La felicidad nunca es completa

Así somos, de estúpidos o de ingenuos. Según se mire.
La gran mayoría de las personas nos pasamos mucho tiempo pensando en alcanzar objetivos, cumplir sueños, lograr metas o conseguir cosas que no tenemos. Pensamos en nuestro fuero interno que una vez tengamos ESO nuestra vida será mejor, por arte de birlibirloque esa sombra que nos acompaña demasiados días desaparecerá. Pero la realidad es que no tiene por qué ser así.

A veces logramos lo que queremos, es normal si nos lo proponemos al final se suele conseguir. Hay personas que incluso llegan a lograr ser multimillonarias de la noche a la mañana, con la lotería claro. Lo logramos y lo disfrutamos ¿cuánto? ¿Una semana, un mes, un trimestre, un año? Una vez que lo tenemos la tendencia natural es olvidar de golpe y plumazo lo que nos ha costado conseguirlo. Lo olvidamos y entonces empezamos a dejar de valorarlo, hasta el punto de que esa nube que nos acompañaba antes vuelve a nosotros. Y tenemos momentos igual de asquerosos que los que teníamos antes, sólo que ahora, en teoría estamos más completos, pero la abulia, el miedo, la tristeza, el aburrimiento, la ira, el desconcierto, la inestabilidad, el inconformismo, la rabia, el dolor...aparecen igual. Nunca la felicidad es completa.
Lo malo es que a veces el causante de toda nuestra desgracia puede ser precisamente lo que antes fue objeto de deseo. Sí, es esa máxima que dice: Cuidado con lo deseas porque se puede cumplir. A veces deseamos un trabajo, una relación de pareja, una familia, una casa o un coche, una moto, dinero, mucho dinero, fama, poder, prestigio, belleza...Todo puede pasar de ser lo bueno de nuestras vidas a el horror de nuestras vidas.

Nada nos garantiza que lograr los deseos que tenemos nos vaya a hacer más o menos felices. A la vuelta de la esquina de nuestras vidas no sabemos lo que no espera y lo que hoy, aquí, nos puede parecer genial, mañana se puedo tornar en un fiasco. Por eso hay que disfrutar del camino. Hay que saber qué se quiere lograr pero no poner todas nuestras expectativas (de felicidad) en esa meta y también, por qué no, renunciar, abandonar o admitir que ese deseo no era lo que pensábamos en un principio. Pero yo creo que lo más importante, al fin y al cabo, es que nunca perdamos la ilusión que nos pudo llevar a emprender o buscar algo con todas nuestras ganas. Que no nos desinflemos cuando lo tengamos y que sigamos valorándolo tanto o más como cuando solo era un anhelo. Y cuando es anhelo que sepamos que la felicidad nunca será completa, así que más vale disfrutar del momento. Estemos en el momento que estemos.

Ni siquiera la salud nos garantiza que seamos capaces de ver las cosas desde otra perspectiva. Si no la tenemos es horrible, pero cuando la recuperamos a veces somos tan torpes que lo único que solemos hacer es volver a dar los pasos para volver a perderla. O no habéis oído nunca a  decir eso de: De algo hay que morirse. Cómo me fastidia esta frasecita.


CARPE DIEM.

6 comentarios:

  1. Se ha reflexionado mucho acerca de qué es la felicidad y yo no sabría qué añadir más. Pienso que es un estado inconsciente que es percibido cuando se pierde por alguna circunstancia. Nada hay que nos garantice la felicidad, pienso. Supongo que tiene que ver con la capacidad de adaptación, la suerte, el equilibrio ... Ayer estuvo cenando en casa un hombre de sesenta y tres años que me dio la impresión de que era feliz y esto era contagioso en su conversación y en el tono con que hablaba. Mi hija dice que es un hombre apasionado por la vida. Yo le pregunté que si acaso no todos los seres humanos están apasionados por la vida. Para ella no es así. En la vida hay un factor que es saber adaptarte y saber disfrutar lo que tienes. No por tener cien millones de euros se es más feliz. Todo el mundo parece que quisiera tenerlos pero dudo que supusieran felicidad real para muchos. Tal vez fuera el comienzo de muchísimas preocupaciones. Yo no los deseo. Si acaso una paga durante veinte años como dan algunos cupones, pero nunca juego.

    La felicidad no es estima -parece- hasta que se pierde. No sé si es así. Tal vez haya personas como el hombre de ayer -Adolfo- que sea feliz y sea consciente de ello.

    Saludos

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    1. Estoy de acuerdo con tu hija. Quizá creemos que es así, incluso los que viven o vivimos la vida desapasionadamente creemos que la vivimos a tope, pero muchas veces nos dejamos llevar por anhelos o envidias que no nos dejan disfrutar de verdad. En cuanto a lo del dinero pienso exactamente igual que tú y además también lo hablábamos el otro día entre amigos y la gran mayoría creíamos que tanto dinero, al final, es más un problema que una alegría. Claro que con sentido común todo se puede llegar a gestionar.

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  2. La felicidad no se estima -quería escribir-.

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  3. Creo que era Hobbes quien decía que el ser humano no puede ser feliz porque no puede dejar de desear. Tan pronto ha alcanzado su objeto de deseo tiene la vista puesta más allá, en otro. No sé si era él, ya digo, pero el pensamiento no me parece que vaya desencaminado.

    Ya viste lo que escribí el otro día. En los sueños todo esta hecho de esa neblina perfecta. Cuando toman materia, la cosa se complica. Y aunque estés satisfecho, ya no es tan perfecto.

    No sé, a lo mejor es verdad eso de que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos. O a lo mejor es un aprendizaje, porque hay gente que lo consigue, no sé.

    ¡Beso fuerte!

    (Me alegra que hayas vuelto a escribir con regularidad ^^)

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    1. Había circulando por ahí una cosa más mundana que decía que solemos dejarlo todo para mañana, o para cuando seamos más mayores, o para cuando tengamos más dinero, incluida la felicidad, la postergamos a un hipotético futuro en el que tengamos determinadas metas conseguidas. Y ese futuro es lo más inestable que podemos desear, porque quizá nunca llegué y si hipotecamos nuestro bienestar de esa manera estamos dejando pasar nuestra felicidad. Algo así.

      La regularidad en mí está basada en la irregularidad. Mira que intento ser constante pero se ve que no nací yo para ello.
      Besazos guapa.

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  4. Pues sí tienes razón, leyéndote me doy cuenta que soy feliz. Para ser feliz no hace falta estar contenta todos los días a todas horas. Ser feliz es cuando ves una estrella fugaz y no se te ocurre nada que pedirle. Y ni me ha tocado la lotería, ni soy millonaria, ni tengo una relación superperfecta, ni un trabajo que te cagas...lo único que puedo desear es que todo siga como está que no se me vaya nadie más eso sí...aunque eso es ley de vida y es un imposible y no suelo pedir esas cosas. Es como lo de pedir aprobar un examen...yo lo que pedía en su día era fuerza de voluntad para ponerme a estudiar. Hay que ver lo práctica que soy!
    Sé que es un tópico pero es eso de "la felicidad es el camino no el objetivo". Si no disfrutas eso dificilmente llegarás al objetivo.

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Ahora me encantaría saber qué piensas tú