada de Las Rosas ni pijeríos varios que se pusieron muy de moda. Yo vivía en pleno barrio de San Blas. Para quien no sea de Madrid es uno de los distritos más humildes, por decirlo de alguna manera, de la capital. Pero yo estaba feliz. Desde luego ir andando a currar era un premio.
El precio, a pesar de la humildad del piso, era de 560 euros entre dos. Cuando me quedé sola, mi casero estaba tan contento con nosotras que prefirió rebajarme el alquiler a 450 euros a quedarse sin inquilina pagadora. Estando aquí, pagando 450 euros, yo solita, me quedé en paro. Ganaría entorno a los 900 euros. Y ahorraba las pagas extras. Estuve en paro 5 meses, no fue mucho. Tuve suerte y me volvieron a llamar del mismo lugar de trabajo, pero seguía siendo un contrato temporal. No recuerdo el tiempo. De aquí al paro otro poco y me volvieron a llamar para una baja maternal. Esa vez sí que la suerte fue mejor, porque era una suplencia de una persona que tenía una categoría superior y por lo tanto empecé a ganar más, pero no mucho más,  la baja de maternidad la enganché con un compañero que se fue a otro lugar y ya me quedé yo con su puesto. En ese tiempo de paro-trabajo hacienda me pegó un palo de no te menees. Porque yo cobré paro y enganché con un trabajo. Por lo tanto y aunque no llegaba al mínimo para tener que hacer la declaración, tuve  2 pagadores un mismo año y eso obliga a hacerla. Me tocó pagar  900 euros. Mis ahorros los invertí en esto. Sí. Así que decidí que la siguiente paga extra me la gastaba en salir a ver mundo (mis compañeros vivían en casa de sus padres, la mayoría, y eso les permitió tener unos ahorros que yo jamás he tenido. Como teníamos horarios muy raros, y a veces llegábamos a librar 7 días seguidos, solían irse de viaje cada vez que podían y yo con dientes largos...nunca pude irme) y me fui de vacaciones ¡4 días! ¡qué derroche! a Roma. Hoy en día, casi cualquiera de esos jóvenes que ahora no se pueden independizar se ha recorrido media Europa. 

Total que mientras estuve en el paro, quizá dejé de salir, de comprarme caprichos...pero el alquiler siempre estuvo puntualmente pagado. Con eso conseguí que mi casero accediera a declarar esos ingresos y yo me lo pude ir desgravando. También me congeló el precio un tiempo y cuando parecía que no había marcha atrás y que ya mi alquiler iba a superar los 600 euros al mes, me busqué otro piso (en realidad era un bajo decorado con cierto gusto, una puta ratonera) que no superaba los 600 euros, pero mi casero se lo pensó y seguí con el precio congelado en 550 un añito más. En este momento yo tenía categoría profesional de técnico de primera y ganaba 1300 al mes. Más 2 pagas extras, más dinero que me podía sacar si me tocaba trabajar en festivos (no domingos) sólo los festivos nacionales cobrábamos un plus. Y Navidad y Nochevieja extra. 

Con la reforma laboral del PSOE, siendo ministro Caldera, ya no me podían enganchar más contratos temporales ni por obra, así que conseguí que me hicieran indefinida. ¡¡¡Yujuuuuu!!! eso sería allá por 2005. El contrato indefinido traía una serie de ventajas como disponer de un seguro médico privado, que a mi me vino muy bien, la verdad. De no haber sido por aquello quizá mi vida se hubiese complicado un poco en el futuro. 
En el año 2008 me compré un portátil (todavía lo tengo en perfecto estado de uso), ya había dado el paso de engancharme a internet con un viejo PC que heredé de mi hermano. El alquiler por supuesto, es sin gastos, a esos euros había que sumar luz, agua, internet. En luz gastaba mucho en invierno sobre todo, porque el piso no tenía calefacción y los calefactores que me ponía chupaban de lo lindo. Pero yo era feliz viviendo sola.
El portátil y una cámara de fotos analógica réflex fueron mis caprichos más caros. El dentista también se ha llevado buena tajada de mi paga. 

No he vivido mal, pero eso de viajar, de tener todo lo que quería (me he quedado con ganas de hacer muchos cursos)  no lo he conseguido ni siquiera ahora. Mucha gente me decía que me comprase una casa, que te daban el dinero que quisieras y yo que lanzada no soy, no me creía nada y además pensaba que eso era imposible. No me la compré. Y gracias a ello me pude largar a seguir mi vida por otro camino, a aprender cosas nuevas, a pasar de etapa, en el año 2009. No tenía en Madrid nada que me atase, y eso que llevaba allí 18 años, desde el domingo de octubre que llegué con mis padres a la residencia de estudiantes y que no paré de llorar cuando me dejaron sola en aquel sitio en el que para mí todo era demasiado nuevo. A los 36 años, con una indemnización pactada que no pasó de 8000 euros, me fui a vivir con un hombre por primera vez en mi vida. Mi marido actualmente. No tenemos hijos, ni los vamos a tener. Yo sigo sin trabajo y en este tiempo como yo digo he hecho la carrera de Filología Hispánica, dos oposiciones para el cuerpo de profesores, un máster, que me salió gratis por ser parada y licenciada, me he casado, he visitado New York y vuelvo a ser una persona dependiente, ahora de mi marido. Pero estoy donde quiero estar y he cumplido más de un sueño. 

Así que el otro día cuando escuché lo de la dificultad de la independencia no pude por menos que sacar el lado viejuno que hay en mí y decir eso de "en mi época"...pero es que independizarse no es tener la vida resuelta, sino aprender a resolvértela. En realidad es lanzarte al vacío.

6 comentarios:

  1. Es que en los tiempos que vivimo está muy mal la cosa para independizarse. Porque trabajo no hay, y de lo que hay no da para llegar a fin de mes. Conozco familias ques se han tenido que volver dependientes de nuevo de los abuelos, porque así, entre un poco de unos y un poco de otros, pueden ir tirando. Yo soy de la generación de "jóvenes con espíritu aventurero" (ganas me dieron de mandar a pasar un invierno a Helsinki a que soltó la frasecita) que nos marchamos a intentar conseguir un trabajo digno y un futuro.

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    1. Lo de las familias es otro tema, sobre todo porque muchas se deben volver porque están endeudadas, o porque todo lo que ganan va para pagar deudas, generalmente de vivienda. Y por supuesto porque son más bocas a alimentar. Yo he pagado mi peaje, no tengo familia, ni casa...Sí, lo del espíritu aventurero fue de traca...por decir algo. Espero que te haya ido, o esté yendo bien. Tú entonces sabes bien que independizarse está más cerca de "sufrir" que "vivir de p.madre"

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    2. Sufrir, bueno, se pasa mal, pero independizarse te enseña muchas cosas. Yo voy tirandillo, aunque bueno, es mi culpa por haberme querido dedicarme a la investigación en los tiempos que corren (bueno, cuando empecé la carrera no estabamos en crisis aún). Pero no me puedo quejar mucho, al menos pude estudiar lo quise y estoy luchando por un trabajo en mi campo. Eso de casa propia o familia suena muy lejano.

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  2. Maldita sea hacienda. Y no te falta nada de razón. Muchos no se van de casa porque es mucho más cómodo disponer de pasta para gastar en placer, e ignorar lo que cuesta la luz, el agua o la importancia de la calefacción central y comunidad incluidas.

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  3. A dia de hoy, estas donde quieres estar, pero que pasaria si en un futuro ya no quisieras estar donde estas? depender de un hombre, padres.... lo mires por donde lo mires te resta libertad

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    1. Totalmente de acuerdo. Seguramente me he expresado insuficientemente, no quiero decir que vivir dependiendo de alguien sea lo mejor. Para nada. Efectivamente la vida da mil vueltas y si pasara algo me quedaría con una mano delante y otra detrás. Por eso estoy intentando buscar esa independencia que me asegure mi libertad, como bien dices. Lo que pasa que para estar donde estoy, que era algo muy deseado, sacrifiqué otra parte. Era un poco lo que intentaba decir. Pero totalmente de acuerdo con tu comentario. Nada mejor que depender de una misma. Un saludo.

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