Soy una persona a la que le cuesta mucho arrancar. Tengo muchos planes y mil ideas que tan pronto me parecen magníficas como un despropósito. Esta forma de ser, potenciada con una autoestima un pelín baja, me impide en muchas ocasiones avanzar.
Me paso la mayor parte del tiempo pensando en hacer algo, en qué puede ser ese algo, en cómo hacerlo y al final no termino de cuajar nada. Me pierdo en mis propósitos. Además, al no focalizar mis acciones en cosas concretas cada día me intereso por una diferente: escribir, aprender inglés, hacer el doctorado, hacer cursos online, estudiar oposición, el blog, la fotografía, buscar trabajo, buscar trabajo de lo que sea, hacer algún curso de lo que sea...Esta dispersión me genera ansiedad, me anula y al final de la semana, el viernes me siento muy frustrada porque tengo la sensación de que he malgastado mi tiempo. Ni que decir tiene que esto semana tras semana me hace sentirme una auténtica fracasada.
Me paso la mayor parte del tiempo pensando en hacer algo, en qué puede ser ese algo, en cómo hacerlo y al final no termino de cuajar nada. Me pierdo en mis propósitos. Además, al no focalizar mis acciones en cosas concretas cada día me intereso por una diferente: escribir, aprender inglés, hacer el doctorado, hacer cursos online, estudiar oposición, el blog, la fotografía, buscar trabajo, buscar trabajo de lo que sea, hacer algún curso de lo que sea...Esta dispersión me genera ansiedad, me anula y al final de la semana, el viernes me siento muy frustrada porque tengo la sensación de que he malgastado mi tiempo. Ni que decir tiene que esto semana tras semana me hace sentirme una auténtica fracasada.
A estas circunstancias había que ponerles solución y opte por la de PONER AGUA A CALENTAR.
Hace años pasamos unas navidades de temporal imposible, tanto que el día de navidad cayó una nevada de esas que marcó época y para la que nadie se había preparado. Yo me encontraba en Perripueblo. Perripueblo está en una de las autovías más importantes que conectan con el norte de la península. La nevada fue tan fuerte que de repente la autovía se colapsó. Era Navidad, día 25, y la gente, muchaaaaas familias, muchoooos coches volvían a sus casas tras pasar las fiestas con los suyos. No pudieron seguir y quedaron parados-atrapados en Perripueblo. Yo estaba con mi madre y unas amigas disfrutando de la nieve, tirándonos en trineo y esas cosas que se hacen cuando cae la nevada del siglo, cuando nos empezamos a enterar del asunto. Alguien nos dijo que habían abierto el polideportivo y el colegio para alojar a la gente que se había quedado tirada.
Jamás había pasado nada igual, era día festivo por excelencia, por lo que tanto a los habitantes, como a los representantes, ayuntamiento, aquello les pilló de sopetón. Y fuimos, entre todos, colaborando e improvisando. En medio de este jaleo, y al ver que la gente debía hacer noche en perripueblo y que en el pabellón deportivo hacía mucho frío, decidieron abrir el colegio que está al lado y al menos tiene calefacción. Una serie de personas, entre las que estaba yo, mi madre, una amiga intima mía, una prima nos fuimos al colegio y nos metimos en la cocina. No sabíamos qué hacer. Y entonces mi prima, medio en broma, dijo:
"Pues vamos a calentar agua. Eso es lo que hacen en las peliculas cuando pasa algo, no?"
Es que ni nos lo pensamos, yo creo que era tal nuestra necesidad de ayudar viendo a tanta gente desubicada por allí, por fortuna todos sanos y salvos, muertos de frío y destemplados eso sí, que calentamos el agua sin saber para qué lo hacíamos.
No se si conocéis las sopas de ajo. No tienen nada, agua, pan duro, ajos y pimentón. Mientras teníamos el agua calentando llegó una concejala, nos comentó que muchos bares se habían ofrecido a preparar bocadillos, que los supermercados del pueblo iban a preparar unas cajas con algo de embutido, leche, lo que hiciera falta.
Y nosotras le dijimos que estábamos calentando agua, así sin más, y de pronto apareció la mujer que llevaba la conserjería del colegio y nos dijo que allí había pan duro, en la despensa de la cocina del colegio, que lo usaban para hacer pan rallado y que ya que habíamos empezado a calentar agua que hiciésemos unas sopas de ajo. Dicho y hecho, mientras llegaban los bocatas empezamos a hacer sopas y café de puchero. Porque lo que aquella gente necesitaba más que nada era entrar en calor.
Las sopas de ajo fueron un éxito rotundo. El café lo mismo. Ambos riquísimos
Y eso es lo que he hecho yo últimamente con mis cosas.
En enero, al volver de las vacaciones, decidí que no estaba dispuesta a dejar pasar otro año en vano. De momento, lo único que tenía fijo era mi taller de narrativa, mis clases de spining y mi propósito de correr. Así que decidí:
En enero, al volver de las vacaciones, decidí que no estaba dispuesta a dejar pasar otro año en vano. De momento, lo único que tenía fijo era mi taller de narrativa, mis clases de spining y mi propósito de correr. Así que decidí:
- Ponerme las pilas con el spining, el gimnasio y con correr. Mientras no tuviera nada mejor que hacer me dedicaría a ir al gimnasio ¡todos los días!. Sin dudas mis vacilaciones mañaneras, que las suelo tener porque me pongo a pensar..."y si hago esto...y si hago esto otro" y al final no hago nada. Así que ejercicio y a ponerme estupenda.
- empezar a correr. Empezar y punto. Poco a poco. Poquísimo a poco, pero sin pausa.
- empezar a correr. Empezar y punto. Poco a poco. Poquísimo a poco, pero sin pausa.
- Participar más activamente en actividades del taller de narrativa y además escribir y envíar relatos a concursos literarios.
Esas fueron las dos cosas en las que me centré: ejercicio físico y escribir.
Me olvidé de todo lo demás que solo me estaba estorbando la mente y me impedía tirar hacia adelante.
Me olvidé de todo lo demás que solo me estaba estorbando la mente y me impedía tirar hacia adelante.
El resultado es que de ir al gimnasio a spining, surgió ir a bodypump y de ahí lo de empezar a correr en serio fue más sencillo.
Empezar a correr y superarme un poquito cada día me ha hecho centrarme un poco más. Un día busqué lo del voluntariado y en vez de pensar en hacerlo, me apunté sin más vacilaciones. El jueves empiezo como profe de español voluntaria. Y después de Semana Santa comienzo con otro programa del que ya os hablaré.
En el curso de narrativa me apunté a un recital de poesía, una actividad que me encantó y que me dio la oportunidad de sentirme mejor.
Y así voy. Sin prisa pero sin pausa. Empecé calentando agua. Yendo al gimnasio porque era lo único que tenía seguro. Si me quedaba en casa pensando me agobiaba y estaba empezando a perderme entre mis pensamientos. Ahora los viernes siento que la semana ha sido productiva, no al 100%, pero tengo proyectos, metas y objetivos que cumplir, aunque solo sea correr un minuto más.
Así que si alguien está tan perdido como estaba yo o es de mi tribu de "pensar y no actuar" que se apunte a la técnica de PONER AGUA A CALENTAR, ¿para qué?, pues porque lo hacen en las películas....
La verdad es que es un buen post este, y un buen pensamiento. Poner agua a calentar. Sí señora.
ResponderEliminarMe siento identificada al máximo con tu primer párrafo u.u. Lo que pme pasa a mí es que siempre siento que no estoy haciendo lo suficiente. Menudo castigo de personalidad, por dios. xD
muak!
Conforme iba leyendo decía: JODER aajajaj así he estado yo mucho tiempo.
ResponderEliminar¿Sabes cual fue mi activación? Que la perra se pusiera enferma. De pasar de levantarme todos los días tarde, porque no tenía motivación de ponerme a hacer nada y eso que tenía muchos planes en la libreta apuntados, como bien tu dice al principio. Pasé a tener que ir a pasear la perra un montón porque del ingreso y la medicación no aguantaba nada. Luego esa rutina obligada, se me ha quedado como fija (menos hoy que se me han pegado las sábanas XDDDDD pero ya no me he levantado tan tarde como antes).
Desde que estoy así, me siento más responsable y que aprovecho mejor el día. Sí, siento que no hago todo lo que podría hacer, pero ya es mucho lo que he conseguido tal como estaba.
Ayer apunté en la libreta 7 cosas para hacer en el blog y ya he tachado 3. Iba a hacer la 4ª pero tuve fallos técnicos jajaja Tanto me emocioné que subí dos entradas, cosa que lo tenía como norma solo subir una al día XD
Vamos que estamos a topee!
Yo debería poner agua a calentar más a menudo. A mí lo que me pasa es que me interesan un montón de cosas, me apunto, luego me agobio de estar apuntada a tanta cosa y no hago nada :(
ResponderEliminarDe momento, sin agobios, esta tarde la voy a dedicar a hacer el cuestionario de un cursillo de igualdad de género
Yo suelo poner el agua al fuego...la sal...el pan...y luego se me olvida el resto, me quedan unas sopas de ajo sin fundamento, a medias, asquerosas y frías porque hasta apago el fuego.Me pasa mucho, soy de empezar pero no seguir, lo único que he empezado y he seguido ha sido correr...puede que en realidad solo sea un vicio como otro cualquiera...
ResponderEliminarPues sí, yo también me identifico con lo que dices, procastinar creo que se llama ahora en moderno. Supongo que lo mejor es eso, ponerse metas a corto plazo e ir cumpliéndolas, pero a veces resulta taaaan difícil.
ResponderEliminarLo de la escritura es algo que también tengo pendiente. AY! Y el correr, claro...