Que nadie envenene vuestros sueños

A no ser que seas la típica persona que todo lo hace bien, que haga lo que haga, aunque sea comer mierda, lo adorna tanto que parece que todos los días almuerza en un restaurante de Estrellas Michelín, en algún momento van a herirte y van a hacerte dudar de tu vida, de tus elecciones o de tus sueños.
Nunca entenderé el proceso mental o el tipo de personalidad que tiene alguien  que se permite decir a sus semejantes que su vida es super maravillosa y que  los demás se han equivocado por completo en sus elecciones. El peligro que tiene este tipo de gente es que los que no somos como ellos, de vez en cuando caemos en pozos negros, a veces muy negros, que nos hacen destestarnos y plantearnos si no estaremos equivocados. Y yo odio tropezar con gente así.
 
Hay personas que a veces te aconsejan con el ánimo de ayudarte, de intentar poner algo de luz en tu camino, de abrir una ventana que quizá tú no has sido capaz de ver. Hay gente que va de buena fe, que quiere de verdad echarte una mano. Pero muchas veces les fallan los formas. Y luego hay gente que, se ha creído en serio que su vida es maravillosa y envidiable, y lo que hace es destruirte la tuya de un plumazo.
 
Nadie es nadie para asegurar a los demás  si han elegido un buen camino en la vida, a no ser que ese alguien esté acabando con su salud, esté matándose, esté poniendo en peligro su integridad física y mental. Pero si lo que estás haciendo es estudiar, es prepararte porque quieres trabajar en algo que ahora mismo es muy difícil porque no hay trabajo de ello, que alguien te cuestione lo que haces, y se permita el lujo de decirte que eso no sirva para nada, me parece muy osado y por otro lado tremendamente mal educado.
 
Tengo a mi alrededor gente para la que trabajar es un verdadero desafío, un placer, una parte super importante de su vida, como por ejemplo mi hermana, que es enfermera. Que estudió para enfermera cuando aquí había poquito curro de eso. Que sacó su oposición en atención primaria, que se lo curró mucho y se sacrificó más y ahora trabaja en lo que le gusta y sigue estudiando como si le fuera la vida en ello, porque le va.
Y tengo amigas, una en concreto, que daría su vida por ser capaz de dejar el trabajo. Que sale de casa a las 7 de la mañana y lleva muchos días volviendo a las 10 de la noche. Que no creo que gane mucho mas de 1000 euros (si los gana), que está aburrida, harta, agotada. Y por supuesto las horas que pasa trabajando, no creo que sea ni una cuarta parte de lo feliz que se merece ser una persona. Y trabajamos muchas horas....
Otras amigas trabajan en algo que más o menos les gusta, pero no les apasiona ni mucho menos.
El trabajo, no da la felicidad. Es necesario, porque a través de él ganamos el dinero que lamentablemente necesitamos para vivir. Pero nada os garantiza que tener trabajo os harás más felices, a no ser que escojáis una profesión que os apasione. Que os llene, que os permita crecer como personas. Y esto es muy personal.
A algunas personas lo que les pondrá las pilas será el dinero de fin de mes, y les dará igual si ese dinero lo ganan metiendo bolsas de patatas fritas en una caja o poniendo ladrillos. A otros les apasionará ayudar a los demás, y habrá quien sienta horror por esto y le fascine ser economista de una empresa de finanzas. Otros querrán jugar al fútbol y otros sólo querrán ser las parejas de esos futbolistas. Alguien querrá ser poeta y carnicero en sus ratos libres. Y habrá quien como yo sería feliz en una biblioteca o en una pequeña librería o en una droguería con tal de dar las vueltas a los clientes sacando las monedas de unos cestitos de mimbre metidos en un  cajón del mostrador.
Pero nadie tiene la clave de lo que es mejor y lo que es peor. Nadie os puede asegurar que lo que habéis escogido es un camino equivocado, entre otras cosas, porque la vida no es un camino solo, hay tantas bifurcaciones por las que perderse, tantos senderos que coger en un momento dado, tantos giros y cambios de sentido...Y en ese viaje, cualquier cosa que llevéis en vuestra mochila os será de gran ayuda. Máxime si es algo que os apasiona.
Nadie tiene una vida de cuento de hadas. Creedme. Nadie es feliz y está satisfecho con su vida al 100% y no ¡pasa nada! De eso se trata ¡caramba! No os creáis a esos charlatanes que os dirán que todo lo vuestro es una porquería y que  lo que hacen ellos es genial, porque quizá lo sea para ellos, pero no tiene que serlo para vosotros.
 
No dejéis de lado vuestros sueños, o vuestros objetivos, por muy difíciles de conseguir que parezcan. Porque si algo he aprendido en 40 años, es que lo mejor en esta vida para llegar a conseguir algo, es tener muy claro que es ese algo que se quiere conseguir. Es la base, y si la tenéis, tenéis el 99,9% del éxito asegurado.
 
Hace muchos años, cuando yo tenía 18, conocí a varias chicas, hoy buenas amigas, que querían ser bailarinas, (cosas del destino, conviví con varias chicas que se dedicaban al baile). Era, es una profesión dura, muy dura y vivir de ello algo tremendamente complicado. Pero todas ellas amaban, adoran, bailar. Sacrificaron mucho por lograrlo. Algunas, por si acaso no podían vivir de ello, estudiaron otra cosa a la vez que no dejaban de formarse en la disciplina de la danza. Hoy, ¡todas! viven del baile. Y no solo viven, sino que les va de maravilla. Dos de ellas tienen su propia escuela y una de ellas una modesta, pero muy interesante, compañía de baile, una no para de hacer colaboraciones, estudios de danza, fusiones...hasta gana premios y ahora además da clase en la escuela del que fue su maestro e ídolo: Víctor Ullate. Yo las he visto pelear. Desde que no eran más que alumnas, hasta ahora que son profes. Las he visto enfrentarse muchas veces a la desesperanza de no poder trabajar nunca en lo que les gustaba. Y ahí están. Sin embargo sus vidas personales han sufrido un poquito en esta andadura. Quizá no sea por culpa del trabajo, sino que la razón posiblemente sea su forma de ser, su personalidad y la propia vida, que es así. Lo que pasa es que siempre, en los peores momentos, la danza, el baile, ha podido ser su refugio. Su vida podría haber sufrido los mismo altibajos si hubiesen hecho caso a quienes les insistían que del baile no se vive, y encima no habrían tenido la suerte de agarrarse a su pasión para que sus penas fueran más llevaderas.  
 
 Un novio que tuve, MI NOVIO, tardó mucho en saber qué quería. Fue mal estudiante, pasaba de todo, un adolescente terrible. Hasta que descubrió que lo que quería era cantar, ópera. Y empezó a prepararse. Hoy en día está en el coro nacional. Cada año tiene que superar unas pruebas para seguir formando parte del coro. Pero vive de eso, y aunque no tengo relación con él, estoy segura de que es muy feliz por ello y también, creo que puedo afirmar, que seguro que no tiene todo lo que desearía, que hay algo que le encantaría cambiar, pero que cada vez que sube al escenario a cantar, se olvida y es feliz.
 
De verdad, que nadie mate vuestros sueños porque quieran haceros creer que los suyos son mejores y más válidos. Si no lo conseguís, no pasará nada.
Pero si ni siquiera lo intentáis................no tendréis vida para arrepentiros.
 
Este post está dedicado a una amiga, a la que hoy domingo le han tocado un poco las narices con este tema. Y no lo merece porque ella es una tía estupenda y podrá lograr lo que se proponga. Aunque ella, aún no lo sepa.

7 comentarios:

  1. He vivido esto en mi familia, es una putada ver que le niegan su sueño a tu hermana cuando ella sí sabe lo que quiere y a qué quiere dedicarse, pero mira yo creo que hay cosas que no se pueden evitar, que cuando realmente lo deseas tarde o temprano digan lo que digan vas a por ello. Ella por fin está estudiando lo que siempre quiso, y fíjate esta vez no sé por qué nadie dice nada de "no tienes ni puda idea de lo sufrida y estresante que es la cocina". Supongo que ha demostrado su talento demasiadas veces como para pararla...

    Yo imagino que la mayoría de la gente no sabe lo que quiere, y prefiere dedicarse a un trabajo que le resulte llevadero. Y esa gente no comprende que cuando uno sí sabe lo que quiere y lo que le gusta, no hay trabajo difícil. Será duro para llegar a alcanzar la meta, pero es muchísimo más fácil alcanzar esa meta cuando la tienes.

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  2. Nadie tiene derecho de juzgar las decisiones de nadie y punto, que nuestra Bettie vale mucho

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