No odio la navidad, aunque hay momentos en
los que me supera tanto envoltorio y lentejuela mental. La Navidad es
como una especie de fiestas de tu pueblo pero a lo grande. Son fiestas de
tu pueblo en casi todo el mundo mundial. Todos estamos de fiestas los mismos
días. Celebramos lo mismo que es una mezcla de amor, familia, ñoñez, compras,
regalos y gula. La Navidad no me molesta, tiene su punto, lo que me molesta es
que todo tenga que ser tan... iba a poner perfecto, pero no es el adjetivo, no
es perfecto es algo así como especial, elegante, entrañable y festivo. Una
mezcla.
He leído últimamente por ahí cosas malas de la Navidad que me han dejado con la boca abierta.
Gente que aparentemente adora la navidad pero que le ve su lado malo, como por
ejemplo:
- engordar unos kilos
- tener muchos platos acumulados para
fregar al día siguiente a Nochevieja.
- Tener resaca de beber y comer...
Y me he enfadado un poco.
No pretendo hacer demagogia, pero hay
gente, (alrededor de cada uno de nosotros hay gente así) que esta Navidad, o la
pasada o la próxima van a pasarlo mal precisamente porque su ánimo no está para
fiestas. Porque algo les ha pasado que les merma su alegría por completo (y
nada tiene que ver con engordar, fregar o encontrar modelazo para la fiesta de
turno). Porque como la Navidad se empeña en felicidad, familia perfecta,
sonrisa profiden, todos reunidos para comer, hay quién ya no tendrá en su mesa
a seres muy queridos.
Esa gente es la que preferimos que en
Navidad se hagan invisibles, porque nos fastidian nuestra alegría y
nuestras ganas de ¡qué bello es vivir! Estas personas durante este mes tan
maravilloso tienen que tragarse su pena porque los demás nos hemos empeñado en
que hay que sonreír - "mujer a mal tiempo buena cara", para ir
de cenas, para quedar y beber champán, para hacer miles de regalos...para poner
la casa bonita (u horrible, según gustos).
Lo cierto es que nos guste o no hay
personas que están en su pleno derecho de no querer seguir este mantra. Pero lo
que es aún peor, hay personas que es que no pueden tirar tan alto de su ánimo
estos días y el que haya personas por ahí diciendo que lo peor de la navidad
son cosas tan mundanas como las anteriores no ayudan para nada.
La enfermedad, la muerte, la falta de
dinero (léase trabajo, trabajo cutre, muchos gastos principales, deudas a tutiplén),
la falta de expectativas personales, la tristeza, el dolor, la invisibilidad,
el desdén, la falta de empatía...son para mí los verdaderos puntos negativos de
la navidad.
No sé, parad a pensar, no se trata de que no
haya que ver el vaso medio lleno, que eso hay que intentarlo siempre, por
supuesto, pero vamos a ponernos un rato en sus pellejos y si tenemos amigos,
familias, vecinos, conocidos que estos días van a saturarse y posiblemente
pasarlo fatal por lo menos intentemos que sepan que su pena, su falta de ánimo,
su agobio no nos molesta. Porque a veces la única forma de acabar con la pena
es vomitarla encima de lo que haga falta, que al fin y al cabo es lo mismo que
ocurre con tanta alegría y buen rollo en estos días: que algunos nos lo están
vomitando continuamente. La felicidad empacha y la pena... de la pena lo que
tememos es el contagio, porque todos sabemos que tarde o temprano habrá una
Navidad que nos la sude, en serio, tanto muérdago y demás.
Sin duda es una bonita reflexión, no es demagogia. Es importe que la gente sea consciente de que esto cada vez nos pasa a más personas y cada vez más pronto.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas Gracias.
EliminarTotalmente de acuerdo con todas las palabras que escribes. A mi me gusta la Navidad, pero porque son días que siempre me reúno con amigos y familiares que hace mucho que no veo, y disfruto sobre todo de las sobremesas. El día de Nochevieja no me suele gustar, porque parece que es una obligación social pasarselo bien ese día, como el mejor día del año lo venden...y para mi no es así. Nochevieja es un día más, una noche más de salir, una noche más de disfrutar de tus seres queridos y tus amigos, pero no debemos magnificar tal día, sino mucha gente al día siguiente se siente como "defraudado".
ResponderEliminarLa tontería de engordar o fregar más lo veo superficial, si que es verdad que son días de comer más, pero también lo hacemos sabiendo las circunstancias, así que a nadie le pilla por sorpresa. Es más, los días de no festejos podemos cuidarnos para contrarrestar excesos, y lo de fregar ?¿?¿ cómo!!! pues si, son días de más trajín, pero son días de estar con más gente!!! no sé...no lo comprendo...
También es verdad que la Navidad es época de acordarse de los que ya no están, esos momentos producen añoranza, pero hay que seguir hacia adelante, seguir dando pasitos, y con ello conlleva vivir la Navidad, con más o menos "pompa y circunstancia"
Cada uno que decore más o menos su casa, que se ponga más o menos elegante, pero creo que quedar con gente e intentar disfrutar de una buena comida/cena a nadie le hace mal, sino todo lo contrario =)
Un besico, y visitaré más este blog =)
www.upciencia.com
Gracias. ;-) Es cierto, las sobremesas suelen ser reconfortantes.
EliminarYo veo la navidad como un decorado lleno de cosas que expresan lo navideño. Ni por un momento me paro a pensar si me gusta o no. Es así y ya está. No la vivo desde dentro sino desde fuera y no me molesta comer turrón de Suchard y oír villancicos e ir a cenar el día de Nochebuena a tal sitio y que el día de Navidad vengan a la mía y oír siempre las mismas conversaciones y los mismos chistes. Hay que señalar que en la navidad no es la imaginación la que domina. Todo es previsible. Supongo que es eso lo que nos gusta. Forma parte de un ciclo irremediable. Viene la navidad, pues bien. Otro momento de la vida. No tiene mayor importancia. Si pudiera elegir me iría a algún sitio a pasar la navidad con mi mujer ella y yo solos. Pero eso no es posible. Supongo que está bien. No hay que darle más vueltas. Incluso en mi blog pondré nieve cayendo para celebrar estas fiestas jajajajajajajaja.
ResponderEliminarA mi tampoco me molesta. Pero quizá tengas razón y no haya que darle más vueltas. Lo que pasa en que en menos de un mes estoy viviendo una racha de fatales noticias en mi familia y en mi círculo más íntimo y no puedo evitar tener una nube sobre mi cabeza que me impide disfrutar todo lo que desearía. Previsible es la fiesta en sí, pero la Navidad son fechas muy señaladas para estar pasándolo mal. Al menos esa es mi percepción.
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