Me volví loca buscando una ceremonia diferente, un guión diferente...En google era poner las palabras diferente y una y otra vez te salía la misma plantilla de ceremonia civil. Lo diferente parecía radicar en que algunos amigos o familiares leyesen o dijeran algo durante una ceremonia civil. O introducir algún rito como el de las velas, las rosas, la arena... Acabáramos, hasta ahí llegaba yo también. ¿Pero qué tiene eso de diferente?
Yo buscaba algo que evidentemente no estaba, por la sencilla razón de que lo que yo quería era algo personal, basado en mis gustos y preferencias. Así que no me quedo más remedio que reflexionar y meditar muy seriamente sobre qué es lo que yo quería en realidad.
CONSEJO:
Si realmente queréis una boda distinta, no os volváis majaretas buscando que otros os resuelvan vuestra boda. Estrujad esas cabecitas, buscad inspiración pero sin empacharos, y saldrá algo especial. Y sobre todo: vuestro.
A mí personalmente lo del guión de la boda civil no me servía. Eso es igual en todas la bodas. Los amigos y familia ya tenían claro que les pediría que hablaran; - algo propio, personal les dije, - no quiero poemas, lecturas escritas por otros, quiero que digáis lo que queráis, en el tono que queráis: emotivo, humor, irónico...pero algo personal.
Pero a mi me faltaba algo. Esa no era la boda que yo me imaginaba. Una ceremonia de boda tiene que entretener, lo tengo claro. Si no pasa a ser un rollo necesario.
Así pues mi ceremonia de boda tuvo 2 partes diferenciadas:
- La parte espectáculo. Llamésmolo así.
- La parte legal con el acto de boda.
Yo tuve un maestro de ceremonias, papel que asigne a mi hermano, porque necesitaba a alguien en quien confiar al 1000 x 1000, alguien resuelto, ameno, divertido y sin pánico a hablar en público. Y también quería que esta parte de mi boda la hiciera alguien especial para mí.
Yo estaba segura de que él lo haría genial. Y me encantó lo en serio que se lo tomó, pero la poca importancia que le dio. Es decir, mi hermano se puso con el guión de la boda la tarde antes. Claro que yo lo terminé de escribir el jueves noche. Eso sí, él la tarde del viernes, a tope, ensayando con mis amigas que estaban encargadas de la parte técnica y musical.
Y luego el amigo de Elmurciano que fue quién nos casó en la ceremonia oficial iba a volver a ser quien se encargara de la parte de "la boda" propiamente dicha. Es decir volveríamos a repetir lo que ya habíamos hecho semanas antes. Más la ceremonia de entrega de los anillos que no la hicimos en la boda 1.1 porque la reservamos para el día de la celebración con todo el mundo.
En un principio mi idea era que fuera mi hermano el que hiciera la parte legal también, que fuese él quien se encargase de todo y nos "casara" por así decirlo, delante de la gente. Pero el amigo de mi chico con buen criterio me dijo que no lo veía. ¿La razón? Vale, nosotros estábamos ya legalmente casados, pero la ceremonia legal fue super íntima, ni siquiera estuvieron mis padres. Él me dijo que la gente necesita ver una cosa para sentir que eso ha pasado y que si era mi hermano el que nos casaba crearíamos un poco de confusión, que no quedaría tan claro, que iba a ser muy peliculero, lo que yo quería, pero que las personas necesitaban ver esa ceremonia, ese acto de casamiento. Le dí la razón en el mismo momento que me lo sugirió. Así que mi ceremonia contó con esas dos partes...que no fueron dos partes, porque era un todo, lineal, narrativamente hablando iba seguido, claro. Lo que pasa es que en un momento dado mi hermano cedía la palabra a nuestro amigo para llevar a cabo la ceremonia.
El tono del guión, del que llevaba mi hermano, fue el humor. Y hablaba, como os dicho, de los invitados y de nosotros. Personalizado. Cercano, sencillo, ágil y emotivo al mismo tiempo.
De la parte de la ceremonia civil leímos los artículos, la parte del consentimiento y los anillos. Los artículos, al principio, cuando empecé a idear la ceremonia, los había descartado por considerarlos "rollo" pero la verdad es que son muy interesantes y no dejan de ser unas claúsulas que hablan de sentido común, de igualdad, de fidelidad, de apoyo mutuo, de respeto, de convivencia... así que me pareció interesante leerlas y así recordar lo que en realidad implica el contrato del matrimonio. (Hubo quién luego me dijo que les había sorprendido algunos de los artículos leídos. Porque no lo sabían a pesar estar casados, claro en la iglesia no se dicen y ellos están casados por la misma.)
Todos nuestros amigos hablaron antes de la parte de la ceremonia legal. En total se lo dijimos a cuatro. Mi hermano hacía su parte, una especie de monológo, con un tema diferente e iba presentando a los amigos entre medias. Luego hicimos la parte legal y una vez que la ceremonia concluía y ya nos habían declarado marido y mujer, mi hermano retomó la palabra para despedir. Incluí en el guión, por si acaso, que cediera el turno de palabra por si alguien quería decir algo improvisado. Y en nuestro caso fue la hermana de mi marido quien quiso cerrar el turno de intervenciones con la suya, emocionante y desternillante a partes iguales. Y sobre todo inesperada y sorpresa para nosotros, lo cual le da un valor mayor.
Tras la intervención de mi cuñada, mi hermano despidió la ceremonia. Y también él quiso poner algo de su parte (porque hasta ahora, con su toque y dándole su punto, pero todo lo que dijo era guionizado por mí) y nos dijo unas bonitas palabras de cierre. Y punto final.
Quedó genial. En serio. Me da apuro decir esto, pero es que la gente me decía que se lo había pasado genial. Que se habían reído y llorado por igual. No se les hizo largo y eso que nos fuimos a hora y cuarto de ceremonia. Fue como ir a un espectáculo. Debo destacar también que las personas que hablaron estuvieron sublimes. No contaron rollos aburridos, ni se dedicaron a decir lo maravillosos que somos Paco y yo. Fueron geniales. Y ellos también, en sus monólogos optaron por hacer partícipe a la gente que allí estaba. Es que era imposible no identificarse con unos o con otros. En algún momento de la ceremonia todos tuvieron la sensación de lo que en realidad era: de que estaban allí porque en un día como ese no podían estar en otro sitio.
De verdad, cuanto más sencillo, menos recargado, más vuestro sea: mejor. Yo me planteé cosas como plantar un árbol en la ceremonia, porque como lo hicimos en un campo pero hubiera sido un rollo. No descarto plantar un árbol un día con Elmurciano, pero no el día de la boda.
De verdad, cuanto más sencillo, menos recargado, más vuestro sea: mejor. Yo me planteé cosas como plantar un árbol en la ceremonia, porque como lo hicimos en un campo pero hubiera sido un rollo. No descarto plantar un árbol un día con Elmurciano, pero no el día de la boda.
Otro día os hablo de la música. Y como con 4 pautas muy sencillas se da un toque especial a una ceremonia de boda.
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