SENTIDOS Y SINSENTIDOS


Sólo llegué a conocer, aunque apenas los recuerdo, a la madre de mi madre y al padre de mi padre. Ambos murieron antes de que yo cumpliera 4 años.
La madre de mi padre murió con 54.
El padre de mi madre, un pastor de ovejas, que perdió una pierna y también, igual que mi padre hoy, tuvo cáncer de garganta y estaba laringectomizado ( hace más de 40 años con todo lo que eso significa).

La madre de mi padre era portuguesa, se llamaba María, como la del fado de Carlos Cano; María La Portuguesa. No se muy bien cómo terminó en España, mi padre no habla mucho de su madre. Murió de cáncer de pulmón  el día de nochevieja y seguro que por eso mi padre todas las nocheviejas tiene un halo de tristeza en la mirada.

La madre de mi madre, mi abuela Constantina, la recuerdo como una mujer muy buena, muy buena. Le llamaban "la morena". Tuvo 11 hijos. Uno murió con tan solo 1 año y el otro, al otro le atropelló un tractor con 20 años como mucho. Mi abuela era una abuela que vestía de negro y llevaba el pelo recogido en un moño. Tenía 60 y pocos años cuando murió, pero yo veo fotos suyas, en las que tendrá 50 y tantos y aparenta 90. Toda una vida de sacrificio. Pasando hambre, mucho hambre. Toda una vida entre guerras, mundiales y civil, y posguerras. Una vida en la que lo más apasionante que hizo fue ir a Bilbao en tren a ver a sus hijas y ver el mar.  Yo jugaba con mi abuela con pastillas de starlux, me encantaba ir a su casa y que me sacara la caja repleta de pastillas de starlux y yo hacía casitas y castillos y murallas, y carreteras y puentes y torres.... De eso me acuerdo. De nada más. Una tarde le dió un ataque al corazón y se fue.

El padre de mi padre fue un rojo. ROJO, pero de los que tuvo buena suerte, nunca le pasó nada. Al contrario que a su hermano y a unos cuantos amigos. Fue camarero, fue obrero en la fábrica de harinas. De mi abuelo,  Demetrio, tengo más recuerdos porque vivía con nosotros,  me llevaba a coger pájaros, me sacaba de paseo.  Recuerdo que le grababa cintas de cassette, aún guardo alguna, que le llevaban mis padres al hospital cuando enfermó de leucemia. Mi abuelo, a pesar de todo, creo que era un hombre vital. Y creo que yo me parezco a él. Había algo en su vida que parecían querer ocultar mis padres y que mi madre siempre ha hablado entre dientes. Yo no sabía que era, aunque me olía algo relacionado con mujeres. Pensaba que mi abuelo había engañado a mi abuela con una querida...hasta que  cuando mi padre estuvo enfermo, en 2009,  me enteré de que, ya viudo,  tuvo una novia que era viuda también y tenía hijos, creo que se querían mucho, pero mi abuelo no vivió para disfrutarlo. Había oído hablar de ella, pero no la conocía, la conocí hace 4 años y me di cuenta de lo que la mujer aprecia a mi padre y de lo jovial que es. Ella, Olivia,  terminó casándose con un amigo de mi abuelo que no le ha dado muy buena vida. Me dio rabia que mi madre lo viera mal, o haya estado criticándolo en silencio tantos años. ¡¡Para una persona positiva que había en la familia!! Mi abuelo disfrutó un poco mas la vida. Viajó a New York en los 70 porque allí se marchó su hija cuando se casó con un negro cubano exiliado. Y yo sueño con ir a New York desde pequeña, y no por la tontería del shopping ni porque esté tan de moda que da verdadero asco, sino porque desde niña he visto en mi casa las diapositivas que trajo mi abuelo de New York, los recuerdos de New York: esos cuadros como en 3D de la época, y una especie de banderines de tela con el puente de Brooklyn, la estatua de la Libertad, el Empire... con mucha, mucha brillantina que se colgaban de las paredes, como adorno, como tapices pero a lo moderno. Conservamos una cinta de cassette en la que mi abuelo se grabó hablando con un amigo. En ella  el amigo le cuenta que le gusta una mujer (vaya don juanes), viuda también, pero que no se atreve a decirle nada porque él es cojo y le da apuro que ella le rechace por ese hecho. Mi abuelo le anima y le dice que un defecto físico no puede anular lo buena persona qué es. Habla bastante de su deficiencia, relativizándola y dejándola al margen, porque lo importante son sus sentimientos. El amigo de mi abuelo llegó a casarse con aquella mujer. Ya mayores, recuerdo que fue un noviazgo muy sonado. Aunque mi abuelo para aquel entonces ya había fallecido. Era un hombre reflexivo, le gustaba pensar y darle vueltas a las cosas.  Y le gustaba grabarse, yo también lo he hecho y en cierto modo, este blog, es eso mismo, solo que más de 40 años después. Durante mucho años, la firma de mi abuelo estuvo en la fachada de la fábrica de harinas. Yo pasaba todos los días por delante, pero ni apreciaba aquello ni mi padre me dijo que era de mi abuelo con la importancia que yo, hoy, creo que esa firma tenía.

Del padre de mi madre poco puedo decir. Lo poco que mis primos, los que le conocieron, dicen de él no es muy agradable. Que si era huraño, que si era gruñón, pero no entrañable, que si le dio mala vida a mi abuela...Mi madre siempre le defiende y dice que no era para tanto. Dice que qué iba a hacer...Yo se que era pastor, de ovejas. Y se que en casa de mi madre se pasó mucho hambre, en la de mi padre también, solo que en aquella eran 3 hijos y en la otra 10. Se que mi madre, cuando cortaron la pierna a mi abuelo en Madrid, en La Paz, como no tenía silla de ruedas, tenía que cargar con él a cuestas, para llevarlo del hospital a una casa que les dejaban medio cerca del hospital por no ser de allí. Se que mi madre se tuvo que tragar toda la operación del cáncer de garganta de mi abuelo y que aquello fue horrible, mi madre sacó todos estos miedos y miserias cuando le tocó revivir con su marido la misma enfermedad (afortunadamente mi padre, fisicamente, lo llevó genial y no tuvo nada que ver una experiencia con la otra). Creo que mi abuelo murió de ese cáncer.

A veces pienso en la PUTA VIDA DE MIERDA que han tenido casi todos mis abuelos. Hambre, miseria, enfermedad, dolor, pérdida de hijos. Los padres de mi madre eran analfabeltos. ¡Madre mía!! cómo me impresionaba cuando leía en el DNI de mi abuela: NO SABE FIRMAR.
Muchas veces me pregunto que pensarían ellos de su vida. Otras pienso si merece la pena una vida así, llena de penurias. Y hoy, de repente, me he dado cuenta de una cosa; de que si ellos no hubieran vivido, yo no existiría. Y tal vez, el sentido de otras vidas sin sentido, lo encontremos en la vida propia.
Hoy pensado que si mis abuelos no hubiesen pasado por todas esas calamidades, yo no estaría aquí. Y me he echado a llorar como una niña y les he mandado un beso eterno, allá donde quiera que estén además de en mi corazón y en el de sus hijos y sus otros nietos.

Y me he dado cuenta de que, sin saberlo, el nombre de este blog, del blog de su nieta, les nombra a ellos: SENTIDOS Y SINSENTIDOS.


Brindo por mis abuelos, y por muchos abuelos como ellos, que con unas vidas sinsentido han llenado de sentido  las nuestras.

3 comentarios:

  1. Mi abuela Mercedes era como tu abuela Constantina. Siempre vestía de negro, con el pelo blanco recogido en un moño y, muchas vece,s pañuelo negro en la cabeza. Encontré una foto de ella, con mi abuelo, mi padre y sus 7 hermanos. Tendría 40 años, pero le veo las mismas manos rugosas, la misma faz anciana, y el pelo oscuro, pero el mismo vestido negro. Ains. De ella recuerdo la lata azul de nivea, y el chocolate del Cristo de Villajos escondido entre la ropa. Restos del hambre, supongo. Su marido, mi abuelo Juan Manuel murió de cancer de estómago antes de que mi padre conociese a mi madre. Poco sé de él. Que le decían "El Gordo", que nunca le interesó la política, y que sus hermanos, estaban divididos y se pelearon entre sí en la guerra fratricida que todos conocemos. Que lo fue de verdad. Y de él conservo un "No te metas en política" que me ha llegado a través de mi padre.

    De mis abuelos maternos sé poco. Mi abuelo, el que faltó hace poco, no hablaba nunca. Era muy callado. Y lo poco que sé es que no quería a mi padre, porque mi madre dejó a su novio "bien" para casarse con él. Pero ha sido mi padre el que le ha despedido en su lecho de muerte. Y luego mi abuela, que sé de ella que ha sufrido mucho y que toda su vida ha llevado el hábito de la virgen del carmen, por promesas. Y me temo que la virgen no le escuchó mucho.

    Y tampoco sabían firmar, ninguno de ellos...

    Sentidos y sinsentidos, Perri. Y tanto.

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  2. Yo he tenido suerte de conocer bien a mis cuatro abuelos. He tenido suerte de que supieran escribir.

    Y aún así sigo llorando como una magdalena cada vez que me acuerdo de mi abuela Adora.

    Todo sinsentido tiene su sentido :)

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  3. Me ha gustado mucho Perri. Yo sólo he conocido a tres de mis abuelos y poquito tiempo... creo que un día contaré un poco sus historias, se merecen un espacio en mi espacio.
    Gracias por compartir, yo también les mando besos eternos a los míos, hasta a aquél a quien no conocí...

    Feliz fin de año! :)

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